viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Interés general | 2 oct 2013

Salud

Cómo contener a un familiar o amigo con cáncer

La honestidad y el respeto hacia la voluntad del enfermo son algunos de los consejos principales. A continuación, las claves de la American Cancer Society.


CAPITAL FEDERAL, Agosto 05 (ANDigital) Cuando el cáncer irrumpe en una familia, no solo el enfermo es el perjudicado. El efecto repercute en familiares y amigos, cuyas vidas también se ven alteradas y que de pronto se encuentran con que no saben cómo dirigirse, qué decirle a la persona querida que sufre. Por esto, la American Cancer Society sugirió recientemente una serie de pautas:
 
--)
Sea honesto: a menudo admitir que no se sabe bien qué decir pero se está dispuesto a acompañar es mucho mejor que “actuar” una sensación de tranquilidad y seguridad.

--) Pregúntele y ofrézcale el oído a la persona afectada para que pueda contar cómo se siente y del tema.

--) Ofrezca cualquier tipo de ayuda que sea necesaria.

--) Aún cuando esté en desacuerdo, respete la forma en la cual el paciente desea articular y llevar su tratamiento.

--) Evite los consejos o los “juicios”.

A veces es de utilidad, además, conocer el proceso por el cual atraviesa una persona desde el diagnóstico hasta el final de los tratamientos, durante el cual surgen y se alternan sensaciones de angustia, miedo, frustración, culpa, ira, enojo, ansiedad e incertidumbre. Esto es “emocional, previsto y esperable”, según la Lic. Daniela Berdinelli, psicooncóloga e integrante del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Austral.

Destacan la importancia esencial que durante este tiempo cobra la relación tripartita “médico-paciente-familia”: “Cuanto más abierta sea la comunicación sobre los temores, fantasías y creencias que la enfermedad provoca, más efectiva resultará la relación entre los integrantes de la familia. Esto además de brindar alivio, facilita la situación al momento de tomar decisiones o aliviar el sentimiento de culpa que toda enfermedad produce en el ámbito íntimo”, sostuvo Berdinelli.


Aceptar el diagnóstico

Una vez confirmado el diagnóstico de la enfermedad, comienza el camino de la aceptación. “En un primer momento, las personas afectadas por cáncer suelen presentar un período de incredulidad, que suele ir acompañado por la incapacidad para procesar claramente la información. Se sienten aturdidos o en estado de shock. En la segunda instancia –que por lo general coincide con el comienzo de los tratamientos–, el paciente empieza a aceptar paulatinamente la realidad y a sentirse ‘activo’ frente a ella”, describió la Lic. Berdinelli.

“Posteriormente –continuó–, a medida que los tratamientos avanzan y se ofrece una mayor cantidad de información se alcanza la tercera fase que está orientada a la búsqueda de respuestas que permitan darle un sentido tolerable a la situación”. De acuerdo con la especialista, habitualmente los pacientes que deciden involucrarse más en su tratamiento presentan una actitud más asertiva y toman la situación como un “desafío a vencer”.

Un momento crítico cuando se trata de enfermedades complejas y prolongadas es el de la finalización de los tratamientos, pues los pacientes suelen experimentar alegría y alivio, aunque también angustia, desamparo y un marcado aumento de la vulnerabilidad.

Por esto, según el Dr. Carlos Bruno, jefe del servicio de Oncología del Hospital Álvarez, “para alcanzar y retomar la calidad de vida que el paciente tenía antes de descubrir su patología, resulta fundamental que, justamente, después del abordaje de la misma, sea capaz de hacer todo lo que hacía antes”.

Por último, sostuvo que “si trabajaba y eso le daba placer y alegría, lo mejor es que vuelva a hacerlo. Lo mismo ocurre con las salidas y los paseos. Igualmente, no hay que descartar el dejar de lado ciertos hábitos que no son buenos, e incorporar deportes o hobbies que permitan distenderse y pensar en otra cosa”. (ANDigital)

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias