jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

El Fierro | 11 abr 2016

Opinión - La Hora Política

Parar el ajuste y la entrega

La política antipopular y de entrega del gobierno de Macri, con la carestía, tarifazos y despidos, ya sumó 1.400.000 pobres a la herencia kirchnerista. Urge un paro nacional, y la unidad, organización y movilización del pueblo. La semana política por Ricardo Fierro.


Gracias a Macri, más pobreza y más hambre

Después de 12 años en el poder, la mayor parte de ellos en condiciones económicas excepcionales, el kirchnerismo dejó una brutal herencia social: 12 millones de pobres. Macri llegó al gobierno, y repitió en el discurso de su asunción, y ante el Congreso, que el eje de su política era el plan “Pobreza 0”, y que lo iba a concretar con “trabajo de calidad”. Cuestionó los índices truchos de INDEC K, contraponiéndolo con los del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica. Así fueron sus palabras.

A casi 4 meses de gobierno macrista, la realidad de su política muestra todo lo contrario. Lo prueban los datos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, (organización que antes Macri elogiaba). Al finalizar el primer trimestre del 2016, las medidas del gobierno actual han sumergido en la pobreza a 1.400.000 argentinos, y de esa cifra, a 350.000 los ha hundido en la indigencia, es decir, en el hambre.

El mismo Observatorio de la UCA elaboró un nuevo índice de pobreza, teniendo en cuenta todas las condiciones de vida de la familia: ingresos, alimentación, educación, vivienda, salud, agua y cloacas, y empleo formal. Quienes no pueden resolver algunas de estas condiciones, suman, en el Gran Buenos Aires, el 64,7% de la población, y más del 50% de los habitantes de las ciudades del interior del país relevadas.

Una receta vieja

Esos datos revelan las consecuencias de la inflación, sobre todo el gigantesco aumento de los alimentos y medicamentos, la devaluación y otras medidas del primer trimestre de gobierno macrista, cuando decía que su plan era “gradualista” y no de “shock”.

El macaneo “gradualista” comenzó a perder la careta con el tarifazo a la electricidad, y quedó al desnudo con los brutales tarifazos anunciados por el gobierno nacional (y también los aumentos de tarifas e impuestazos de varias provincias).

Los hachazos a los bolsillos del pueblo son muy duros: aumentos del 100% en el transporte de Capital Federal y Gran Buenos Aires (también en varias provincias), 300% el gas, 375% el agua, 6% en los combustibles (acumulan 150% en poco más de dos años mientras el barril de petróleo bajó el 80%), 220% el GNC, etc.

Vivimos años de gobierno K, que aumentaba sus ingresos y recortaba los salarios usando la inflación. Ahora, Macri usa la vieja receta que aplicó Martínez de Hoz (con la dictadura), Sourrouille (con Alfonsín), Cavallo y López Muphy con Menem y De la Rúa. Es la política que llevó a la desocupación, el hambre, el endeudamiento y la entrega de los recursos naturales.

Aplausos, buitres y gobernabilidad

Macri está engolosinado con los aplausos que le llueven de afuera, de los jefes imperialistas como Obama (yanqui), Cameron (inglés), Renzi (italiano), Hollande (francés), Xi Jinping (chino), Putin (ruso), etc. ¡Cómo no lo van a aplaudir si los monopolios y bancos de esos países han sido los grandes beneficiarios de sus medidas de gobierno: cerealeras, petroleras, megamineras, y las 100 grandes formadoras de precios que manejan el mercado interno!

También está engolosinado, Macri, por el acelerado retroceso del grupo Kirchner, que anda por los tribunales por la brutal corrupción de su gobierno (en el destape de Panamá, no solo aparecen funcionarios K, sino también Mauricio Macri como director de una empresa fantasma). Aprovecha, igual que hacía Cristina, las necesidades de provincias y municipios para comprar los votos que le permitieron aprobar el entreguista acuerdo con los buitres. Y confía en garantizar la gobernabilidad de su mandato, con la “caja”, y manteniendo el desmadre en que dejaron al peronismo Cristina y Scioli.

Consciente de que el pueblo argentino no es manso, Macri afina su Protocolo represivo fascista, y acuerda con la DEA, el FBI y otros aparatos “de seguridad” yanquis, las purgas y la reorganización de los organismos de espionaje y policiales. Como su ajuste no cierra sin represión, su objetivo es sacar al pueblo de las calles. Muchos gobiernos lo intentaron, también el kirchnerista. Ninguno, hasta ahora, lo logró.

Hay otro camino

Macri gastó, y tomó deuda, por cientos de miles de millones de pesos, para engordar los bolsillos de un puñado de monopolios y bancos imperialistas, de burguesía intermediaria y grandes terratenientes. Lo hizo para ir reagrupando un nuevo sector hegemónico en el bloque dominante, desplazando al que gobernó con los K. Con esta política el pueblo está pagando la crisis. Con los tarifazos profundiza el ajuste que costará sangre, sudor y lágrimas al pueblo.

Es falso que esta política sea la única posible y que sea “nueva”. Es la misma que llevó el país a las crisis que provocaron la salida anticipada de Alfonsín, la que impidió la re-reelección de Menem, y la que llevó a la hambruna y la desocupación del 2001 y empujó el Argentinazo que hizo saltar por los aires a De la Rúa.

Hay otro camino. Es lo contrario de lo que se está haciendo. Invertir todos los recursos para mejorar las condiciones de vida del pueblo y poner en marcha la producción nacional.

Hay plata para eso, haciéndosela pagar, con impuestos, con la expropiación o el decomiso, a los que se llenaron los bolsillos con los Kirchner y a los que se los está llenando Macri, con cárcel y decomiso de bienes a los corruptos y las mafias de la droga y la trata.

Unir fuerzas hacia un paro nacional

Creció el malhumor por la carestía y la maniobra con el impuesto a las ganancias. Ahora los tarifazos —con salarios, jubilaciones y planes sociales congelados—, esfuman las expectativas y desatan las broncas.

El masivo paro y movilización docente del 4/4, muestra que los trabajadores no aceptan pagar el ajuste ni bancan la entrega: crece la voluntad de lucha. Como lo fueron mostrando el paro nacional y las movilizaciones de ATE, la rebeldía de los trabajadores que sacude a Santiago del Estero, Santa Cruz y Tierra del Fuego, las jornadas de la CCC, el MIJP-CCC, y otras organizaciones, la movida de la multisectorial, la marcha de los trabajadores de Atucha, la lucha de los campesinos de Asoma y otras organizaciones del gran La Plata, las jornada de las mujeres el 8/3, y las gigantescas movilizaciones y actos del 24 de marzo.

Es un momento clave para avanzar en la unidad para la lucha, hacia un paro nacional activo, multisectorial, contra el ajuste y la entrega.

Y es un momento clave para profundizar el debate político que hay en las masas trabajadoras y campesinas, en las mujeres y los jóvenes, y en todo el pueblo, mostrando que hay otra salida, a favor de los de abajo, que tiene como punto de partida plantarse frente al ajuste y la entrega macrista, sin olvido de la herencia K. Fortalecer y ampliar en cada lugar de trabajo, vivienda o estudio, en cada localidad y provincia, al Frente Popular, al PTP y al PCR. Preparando a los de abajo para las grandes tormentas que se vienen.-

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