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Deportes | 3 jul 2020

Novedades editoriales

Italia 90: Me han dicho que no estás, que ya nunca volverás

Con la excusa del tortuoso camino de la selección argentina, “El último Mundial” va más allá de lo deportivo para adentrarse en un drástico cambio de era. En diálogo con ANDigital, uno de los autores, Cune Molinero, deja pistas del metejón sensorial con aquel verano insuperable.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) El último Mundial de la máquina de escribir y el fax. Contado en las tapas de diarios, revistas y con notas elaboradas. Sin tener que llenar horas y horas de señales deportivas de cable, previas interminables y chauvinismo berreta. Más Panzeri. Menos pantalones chupines.

El mundillo periodístico arriba mencionado es una de las aristas de las que -bien- se valen Alejandro Turner y Cune Molinero para dar rienda suelta al fetiche inoxidable de una generación: Italia 90.

En este libro, publicado a exactos 30 años de aquella epopeya, los autores aportan nuevas miradas a partir del día a día de la selección argentina de fútbol. El derrotero arranca con el pitazo final en el Estadio Azteca de México y termina en el último minuto del partido definitivo contra Alemania, en el Olímpico de Roma, cuatro años después.

“La tecnología da un montón de posibilidades, pero como se está usando pareciera que sólo aporta la inmediatez como valor. Muy poca elaboración”, consigna ante ANDigital el periodista Cune Molinero.

Vale mencionar que también existía otro acceso a los protagonistas. “Se podía lograr una charla directa, semblanteando las caras”, significa. Y eso también queda en evidencia en El último Mundial: minucioso trabajo de archivo de prensa escrita con El Gráfico como punta de lanza; las transmisiones radiales y la pantalla de ATC.

El país cambiante y en pleno viaje hacia la pizza con champán es el telón de fondo del periplo del equipo albiceleste con base de operaciones en Trigoria.

“Una de las razones del fuerte recuerdo de la Copa del Mundo tiene que ver con la dinámica propia de esa selección, con líderes muy fuertes y mucha presencia en los medios. Sentirse víctimas, encontrar siempre un complot o hasta inventar enemigos. Algo de improvisación, de lo atamos con alambre. Un equipo que sufrió daños externos y autoinfringidos. Las lesiones y sobre todo con tu as de espadas dañado. No es que llegó mal, fue una patada en el partido inaugural”, desmenuza el productor de Caiga Quien Caiga; Palo y Palo y Algo habrán hecho, entre otros recordados programas televisivos.

El cóctel, se completa con la insuperable canción; los abucheos al Himno Nacional y en general que Italia 90 sea la foto de un mundo que dejaba de existir. Por caso, fueron de la partida la Unión Soviética, Yugoslavia y Checoslovaquia y el campeón consagrado la -todavía- Alemania Federal.

“Pasaba de todo en el mundo y en el país. Y volvemos a un público más cercano a los jugadores. Hoy un pibe de 19 años que ya está jugando afuera no es que nunca los vieron jugar con la camiseta de un equipo argentino… no los escucharon ni nombrar”, contrasta Cune, en torno a futbolistas que tenían plena identificación en la escena doméstica antes de emigrar a la elite.

La elaboración de esta obra fue planteada a finales de 2018, ante la efeméride redonda que se acercaba. “En el equipo -también integrado por Sebastián González Gándara y Agustín Martínez- todos trabajamos de otra cosa y se repartieron las tareas. Nos llevó un poco más de un año bien intenso y la parte previa, donde se va gestando, tirando ideas”.

Consultado por su principal apego para con Italia 90, Molinero no duda: “quería que quede reflejado lo sensorial. Para los que lo vivimos, recordar las sensaciones y para quienes no, los más chicos, que supieran por qué había quedado en la historia. Por qué cuando atajás el penal sos Goyco; por qué cuando se te hincha algo te dicen que es el tobillo de Diego o por qué al delantero veloz y providencial le dicen Cani”.

Al reforzar esa cuestión sensorial, el actual gerente de producción de la TV Pública recuerda que “futbolísticamente como Mundial fue muy malo, no pasó demasiado. La historia para contar es la de Argentina; quizás Camerún por el batacazo y ser el primer africano que llega a cuartos de final y muy poquito más. Pintoresco sí, pero ni cerca del nivel de juego del 82 u 86”.

“Nos marcó mucho en el momento que lo vivimos y muchos años después sigue dando cosas”, sentencia. 

Es que como los 90 son los años que amamos odiar, el Mundial peor jugado de la historia fue el mejor Mundial de todos los tiempos. (ANDigital)

 

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