jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº3659

Interés general | 6 jun 2019

Máxima atención

Mirada interdisciplinaria al caso de pedofilia que estremece al país

Investigadores y académicos analizaron lo que sucede con respecto a este tipo de redes, a raíz de la investigación que envuelve al médico pediatra que trabajaba en el Garrahan y ahora se encuentra bajo prisión preventiva imputado de “tenencia con fines de distribución, facilitación y producción” de pornografía infantil. Argentina se ubica en la franja de países con mayor circulación de este material.


CAPITAL FEDERAL (ANDigital) Un grupo de investigadores y académicos de la Universidad Austral, entrevistados por Verónica Toller, directora del Observatorio de la Vulnerabilidad -que depende del Centro de Innovación y Comunicación Social de la Facultad de Comunicación-, brindaron un significativo análisis sobre las redes de pornografía infantil en Argentina.

Los académicos de la UA convocados fueron Enrique Del Carril, director del Centro de Investigaciones Judiciales del Ministerio Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires, abogado especializado en reforma judicial y profesor en la Facultad de Derecho; Carlos González Guerra, director nacional de Política Criminal en el Ministerio de Justicia de la Nación y profesor de Derecho Penal; Carolina Sánchez Agostini, psicóloga y directora de la Diplomatura en ESI de la UA, y Reynaldo Rivera, profesor de la Facultad de Comunicación y CEO de InterMedia Social Innovation (Italia).

Entre los datos más resonantes, el reporte “Redes de pornografía: quién defiende a los niños en Argentina” detalla que Argentina se ubica en la franja de países con mayor circulación de pornografía infantil en el mundo. El 90 % de las investigaciones inician con denuncias que llegan desde el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados de Estados Unidos (NCMEC, por sus siglas en inglés). Este Centro remite al Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) los casos que se localizan en Argentina, según los IP.

El aumento de casos ha sido abismal: entre 2013 y 2018, aumentaron en un 222.280 % los reportes de casos en Argentina. En 2013, el NCMEC reportó 21 casos. En 2018, 46.679, y se estima un aumento mayor para 2019.

Cada uno desde su especialidad, dialogó con Toller y destacó distintos aspectos sobre la investigación en curso que se lleva a cabo en el país, las sanciones penales que pesan sobre el pediatra imputado; qué son las redes eMule y P2P; el consumo online y offline de pornografía infantil; por qué las penas a los pornógrafos no superan los 6 años de prisión; a qué se llama “abuso” y cómo se pueden reconocer a los niños, niñas y jóvenes víctimas de abuso y la importancia que tiene la Educación Sexual Integral desde una temprana edad para que puedan identificar situaciones de peligro.

Los especialistas del derecho Del Carril y González Guerra opinaron firmemente sobre las fotos que, estaría comprobado, se habrían tomado dentro del consultorio del pediatra.

“El consultorio del pediatra es un recinto de confianza; sin embargo, los padres deben estar alerta. Nadie debe permitir que saquen fotos a sus hijos en una consulta médica -dice Del Carril-. Todo eso es abuso. Lo que se quiere decir específicamente es si cometió actos sexuales con los niños. Por el momento, no se ha comprobado”.

En materia penal concreta, González Guerra explica: “se discute si hacer realizar a otro un acto sexual sin que haya contacto del autor con la víctima es abuso sexual y, por tanto, delito de abuso, o no y es otra la tipificación que le corresponde. El Código Penal distingue tres tipos de abuso: abuso sexual simple, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal”.

“El pediatra no está acusado de abuso sino de producción, tenencia y distribución de material pornográfico con menores, y ese es un delito específico, expresamente puesto en el CP”, completa.

A su turno, Sánchez Agostini da cuenta que “la Educación Sexual Integral tiene que tener en cuenta la atención que debe prestarse a este tema: la prevención del abuso sexual y el bienestar integral de niños, niñas y adolescentes es una prioridad”.

“Los educadores tenemos que detenernos frente a las miradas tristes, a los silencios, a la angustia, a los cambios en la conducta, al lenguaje sexualizado desfasado con la edad, y actuar de inmediato. Una sospecha de abuso no puede esperar al día siguiente. Es preciso dar intervención inmediata a las familias y a la Justicia”, prosigue.

“La prevención es clave –agrega Sánchez Agostini-: enseñar un adecuado conocimiento del cuerpo y de la intimidad, haciendo hincapié en que nadie tiene el derecho de vulnerarlos; promover que no guarden secretos que los hacen sentir incómodos; promover autonomía en el cuidado de su cuerpo. Prevenir es también hablar de este tema, crear espacios de diálogo en las escuelas y en las familias”.

Por su parte, Rivera sostiene que el aumento creciente en el consumo de medios de comunicación “trae como consecuencia no deseada la proliferación de consumos de riesgo, como es el caso de la pornografía online y offline”.

“La vida virtual es distinta de la vida real, pero ambas forman parte de una única identidad del individuo, independientemente del espacio donde actúe. El avance de la pornografía tiene íntima relación a su vez con el uso de plataformas como eMule y sitios ilegales de Internet. Pero todo tiene su contracara: también son las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram y otras las que denuncian y ayudan a luchar contra este crimen”, cierra. (ANDigital)

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