viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

El Fierro | 3 feb 2015

Opinión

Basta de relaciones carnales

La dudosa muerte de Nisman muestra que la disputa por el poder en la Argentina se ha vuelto feroz. Antes fue Menem con los yanquis, ahora los Kirchner con China y Rusia, nos meten en el tablero imperialista. La semana política por Ricardo Fierro.


La podredumbre

Los hechos se suceden aceleradamente. Primero fue la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra Cristina Kirchner y funcionarios y dirigentes kirchneristas de “un acuerdo criminal” con el gobierno de Irán para “la impunidad” de funcionarios iraníes imputados por el atentado terrorista a la Amia. Siguió la muerte dudosa del fiscal. Las “operaciones” de información y desinformación sobre esos hechos, tanto desde el gobierno como desde el holding Clarín, revelan la cara oscura, siniestra, de los servicios de inteligencia, como base de la política de las instituciones del Estado.

También la reacción popular fue acelerada. En las fábricas y los barrios se escucha: “Nadie le cree al gobierno, ni a ninguno”. “A Nisman lo mataron, nadie puede decir o investigar nada porque desaparece”. “Hay mucha bronca, mucho descreimiento, mucha confusión y mucho interés para comprender lo que está pasando”. “El gobierno está sospechado”. “Un 20 o 30% le cree al gobierno, para el resto que lo mataron”. “El mejor argumento del gobierno es el oportunismo berreta de los candidatos que se pasean por la TV”. “La situación es peligrosa, hay preocupación y temor de que se vaya todo al carajo”. “Vuelve la presión por la situación económica”. “Se pelean entre ellos, es buen momento para pechar”.

El discurso de la presidenta

Frente a la gravedad de la situación y el descrédito de las masas, la presidenta debió dar la cara. Reapareció con su discurso en cadena nacional en la noche del lunes. Habló para los que la siguen, pero debió anunciar la disolución de la Secretaríade Inteligencia.

Habló a los que la siguen. Les dijo que ella nunca habló de “suicidio”, cuando todo el país escuchó a sus ministros y demás espadachines argumentar que Nisman se había suicidado, cuando no había un solo dato serio. Habló de “los servicios” como si ella no tuviese nada que ver. Diez años gobernó de la mano de “Jaime” Stiusso como mandamás de la Secretaría de Inteligencia, le aumentó el presupuesto a $800 millones, y le garantizó que la Comisión del Congreso Nacional que debía revisar sus cuentas y sus actividades no se reuniera; es decir, garantizó que esa SI podrida tuviera mucha plata y ningún control. Lo puso a Milani al frente de la inteligencia del Ejército, y le dio presupuesto para comprar tecnología que solo sirve para espionaje interno. ¿No es acaso Milani, hoy, el verdadero jefe de la inteligencia K? De paso, Cristina K aprovechó la situación para tratar de “santificar”la brutal corrupción de su grupo económico.

Frente al crecimiento del descrédito en las instituciones del Estado, la presidenta disolvió la Secretaría de Inteligencia. Claro que, fiel a su estilo, retrocedió un casillero para avanzar dos: avanza un casillero con la creación de la Agencia Federal de Inteligencia K, y otro entregando el aparato de pinchaduras de teléfonos e Internet a su mano derecha en la Justicia, la procuradora Gils Carbó.

Desinformación

El discurso de Cristina K del lunes pasado, ocultó los tiempos y los cambios, de Néstor y de ella, en su alineamiento internacional. Una política fue la de la foto de Néstor K, amigablemente con su mano en la rodilla del presidente yanqui Bush; y luego los “coqueteos” de Cristina K con Obama. Esa política llevó al acuerdo con “la pista iraní” para el caso AMIA: la CIA y el Mossad trajeron a la Argentina las declaraciones de un “arrepentido”. Néstor y Cristina acordaron con los gobiernos de Estados Unidos y de Israel, y con Nisman y Stiusso, en que Irán era un “Estado terrorista”, como dijo Loretta Linch, la procuradora de la Justicia yanqui. Todos se hacían los distraídos con el “Estado terrorista” de Israel. Pero hubo un cambio. De la “manito” en la pierna de Bush se pasó a Timerman tomando el avión de una misión militar de Estados Unidos y abriendo el cajón con las claves de las comunicaciones de la inteligencia yanqui, y luego al discurso en el que Cristina K calificó a Obama de “terrorista”. Néstor y Cristina K avanzaron hacia la firma del “acuerdo estratégico integral” de la Argentina y China, y “el acuerdo estratégico” con Rusia. Es esta política la que llevó al gobierno argentino a firmar el memorándum con Irán.

