viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

El Fierro | 18 may 2016

Opinión - La Hora Política

Crece la unidad contra el ajuste

La lucha obrera, campesina y popular le abrió la mano al gobierno. Impulsar un paro nacional activo y multisectorial para torcerle el brazo a la política de ajuste y entrega. La semana política por Ricardo Fierro.


Un cambio profundo

Grandes masas de trabajadores, campesinos, estudiantes y otros sectores populares, fueron tanteando al nuevo gobierno. Arrancaron los trabajadores de Cresta Roja, venían de sus reclamos a Cristina K y se plantaron desde el inicio del gobierno de Macri. Le siguieron innumerables luchas contra los despidos, la gran huelga docente que le torció el brazo al gobierno, y el paro y la movilización masiva de ATE en febrero.

Las luchas se multiplicaron, fue avanzando la coordinación gremial y multisectorial en varias ciudades y provincias, hasta llegar a las concentraciones y paros que sacudieron el país en la última quincena: la gigantesca concentración de las 5 centrales de trabajadores; la lucha por la tierra en el Abasto, seguida de las grandes jornadas multisectoriales, con paros activos del Astillero Río Santiago y paro de quinteros que sacudieron a La Plata; la lucha de los trabajadores de la salud en Buenos Aires y la Capital Federal; el paro de petroleros y el movimiento obrero de Comodoro Rivadavia con una enorme concentración; y la larga lucha de los docentes universitarios que se unió con los estudiantes y no docentes y, otros sectores, en una jornada que es histórica.

La presión desde abajo forzó la unidad de acción de la clase obrera, que mostró su enorme potencia, y creó condiciones para la unidad de acción multisectorial con el campesinado, el estudiantado y otros sectores populares. Cambió el escenario político nacional.

¡Basta de ajuste macrista!

El gobierno de Macri fracasó en su intento de sacar a las masas de las calles. Fracasó porque esas masas consideran que la protesta en las calles y las rutas, unida a la huelga, es la única forma para hacerse oír y torcerle el brazo a las políticas de hambre y entrega.

Las expectativas en el nuevo gobierno se fueron esfumando, en grandes sectores, desde la misma conformación del gobierno con empresarios y gerentes de grandes empresas y terratenientes latifundistas, seguido por los abrazos de Macri con Obama y cuanto jerarca imperialista hay en el mundo. Las promesas electorales de “pobreza 0”, “trabajo de calidad” y “lucha contra el narcotráfico” fueron reemplazadas por medidas que engordaron los bolsillos de los de arriba. Y para abajo, esas medidas fueron el castigo de la inflación al galope que agravó el hambre, la pobreza y recortó los salarios, la oleada de despidos que provocó la lucha de los trabajadores, y el agravamiento de la crisis de las economías regionales que las llevó a situación de quiebra y de miseria a los pobres del campo.

Macri se atrincheró en la polarización con Cristina y su herencia de hambre, inflación, recesión, corrupción y narcotráfico. Dicen en el campo: “si la pudrís, quién viene”, temiendo el retorno de la ex presidenta. Y en la promesa de “los dólares de la felicidad”, de monopolios imperialistas y terratenientes latifundistas “en el segundo semestre”. El presidente creyó que tuvo un cheque en blanco en las elecciones, y que el pueblo argentino es crédulo y manso.

Hay plata para la emergencia social

El gobierno de Macri tiene plata para la grave situación que vive el pueblo: una verdadera emergencia social. De los fondos que recaudó este gobierno para pagar a los buitres, se calcula que “le sobraron” alrededor de 4.500 millones de dólares, esto es alrededor de $67.000 millones. Podría, también, usar reservas del Banco Central, ya que las reservas se forman con el sudor del trabajo. Y el pueblo puede exigir que se le imponga un impuesto de emergencia a los monopolios y terratenientes latifundistas que “la juntaron con pala” (como confesaba Cristina durante su gobierno), y la siguen juntando con pala con Macri.

Además, la infernal corrupción que se va destapando sobre la corrupción del gobierno K, no puede ser un show político en función de los planes de Macri. Estuvo muy bien la mujer que ocupó una de las 250 propiedades de Lázaro Báez. Hay que decomisarle las propiedades a los corruptos, meterlos presos, y usar esos fondos para la emergencia social. Decomisarles quiere decir quitarles la propiedad de los bienes, y usar esos fondos para la emergencia social.

