viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

Interés general | 19 ago 2020

Datos de la FAO

Efecto pandemia: El consumo de carne registra la mayor baja a nivel global en una década

Algunos de los factores que explican la merma tienen que ver con la combinación de las dificultades económicas, los cuellos de botella logísticos y una radical disminución de la demanda del sector de restaurantes. En tanto, la ONG Internacional Sinergia Animal destacó que los consumidores están optando por “dietas más sustentables y saludables”.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) Este año, el consumo de carne per cápita ha tenido su mayor caída en nueve años. Esta baja del 3 % desde el año pasado representa la reducción más grande al menos desde el 2000, según la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations).

La agencia de las Naciones Unidas reporta que la combinación de las dificultades económicas relacionadas al COVID-19, los cuellos de botella logísticos como las restricciones de transporte, y una radical disminución de la demanda del sector de restaurantes ha llevado a esta caída en la demanda global.

Otro factor clave son los cortes en la industria de envasado de carnes, que se ha convertido rápidamente en uno de los puntos con más casos de contagios del virus en varios países del mundo. Casos de fiebre porcina africana en Asia también contribuyeron a esta disminución, que ha llevado al sacrificio de un cuarto de los cerdos del mundo.

¿Hacia una nueva dieta?

Mientras el consumo de carne está bajando, en algunos países como Estados Unidos la demanda por productos basados en plantas se ha incrementado en un 53 por ciento.

“Además de las razones logísticas, la pandemia también ha llevado a muchas personas a cuestionar sus hábitos alimenticios. Reportes de las Naciones Unidas sugieren fuertemente que nuevas pandemias, similares a esta, o incluso más serias, podrían volver a ocurrir si no transformamos nuestro sistema alimentario”, explica Romina Viscarret, coordinadora de la ONG Sinergia Animal en Argentina.

Aun cuando el origen del coronavirus no es totalmente conocido, se sospecha que su propagación ocurrió de forma directa desde animales salvajes a humanos. Pero en términos de riesgos de nuevas pandemias, los animales mantenidos en grandes granjas industriales son también considerados un riesgo importante.

De acuerdo con las Naciones Unidas, 75 % de los patógenos que surgieron en la última década se originó en animales y en represas, la irrigación y las granjas industriales están relacionadas con un 25 % de enfermedades infecciosas en humanos.

La organización advierte además que la intensificación de la producción animal está causando deforestación, cambio climático, pérdida de biodiversidad y traslada a los animales - y las enfermedades que ellos portan - más cerca de los humanos. Todos estos factores para la propagación de nuevas enfermedades pueden provocar futuras pandemias.

Al mismo tiempo, el brote de infecciones de coronavirus en mataderos y plantas procesadoras -desde Estados Unidos a Brasil y Alemania- ha puesto la gran contaminación de los trabajadores en la industria cárnica en el centro de atención.

“En este contexto, hay cada vez mayor consenso con respecto a la idea de que nuestra sociedad necesita ser menos dependiente de los productos de origen animal para tener un mejor futuro”, comenta Viscarret.

Y subraya que “con una lenta disminución de la demanda de carne, mientras el mercado a base de plantas aumenta, pareciera que estamos abriendo el camino a un cambio real en nuestro sistema alimentario”.

Para apoyar a los consumidores que están dispuestos a cambiar a una dieta más sustentable, “compasiva y saludable”, la ONG Sinergia Animal ofrece un programa gratuito llamado Desafío 21 Días Veg", donde los participantes están invitados a probar nuevos hábitos alimenticios por 21 días. Durante este período, ellos reciben emails diarios con recetas, apoyo nutricional y consejos sobre cómo seguir una dieta basada en plantas.

La ONG también exhorta al Gobierno argentino a “detener la deforestación, el uso irresponsable de antibióticos, la expansión de las granjas industriales, la exportación de animales vivos para consumo, y la defensa de un sistema alimentario más saludable”. (ANDigital)

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