miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3686

Economía | 15 feb 2014

Según informe de IDESA

Aseguran que el salario real recuperó el nivel anterior a la devaluación

Concluye una década de crecimiento importante del empleo formal, pero de bajos salarios reales. El 2009 aparece como un punto de quiebre ya que el empleo se estancó y el salario real recuperó el nivel previo a la crisis de 2002. Así, vuelven a quedar planteados los mismos desafíos que se eludieron apelando al recurso simple, pero poco efectivo, de la devaluación.


CAPITAL FEDERAL, Enero 04 (ANDigital) En el 3º trimestre de 2009 se confirmó que el empleo asalariado registrado del sector privado está estancado. Según el INDEC, la cantidad total de empleos asalariados privados registrados fue de 5,69 millones, nivel inferior al observado en el mismo período de 2008, cuando los empleos formales llegaron a los 5,87 millones. De esta forma, el año que terminó marca el final de un período de intensa creación de empleos formales. Entre el punto de crisis de 2002 y 2009 la creación neta de empleos asalariados formales privados fue de aproximadamente 2 millones de puestos de trabajo.

El fenómeno está asociado a la desaceleración de la actividad económica. Pero también hay que considerar cambios que se dieron en el mercado laboral. Un fenómeno particularmente importante es que se ha esfumado gran parte de la abrupta “licuación” de salarios que produjo la devaluación. Esto se produjo por la recuperación de los salarios nominales y de nuevas regulaciones.

Según datos del Ministerio de Economía, la evolución del salario registrado en el sector privado corregido por inflación mayorista tuvo el siguiente comportamiento:

--) El salario real promedio entre 1994 y 2001 fue de $3.135 a precios del tercer trimestre del 2009.
--) En 2003, luego de la devaluación, el salario cae en términos reales un 42% ubicándose en $1.823 a precios del tercer trimestre del 2009.
--) En el 3º trimestre de 2009 el salario real vuelve a tener similar nivel que antes de la devaluación, ubicándose en $3.091.

Los datos sugieren que, además del aumento de la actividad económica, un poderoso mecanismo de creación de empleos a lo largo de la década fue la desvalorización del salario real luego de la devaluación de 2002. En este contexto, el 2009 aparece como un punto de quiebre ya que el salario real recuperó el poder de compra que tenía antes de la devaluación y simultáneamente se paralizó la generación de nuevos empleos.

El salario real tiene una doble implicancia. En la perspectiva económica, es el precio del factor productivo mano de obra. Por eso, es uno de los determinantes de las decisiones de las empresas de producir y fundamentalmente de crear empleos. En la perspectiva social, es la principal, y muchas veces la única, fuente de ingreso de las familias. En esta visión, es el determinante de la calidad de vida de la población.

La devaluación estimuló la generación de empleos “licuando” los costos laborales, pero con un gran sacrificio por parte de la población. Como era previsible, la situación no fue socialmente tolerada, emergiendo presiones para recuperar el salario real. De esta forma, la política cambiaria fue un paliativo de emergencia y transitorio frente a la falta de competitividad y la insuficiencia de empleos. Pero no resolvió el problema de fondo que es la baja productividad laboral. Peor aún, disimulados sus efectos por el deterioro del salario real, se acumularon nuevas regulaciones que aumentan de manera espuria los costos laborales.

Termina una “década perdida” en materia laboral. Varios países latinoamericanos experimentaron importantes progresos sociales gracias al contexto internacional muy favorable para toda la región. En la Argentina, en cambio, las oportunidades no fueron aprovechadas. Una de las consecuencias sociales más negativas es que los salarios reales recién están alcanzando el nivel que tenían en  la década pasada.

Las perspectivas en materia de empleo son más pesimistas que las económicas. Es probable que en 2010 se recupere el nivel de actividad, pero esto no garantiza que el empleo formal vuelva a crecer como lo hizo en la década pasada debido a que los costos laborales son mucho más altos. En lugar de repetir la frustrante experiencia de reducir salarios reales para generar empleos, el camino alternativo es abordar el relegado plan de modernización de las instituciones económicas, laborales, sociales y educativas. Esta es la vía para sostener aumentos simultáneos en el nivel de empleo y de salario real. (ANDigital)

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