viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Interés general | 5 feb 2014

Gastronomía

Una vuelta a lo tradicional en la cocina separatista de Palermo Hollywood

“Pájaro que comió…” una fonda siglo XXI propone rescatar la esencia de la mesa argentina con aquellas recetas portentosas traídas por los inmigrantes. Con el horno de barro como punta de lanza, se para la olla en Humboldt 1962.


CAPITAL FEDERAL, Julio 29 (ANDigital) Parecía que la comida tradicional, generosa, sin eufemismos en el menú y con la raigambre de una Argentina de otra era, había muerto al mismo tiempo que la denominación de Palermo Viejo.

En una amplia casona de 1913, que mantiene intacta la identidad del barrio, se erige un escenario perfecto para esta versión de fonda porteña: Pájaro que comió…, con una ambientación simple pero con una puesta intimista y cálida. Una versión aggiornada de los antiguos bodegones, con el espíritu intacto, aunque en un contexto acorde a los tiempos que corren, sin escatimar el pingüino y el sifón.

Salón con pisos de madera, techos altos, patio cubierto, un enorme vitraux y la solicitada terraza son aditamentos que se suman a la gran “vedette” del lugar: el horno de barro.

En diálogo con ANDigital, Maximiliano Pettit, uno de los fundadores del establecimiento ubicado en Humboldt 1962, narró su pasión por la gastronomía en todos los niveles, desde prender una hornalla hasta encabezar una consultora, la experiencia adquirida en Londres y Dubai y avizoró una alternativa de qué empresa encarar en la volátil Argentina.

Tanto Maximiliano, como sus socios Juan Cruz Allendez y Molly Anne, supieron leer que el mundillo de lo cool en detrimento de la calidad iba en declive. La vuelta de la cocina a la olla, familiar y autóctona iba a recobrar protagonismo en la amplia oferta gastronómica porteña, y palermitana en particular.

“Compartimos la misma pasión por la gastronomía y una experiencia internacional en el arte de los fuegos, sartenes y barras de coctelería del mundo. Los viajes y trabajos en restaurantes, hoteles y bares de Europa y Asia marcaron pasos sólidos en nuestra carrera profesional”, dicen los mentores de Pájaro en su carta de presentación.

“Nuestra cocina se basa en las recetas traídas por los inmigrantes de principios de siglo pasado, adecuada a los tiempos modernos, en cuanto a una profesionalidad del servicio y la esmerada atención en cada detalle”, sostiene Pettit.

Entre las entradas, las empanadas tucumanas no son negociables, tienen que estar. Luego sí, quien quiere puede optar por provoleta rellena o salpicón de ave. Para los platos principales, el horno de barro reversiona el vacío o el cordero; puchero y guiso de lentejas para las noches de invierno.

Amantes del pescado: cazuela de mariscos o trucha a la manteca negra; y en pastas, los ravioles de seso no están en extinción y gozan de buena salud con estofado o tallarines con albóndigas.

En postres no pueden faltar los clásicos: vigilante, flan y zapallos en almíbar; entra en erupción el volcán de chocolate y descolla la mousse.
 
La propuesta de buena relación calidad-precio, conjuga recetas memorables con una interesante carta de vinos, clásicos y modernos, diseñada por el sommelier Claudio Mendoza que incluye de bodegas boutique y tradicionales,

Abierto de lunes a sábados, con la inclusión de menúes ejecutivos al mediodía con una interesante propuesta de bebida libre, vale destacar entre la carta de tragos con la rúbrica de Allendez, el “Colibrí”, la “Caipi Pájaro”, el Tijereta” o el Café-Tero Martíni”.
 
Pájaro que comió… abre sus puertas desde hace un año y medio en Humboldt 1962 entre Costa Rica y Nicaragua de la Ciudad de Buenos Aires. Las reservas pueden efectuarse al (011) 4779-0448. (ANDigital)

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