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Interés general | 3 ago 2009

Salud

Mitos y verdades sobre la alergia

Según los especialistas, en la Argentina el 50% de la población padece algún tipo de alergia. Los ácaros, la leche y la soja, entre los alergenos más frecuentes.


CAPITAL FEDERAL, Julio 07 (ANDigital) “Soy alérgico al cambio de clima”, es una de las afirmaciones que más frecuentemente se realizan en referencia a una enfermedad de tipo autoinmune que se caracteriza por una extremada sensibilidad hacia agentes externos, favorecida por el estado de las vías respiratorias. Sin embargo, los que sostienen este tipo de teorías desconocen que en realidad la sensibilidad se desarrolla como consecuencia de la adaptación del individuo a su medio ambiente, situación que puede darse en forma más o menos “traumática”.

“Al comenzar el otoño o la primavera me agarra asma pero no entiendo por qué, pues yo soy alérgico”, es otra de las confusiones más recurrentes. “Frente a esto es importante aclarar que ambas afecciones van de la mano, dado que el asma es sólo una de las manifestaciones de la alergia. Otras son, por ejemplo, la rinitis o la conjuntivitis”, explica el Dr. Gustavo Marino, jefe del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Universitario Austral al ser consultado debido a la proximidad del Día Mundial de la enfermedad, que se conmemora el 8 de julio.

“Es un buen momento para desmitificar ciertos aspectos de la alergia. Mucha gente cree, por ejemplo, que una vez desencadenada es imposible curarla, razón por la cual suponen que deberán soportar los ataques en forma crónica. Afortunadamente, hoy en día no es así; de hecho, en el Hospital realizamos tratamientos avalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en base a los cuales es posible alcanzar resultados satisfactorios en cuatro meses”, agrega Marino.
 
El especialista también hace referencia a la importancia de detectar el factor que provoca la hipersensibilidad del organismo, y la consecuente reacción exagerada. “Frente al mito de que es imposible saber a qué se es alérgico, hay tratamientos que en 20 minutos demuestran lo contrario”, expresa.


Empieza de chico, continúa en la adultez

Hace algunos años, los especialistas sostenían que la alergia era una enfermedad de la infancia y que con el correr de los años, y aún sin atención específica, los cuadros entraban en regresión hasta desaparecer.

No obstante, y a la luz de las investigaciones que indican que por ejemplo en la Argentina el 50% de la población es alérgica, es posible afirmar que se trata de un concepto al menos “riesgoso”, dado que un cuadro desatendido y librado a su evolución, con el correr de los años puede provocar serios daños en las vías respiratorias, más allá de los trastornos y de la incomodidad que genere.

El tratamiento de la alergia es, además, fundamental para evitar enfermedades como el asma. “En nuestro país un alto porcentaje de chicos desarrollan alergia, que es la principal afección crónica de la infancia. Frente a este panorama, es de esperar que a medida que pasan los años algunos desarrollen asma. Por esto, es muy importante ahondar en la detección precoz que se hace prestando atención a los síntomas, entre los que se destaca la sibilancia (ruidito al respirar), pero más que nada la tos seca que suele ser estacional (se presenta entre marzo y hasta agosto aproximadamente) y aparece durante la noche”, refiere el Dr. Marino.

El especialista menciona como factores alergenos más comunes los ácaros, los alimentos –un grupo que está siendo cada vez más investigado y dentro del cual se establecieron siete subgrupos: el de los lácteos (sobre todo leche y huevo), la soja, el maní, los mariscos, el trigo, los pescados y un último constituido por avena, avellanas y nueces–, y los gatos.

“La leche y más aún la soja se destacan dentro de los alimentos que pueden desencadenar un cuadro de alergia, sobre todo debido a que según investigaciones recientes, al ser alimentadas las vacas con soja es posible encontrar este alimento dentro de la leche que todos consumimos. Con respecto a los gatos, se calcula que el 40% de los pacientes desarrolla la alergia aún no viviendo con el animal, sino por el simple hecho de visitar a un familiar o amigo”, precisa el médico.

“Esto es porque el alergeno de los gatos –que contrariamente a lo que muchos creen no es el pelo sino la saliva con la cual los animales suelen lamerse e higienizarse– se pega a la ropa. Uno de los abordajes posibles consiste, al igual que se hace con los perros, agentes de alergia muy poco frecuentes, en bañar al gato cada 15 o 20 días”, concluye Marino. (ANDigital)

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