La pesadilla de los 400 pasajeros del Buquebús que viajaron junto al infectado por coronavirus

CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) Una verdadera odisea viven los compatriotas argentinos que este jueves retornaban al país desde el Uruguay sobre uno de los barcos de Buquebús ya que, al arribar, uno de los pasajeros manifestó sentirse mal, se le diagnosticó coronavirus COVID-19 y el resto inició una pesadilla que dura hasta estos momentos.

ANDigital se comunicó con uno de los pasajeros, cuyas iniciales son LAL, quien relató que junto a un grupo de amigos emprendieron el retorno desde Madrid, capital de España, este miércoles vía Air Europa con destino a Montevideo, en Uruguay –cuyo pasaje estaba compuesto en partes iguales por argentinos y uruguayos–, y que sólo los dejaban ascender al avión en tanto y en cuanto tuvieran su boleto adquirido para regresar a la Argentina por alguna vía –en este caso, marítima–.

Tras el vuelo de rigor, y luego de trasladarse desde el Aeropuerto Internacional de Carrasco, en Montevideo, hacia la terminal que Buquebús posee en Colonia, se subieron al barco junto a otros 400 pasajeros y emprendieron el regreso a casa, aunque no sería tan sencillo.

“Al llegar a Puerto Madero los agentes de Prefectura comenzaron a darnos las declaraciones juradas, en las que uno se compromete a llegar a su domicilio y mantenerse en un período de cuarentena obligatoria por protocolo de coronavirus, fundamentalmente por retornar de países considerados de riesgo”, comenzó relatando LAL.

Y prosiguió: “En ese momento este muchacho dijo que se sentía mal, y efectivamente se lo veía muy mal, por lo que fue apartado del resto tanto por los agentes como por sus amigos” y, respecto del origen de su viaje, de quien se baraja la información que habría retornado desde Londres, en Inglaterra, agregó que en realidad vendrían desde Punta del Este.

Este viernes se conoció la identidad del joven: se llama Lucas Singerman, tiene 22 años de edad, es jugador de rugby de la URBA y es hijo del economista Pablo Singerman, y de acuerdo a las autoridades uruguayas, estuvo en la guardia del Sanatorio SEMM Mautone, en Punta del Este, por presentar síntomas coincidentes con COVID-19, pero “al momento de pedirle que aguarde en el pasillo del sector para los resultados, se escapó”, relataron.

Aún no se sabe por qué decidió volver a la Argentina, aunque es evidente conque hubo algún desbarajuste en las autoridades sanitarias uruguayas, pero amén de ello “desde ese momento comenzaron los momentos de terror: primero, estuvimos 9 horas sobre el barco, sin saber qué pasaba ni qué iba a suceder, hasta que unos pasajeros se pusieron nerviosos y empezaron a increpar a los agentes; en ese momento comenzaron a tomarnos la temperatura y nos dijeron que nos trasladarían al Hotel Panamericano”, relató.

“Nosotros arribamos alrededor de las 19 horas de este jueves al Puerto de Buenos Aires, y al Hotel Panamericano recién lo hicimos a las 5.30 de este viernes y, al llegar, nos dijeron que fuéramos a nuestras habitaciones, que entre las 8 y las 10 horas desayunaríamos y que luego nos dirían cuáles eran los pasos a seguir y cómo retornaríamos a nuestras ciudades”, señaló LAL.

Sin embargo, pasadas las 13 horas de este viernes “aún no desayunamos siquiera, nadie se comunicó con nosotros y por aquí dicen que hay una persona del Ministerio de Salud de la Nación que hace instantes llegó al hotel y que está repartiendo los desayunos pieza por pieza, ocupadas por dos personas cada una, siendo que somos 400 loa alojados acá”, dijo, con manifiesto malestar.

La situación sanitaria y social no es la ideal, eso está claro, pero se trata de ciudadanos argentino que merecen, cuanto menos, que se los informe sobre qué les deparará el futuro inmediato. (ANDigital)