martes 16 de abril de 2024 - Edición Nº3678

El Fierro | 29 ago 2017

Opinión / La Hora Política

Crean clima para más mano dura

Secuestros, atentados, amenazas, represión, cárcel y juicios a luchadores populares. A un mes de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, aumentan los ataques a dirigentes políticos y sociales opositores. Son hechos funcionales a la política de hambre y entrega del gobierno. La semana política por Ricardo Fierro.


Pararle la mano dura a Macri

Al cierre de este hoy, la dirigente de la CCC y el PCR, Julia Rosales, fue atacada a balazos, tres impactaron en su cuerpo. Salvó su vida de milagro. Más tarde, a su compañero, Mario Segovia, dirigente nacional del PCR, le destrozaron el auto. Repudiamos los hechos y hacemos responsable al gobierno del castigo a los autores de estos cobardes atentados.

Silenciados unos y publicitados otros, se vienen produciendo hechos que tienden a enturbiar el clima político. Muchos huelen a “servicios”, o son funcionales al objetivo del gobierno de mano dura para que pase su ajuste. La represión y criminalización de la protesta son usadas por el macrismo para imponer su política. Exigimos la aparición con vida de Santiago Maldonado y la absolución de Nelson Salazar.

Con Macri, la expansión sojera, las megamineras, las mineras y los emprendimientos para turismo internacional, profundizaron la expulsión de campesinos pobres y originarios de sus tierras: hay más de 700 conflictos. Hay “desaparecidos”, presos políticos presentados como delincuentes comunes, y una justicia y periodistas, como Lanata, funcionales a la oligarquía terrateniente. Crean el clima para la represión, como al cacique de Solco Yampa, Rolando Fregeñal.

El respeto a las tierras de los campesinos pobres y originarios, la inmediata libertad de los presos políticos y la aparición con vida de los desaparecidos, es parte esencial de la lucha popular. Somos un país plurinacional y pluricultural. Es imposible cerrar las fronteras al narcotráfico, la trata y otros delitos, sin el pleno respeto a la población criolla y a las tierras y territorios de los originarios que las habitan.

Tampoco pasa sin represión la política del gobierno de hacer negocios con Inglaterra sin mencionar a Malvinas. El vicepresidente del Banco Central, Llach, declaró: “Yo entregaría no solo las Falklands sino todo Tierra del Fuego a England”. El nombre argentino es Malvinas, Llach las nombra como inglesas: Falklands.

Macri cumple con el desarme de la defensa nacional comprometida con Gran Bretaña al finalizar la Guerra de Malvinas. Ya sacó a las fuerzas de frontera de su función, las usa para reprimir. Y trabaja para reconvertir las Fuerzas Armadas para sumarlas a la represión. No tenemos aviones de combate, el gobierno evalúa “alquilar” algunos a Brasil para la seguridad de la próxima reunión del “Grupo de los 20”.

Para sostener esa política entreguista y represiva, elementos de servicios han desatado una campaña de amenazas y hechos contra Eduardo Lualdi, y mafiosamente contra su familia, de amplia trayectoria en publicaciones y organizaciones de sectores patrióticos y democráticos. Condenamos esos hechos y le damos nuestra total solidaridad.

El gran acto del 22

El masivo acto del movimiento obrero, el 22, en la Plaza de Mayo y en todo el país, golpeó duro al gobierno. Confluyeron la CGT, las tres organizaciones sociales, CCC, CTEP y Barrios de Pie con una enorme columna, y las CTA, junto a numerosas organizaciones populares. Fue masivo, rebalsó la Plaza de Mayo con columnas que se extendían hasta la avenida 9 de Julio.

Schmid, el triunviro de la CGT, unió los reclamos de los tres afluentes del movimiento obrero: ocupados, desocupados y jubilados. Plantó bandera contra la reforma laboral y previsional. Asumió reclamos de sectores populares: la emergencia alimentaria y la lucha contra la pobreza como prioridad nacional, la tierra, la lucha por los derechos de las mujeres y de los jóvenes por su futuro. Le dijo a la reaccionaria ministra Bullrich que garantice la aparición con vida de Santiago Maldonado. Se solidarizó con el pueblo de Cataluña y condenó cualquier escalada militar en Latinoamérica.