Lo mismo vale para la corrupción que comienza a emerger de funcionarios macristas. Podría iniciarse, como ejemplo, obligando al grupo Macri a que devuelva los 100 millones de dólares de la deuda de ese grupo que fue estatizada por Cavallo, fue una estafa a los dineros públicos. O la del negociado de funcionarios kirchneristas y macristas con la compra de dólares a futuro.

Un camino abierto

La situación ha cambiado, las luchas de los trabajadores, los campesinos, los estudiantes y demás sectores populares, enfrentan a la política de ajuste y entrega del gobierno macrista y han conquistado que abriera la mano.

El gobierno trata de presentar esa situación como si se hubiera vuelto generoso. No es así, recibió el castigo popular y debió ceder, todavía muy parcialmente, a los reclamos del pueblo. Y si no se profundiza ese camino, va a tratar de recuperar por otro lado lo poco que se cayó de la mano abierta.

Hay que sacar enseñanzas de cómo se le hizo abrir la mano para profundizar el camino abierto.

Desde la lucha de Cresta Roja al acto del 29/4, el movimiento obrero (ocupados, desocupados y jubilados), logró la unidad para la lucha, y se colocó en el centro del tablero político con sus reclamos. También se avanzó, en esa unidad gremial, en algunas provincias y ciudades.

Ese recorrido del movimiento obrero fue creando condiciones para la unidad multisectorial: trabajadores, campesinos, estudiantes, pequeños y medianos productores, y demás sectores populares.

Se pudo avanzar en la unidad para la lucha, gremial y multisectorial, a partir de la presión que se fue creando, desde abajo, con luchas parciales que chocaban contra la sordera del gobierno, y que fueron tomando conciencia de la necesidad de coordinar y confluir con otros gremios y otros sectores populares, para multiplicar la fuerza de los reclamos.

No será fácil sostener esa unidad para la lucha, gremial y multisectorial, hay fuertes presiones para postergar el paro nacional, y hay un trabajo minucioso del gobierno para dividir lo que se unió.

El PCR y el PTP, la CCC y otras fuerzas clasistas y antiimperialistas, trabajaron fuertemente para avanzar por este camino, y se fortalecieron para profundizar ese camino.

Por delante están nuevos compromisos. El 19/5, en Buenos Aires, hay un nuevo paro y jornada de lucha de ATE, judiciales, la Cicop, confluyendo con los quinteros y los estudiantes. El 21 y 22/5 se realiza el Congreso de la Federación Nacional Campesina, en el Chaco, hacia el que se discute una jornada nacional de lucha. El 24/5 hay paro nacional de ATE, confluyendo con otros sectores. Y el 3 de junio, llenar las calles de todo el país por el “Ni una menos. Basta de femicidios”.

Un gran desafío político

La nueva situación que se ha abierto, expresa un gran cambio en el terreno de la lucha social, y también en el de la lucha política.

Amplias masas de trabajadores, campesinos, estudiantes, mujeres, jóvenes, profesionales, intelectuales, artistas, pequeños y medianos productores de la ciudad y el campo, buscan un camino que los exprese también en la lucha política que está abierta en el país.

Se discute en todos lados, y mucho, cómo avanzar enfrentando a la política del macrismo, sin concederle a las aspiraciones de Cristina de subordinar a la oposición popular a sus planes de impunidad y retorno. Cómo reagrupar a las fuerzas nacionales y populares para que expresen ese enorme cauce que se va abriendo paso en la lucha social. Esto es un gran desafío.

La cercanía del 9 de Julio, Bicentenario de la Independencia Nacional “de toda potencia extranjera”, como afirmó la histórica declaración, exige unir fuerzas para un digno homenaje que recupere las banderas históricas de la lucha por la segunda y definitiva independencia.

La lucha por las personerías del PTP es para consolidar una herramienta que trabaje activamente para esos objetivos políticos. Una herramienta que contribuya a fortalecer y ampliar, ampliar mucho el Frente Popular. Y avanzar en acuerdos multisectoriales, golpeando juntos con otras fuerzas por puntos concretos, que ayuden a ir creando las condiciones para un centro coordinador que exprese en la política lo que se vuelca a las calles.

Los desafíos que se van abriendo hacia adelante, son muy grandes, con grandes tormentas sociales y políticas. Hacia allí vamos.-

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