La otra usina, Clarín, también desinforma. Habla de un atentado terrorista internacional, en un mundo de feroz disputa entre potencias imperialistas, sin mencionar a China y Rusia. Irán es un aliado estratégico de China, es su principal proveedor de petróleo, y a cambio, China, entre otras cosas, le provee armas. No se enteró Clarín de que el 21/1/2015 Irán Rusia hicieron un acuerdo de “colaboración militar”, en el que afirman: “Una Rusia potente y un Irán independiente son dos pilares fundamentales de la estabilidad regional y mundial”.

Estados Unidos considera que Israel es “su portaaviones” en el corazón petrolero del mundo; China y Rusia, como se ve, trabajan para atar a Irán y convertirlo en “su portaaviones” en esa misma región.

La maldición de las relaciones carnales

“Tenemos un mundo multipolar, con tres potencias principales: Estados Unidos, China y Rusia. De las tres, por ahora, sólo Estados Unidos es la única superpotencia económica y militar de alcance global (…). [Estados Unidos] intenta recuperar terrenos en América Latina” (Informe del CC del PCR, 1/2015).

La Argentinaes un país dependiente y disputado por varios imperialismos. Así como las relaciones carnales de Menem con el imperialismo yanqui metieron a la Argentina en el tablero de la disputa interimperialista, que es el trasfondo de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA. Ahora, las relaciones carnales del gobierno K con China y Rusia, incluyendo la instalación de la base militar china en Neuquén (la primera base militar extranjera en la historia argentina), también nos ha metido en el tablero de la disputa interimperialista. Como se ve, en las relaciones carnales con uno u otro imperialismo siempre pierde el pueblo, y siempre lo paga con sangre.

La muerte dudosa de Nisman muestra que la disputa interimperialista por el poder en la Argentina se ha vuelto feroz.Lo más probable es que no se haya decidido acá, y habrá que seguir atentamente cómo siguen los hechos. El gobierno K paga por habernos metido en ese maldito tablero. Y sus rivales en el bloque dominante tratan de ganar espacio dentro de esa disputa que nos es ajena y que nos cuesta hambre, entrega y sangre.

Buen momento para pechar

La situación es muy grave. El pacto de gobernabilidad de los de arriba, tiene fisuras, o se ha resquebrajado. La pelea entre los de arriba puede ser aprovechada por el pueblo. Los trabajadores y las masas populares, asqueados por la podredumbre que se destapa, buscan comprender la situación y caminos para ser protagonistas.

Es buen momento para pechar, como se dice ya en algunas fábricas. Pechar con la lucha por los reclamos de los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados; de los campesinos, los estudiantes y los demás sectores populares. Después del ajuste del 2014, es necesario preparar el paro nacional activo de 36 horas, multisectorial para enfrentar el ajuste 2015, y para ir a fondo en la verdad y el castigo de los crímenes de la AMIA y demás crímenes impunes.

Es muy buen momento para pechar con el Frente Popular y con la campaña por la personería del PTP. Y para fortalecer el PCR, que en 1983 planteó no dejar piedra sobre piedra del aparato de la dictadura, mientras los políticos del sistema negociaban la impunidad, como la reconoció Cristina K, al decir que la podredumbre que hoy sale a flote (para ella reducida a los servicios), es “una asignatura pendiente” de todos los gobiernos desde el 1983 a ahora.

Retomemos la consigna que nos legaron los patriotas de la Revolución de Mayo de 1810: ¡Ni amo viejo ni amo nuevo, ningún amo! ¡Basta a las relaciones carnales con los imperialistas yanquis, chinos o rusos que nos someten al hambre y la entrega, y a ser carne de cañón de las disputas entre ellos!.-

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