Schmid ratificó la reunión del Confederal de la CGT para el 25 de setiembre, para un plan de lucha con paro nacional. Una fecha alejada de la necesidad y la urgencia del paro nacional activo y multisectorial, que es un tema central de discusión, frente a la ofensiva ajustadora y reaccionaria del gobierno de Macri.

Contraofensiva

Macri se apuró a contragolpear, echó a Sabor y Scervino, dos funcionarios vinculados con dirigentes de la CGT. Actuó como empresario, dueño de monopolios, para quien los aportes de los trabajadores a las obras sociales son “caja suya”, para premiar a los que colaboran con él y castigar a los que se oponen a su ajuste. Los multimedios del sistema acompañan la contraofensiva. Usaron el incidente de un pequeño grupo, en la plaza, para atacar el acto, al que Clarín calificó de “maquinaria infernal”. Llegaron a decir que Macri ahora es “Juan Domingo” Macri, como si fuera Perón. El ministro de Trabajo, Triaca, desnudó su gorilismo antiobrero: “Si nos peleamos con los gremios, de inmediato subimos 10 puntos” en las elecciones.

El gobierno se fortaleció relativamente en las elecciones: el PRO pasó de ser una fuerza porteña a fuerza nacional. Pero no arrasó, como tratan de instalar Macri y los multimedios del sistema: según trascendió, el escrutinio definitivo dio ganadora a Cristina, por poco, en la provincia de Buenos Aires.

Macri dio un golpe de mano echando al juez K corrupto, Freiler, con el auxilio de una Corte Suprema que quedó desprestigiada por el fallo del 2x1. Por otra parte, la derrota del gobernador macrista Weretilneck, lo forzó a rechazar la instalación de una central nuclear china en Río Negro. Por lo que Macri debió salir a los apurones a ratificar la entrega de las represas de Santa Cruz al monopolio chino Gezhouba y sus socios y testaferros de Electroingeniería.


Por un paro nacional activo y multisectorial

El Macri “recargado”, redobló la prepotencia, la sordera y la mano dura frente a las urgencias y reclamos de los trabajadores, los campesinos, los originarios, las mujeres, los jóvenes y demás sectores populares.

La respuesta es encabezar las luchas, trabajar para la unidad en la lucha, e impulsar asambleas y reuniones de cuerpos de delegados en los que se reclame la urgencia de un paro nacional activo y multisectorial y su continuidad con un plan de lucha.

Se equivocan los que especulan con que la lucha popular es “piantavotos”. Todo lo contrario. Fueron las gigantescas movilizaciones, como las del marzo caliente, el Ni Una Menos, el 2x1 y la marcha y acto de los Cayetanos, los que tiñeron el escenario electoral y le achicaron la cancha al macrismo.

El hambre, la desocupación, la pobreza, la expulsión de tierras, los sin techo, los inundados, los precarizados y los jubilados que cobran miserias, los castigados por la crisis de las economías regionales, etc., no esperan.

Por un frente popular y nacional

El gobierno ganó tiempo, demorando el escrutinio definitivo de las PASO, para instalar que va a “arrasar” en las elecciones de octubre. Dicen que van por veinte años de una Argentina amarilla, el color del PRO. Tantos soñaron lo mismo… y así les fue.

Para derrotar a este gobierno reaccionario, sin volver atrás, es necesaria la más amplia unidad para la lucha social y política de las masas contra la política de ajuste, entrega y represión de Macri. También, el más amplio debate en las masas sobre las causas de fondo que empobrecen al pueblo y saquean la nación: la dependencia y el latifundio oligárquico. Y también es necesario que la lucha social, la batalla política y la campaña electoral, acumulen fuerzas hacia un frente popular y nacional.
El escenario político que dejaron las PASO mostró fortalezas y debilidades. Sin subestimar al macrismo, lo que sería peligroso, hay una realidad en la que 65 de cada 100 argentinos no lo votaron. La pelea, en las calles y hacia octubre, está abierta.-

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