Cordera volvió a los escenarios en Córdoba: “Hoy nos congrega un renacer”

CÓRDOBA (ANDigital) “Hoy nos congrega un renacer. Acá estamos”. Con esta frase, Gustavo Cordera comenzó el show que marcó su regreso a los escenarios tras la polémica instalada por sus dichos catalogados como violencia de género.

Fue el viernes a la noche en el Complejo Multiespacio de Río Cuarto, Córdoba, donde La Caravana Mágica se presentó después de cuatro meses de abstinencia con “Soy mi soberano” como canción inicial.

El Pelado se volvió a parar frente a su público, que llegó desde diferentes puntos del país, con un show potente y emotivo que recorrió gran parte de su carrera artística y presentó siete canciones de su nuevo disco: Tecnoanimal.

“Vamos a tocar canciones de distintas épocas y que me pertenecen, acá puedo unir a muchos gustavos corderas y por primera vez lo haré con tanta soltura”, reseñó el exlíder de la Bersuit, antes de que arranquen los primeros acordes de “La soledad”, el preámbulo de un set bien rockero que incluyó “Me la juego a morir”, “La caravana se siente” y “Sacate la gorra”.

Espontáneo y auténtico, Cordera se sentó en un banco alto de madera y dijo: “jamás voy a permitir que esta canción sea denigrada por nadie”, para hacer una impactante versión de “Mi caramelo”, con Lele Perdomo, Chacho Piriz y Pepe Oreggioni acompañándolo con guitarras acústucas más el aporte de Schubert Rodríguez con su acordeón.

Ya habían pasado otras canciones históricas como “Perro amor” y “Otra sudestada”. Con una sonrisa, el Pelado calificó a Tecnoanimal como un disco hermoso, “que sirve para desocultar, para mostrar”. Y cantó “Cada uno” a dúo con Stella Céspedes, su esposa, corista de la Caravana y alma mather de la banda.

Ya había pasado “Fantasma soy” del nuevo trabajo y después fue el turno de presentar en sociedad “El facha”, “Muero por esa nena”, “Pintó meditación”, “Qué será de vos” y “Vieja vida”, uno de los momentos más fuertes de la noche.

“La bolsa” hizo vibrar el Multiespacio, pero Cordera bajó un cambio, cambió de clima y llamó a su hija Yanela para cantar juntos “No hay monstruos invencibles”, una canción hermosa, muy bien interpretada por padre e hija y con un significado nuevo, tras un tiempo de silencio.

Los momentos más festivos se vivieron con “Asalto de cumbia” y “La bomba loca”. Y el cierre llegó con “Un pacto”, cantado junto a todos los presentes.

Los bises llegaron de la mano de la banda y una improvisación donde los solos de Lele, Stella, Schubert y el baterista, Emiliano Pérez Saavedra, alargaron el festejo de los presentes.

El próximo show será en Punta Ballena, Uruguay, para cerrar el festival Medio y Medio, el 27 de febrero. (ANDigital)