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Interés general | 7 nov 2017

Tiempos modernos

El uso intensivo de dispositivos electrónicos podría adelantar la presbicia

Lo que normalmente era un problema a partir de los 50, ya es moneda corriente entre las personas de 40. Como contrapartida, la solución –mediante lentes intraoculares multifocales– es cada vez más cómoda y segura.


CAPITAL FEDERAL (ANDigital) En el trabajo, en los ratos de ocio, al viajar, interrumpiendo la comida y las conversaciones, y hasta en la cama: en muy poco tiempo, no ha quedado prácticamente ningún espacio sin “colonizar” por las pantallas de celulares, computadoras, tablets y demás sucedáneos. El impacto ha sido total en nuestra psicología, en la manera de relacionarnos, y también en nuestra visión. Literalmente.

La presbicia se debe a la dificultad del ojo para acomodar automáticamente su lente natural, llamada cristalino, en el proceso de la visión. Es parte de un deterioro natural que aparece con los años y que normalmente hacía que las personas de más de 50, tanto mujeres como hombres, no pudieran vivir sin usar anteojos (en muchos casos, diferentes para ver de lejos y de cerca).

El caso es que una reciente noticia difundida por la agencia internacional Europa Press asegura que, a causa de la sobreexposición a las pantallas electrónicas, la presbicia está empezando a afectar cada vez más a las personas antes de los 40 años de edad. Este cambio que ha hecho a la presbicia más precoz se ha dado, según aseguran en el instituto oftalmológico IOTT de España, en apenas cinco años.

“La presbicia es la causa de consulta más común en pacientes de 40 años en adelante, aunque puede aparecer antes también, pero como es parte de un proceso natural de deterioro lo más probable es que todos se vean afectados en algún momento de su vida”, explica el doctor Robert Kaufer (M.N. 83.878 / M.P. 445.193-4), especialista en cirugía oftalmológica y director médico de Kaufer Clínica de Ojos, centro de alta especialización en oftalmología ubicado en la localidad de Martínez, provincia de Buenos Aires.

El especialista advierte que, no obstante, nadie está a salvo de que tarde o temprano la presbicia lo afecte en algún momento de su vida.

La solución más confortable y segura disponible actualmente para la presbicia es el reemplazo del cristalino por una lente intraocular multifocal, con lo cual se logra incluso el “milagro” de vivir sin depender de los anteojos. Una nueva tecnología disponible en la Argentina permite ahora también resolverlo con la máxima seguridad para el paciente.

Perder visión y no notarlo

Ver la hora en el despertador al levantarse, diferenciar el shampoo de la crema de enjuague cuando se está bajo la ducha, prepararse el desayuno, ver los números en el tablero al entrar en el auto para manejar, son las tareas cotidianas que empiezan a dificultarse cuando la edad, por diferentes motivos, empieza a afectar a la visión.

Además de la presbicia, la pérdida puede deberse a otras causas que se suman sin que el paciente lo advierta, como las cataratas, que son el principal motivo de ceguera prevenible.

“Si tuviéramos un panel de cientos de lamparitas encendidas y se apagan dos o tres, no notaríamos la diferencia”, grafica el doctor Kaufer.

Y remarca que “el problema se da cuando se van apagando progresivamente sin que esa diferencia se note, y al cabo de un tiempo la persona no se da cuenta de cómo ha empeorado su visión, y eso es lo que pasa con muchos pacientes, que llegan al consultorio pensando que ven bien sin saber que conservan apenas un 25 por ciento de su visión”.

La llegada al consultorio oftalmológico es motivada, la mayor parte de las veces, por la pérdida de la calidad de vida; pero muchas veces, eso recién se da cuando la pérdida visual ya está muy avanzada.

El progreso logrado por la oftalmología de precisión con las lentes intraoculares multifocales, sumado a una innovación reciente como el láser de femtosegundo, que permite automatizar con extrema exactitud las operaciones de corte y colocación de estas lentes, hacen que el confort y la seguridad del paciente –y con ello, la satisfacción con el tratamiento– sean óptimos.

“La nueva tecnología de láser de femtosegundo permite realizar la apertura circular del cristalino de manera exactamente idéntica todas las veces, lo que le ofrece al paciente un mayor estándar de seguridad que cuando esa parte de la cirugía se hace a mano”, explica el experto, por cuyo centro oftalmológico ya han pasado más de 40 mil pacientes desde su creación en 1981, cuando fue fundado por su padre, el doctor Günther Kaufer.

Las lentes intraoculares surgieron como alternativa a las lentes de contacto y las cirugías refractivas de la córnea. Tras un diagnóstico de precisión en el que el especialista evaluará la posibilidad de aplicarlas –“las lentes intraoculares suelen aplicarse cuando el problema se localiza en el cristalino del paciente”, aclara Kaufer.

La intervención se realiza con anestesia local mediante gotas, con el paciente despierto o sedado según su propia preferencia.

No se siente molestia alguna antes, durante ni después de la operación. “Al abrir los ojos tras la operación el paciente ve con alguna alteración por la dilatación de las pupilas, pero al cabo de pocas horas ya tienen visión normal… que es lo que más impacto causa, porque muchos habían olvidado lo que era tener una visión normal”, cuenta el galeno.

Por la forma concéntrica de los anillos de la lente multifocal, algunos pacientes operados de presbicia experimentan al comienzo un efecto visual con aspecto de “destellos”, pero al cabo de un tiempo el cerebro lo corrige automáticamente mediante un proceso de neuroadaptación.

La ayuda del instrumental de precisión permite resolver con la misma cirugía de no más de 15 minutos –o en dos, con una semana de intervalo, cuando están afectados ambos ojos–, los problemas de presbicia, de cataratas e incluso los errores de refracción –miopía, astigmatismo, hipermetropía–, con una solución a la medida de los ojos del paciente, y con la mayor predictibilidad que la ciencia puede asegurar.

La única forma de proteger a la visión de la presbicia cada vez más precoz es reducir el tiempo de exposición del ojo a las pantallas electrónicas, a las que, sin embargo, nuestra cultura nos lleva a estar cada vez más enganchados. En este contexto, dependeremos de la calidad y seguridad de las soluciones que sea capaz de ofrecernos la medicina. (ANDigital)

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