miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3686

Interés general | 1 oct 2020

Análisis

Facebook y la prohibición de la transferencia de datos transatlántica

El imperio de Mark Zuckerberg apela a “en que estás pensado hoy”, al amor, la nostalgia… y reproduce contenidos no validados y en ocasiones peligrosos. Ahora encontró un escollo que podría costarle millones de dólares.


Por Gabriel Zurdo (*)

Por primera vez un ente regulador respaldado por la Justicia de, en este caso, la Unión Europea, puso contra las cuerdas a Facebook-Instagram y WhatsApp.

Esto sucedió días atrás, cuando el regulador de datos irlandés envió a Facebook una orden preliminar para detener la transferencia transatlántica de datos de usuarios del bloque del Viejo Continente a los Estados Unidos.

Históricamente, los cuestionamientos a la red iban desde promover los mensajes de odio o por lo menos no combatirlos; la manipulación de contenidos, entre otras cosas en procesos eleccionarios; escuchar las conversaciones de los usuarios, negarlo y luego reconocerlo formalmente; mentir respecto de la adquisición del servicio archiutilizado en el mundo occidental y posición dominante o monopólica.

Facebook, apela a “en que estás pensado hoy”, al amor, la nostalgia… y reproduce contenidos no validados y en ocasiones peligrosos. Se aprovecha de nuestra instintiva necesidad de ser amados y construir relaciones.

Pero ahora el garante de privacidad de Irlanda que supervisa las prácticas de datos de Facebook en Europa puede multarlo hasta con un 4 % de sus ingresos globales por infringir las leyes europeas de protección de datos.

De hecho, la Autoridad de Privacidad de Irlanda estableció que el mecanismo de transferencia de datos UE-EE UU de Facebook “no se puede utilizar”. La medida de la autoridad irlandesa sigue una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Es la primera vez que un regulador de privacidad ha tomado una acción de este tipo.

Facebook por su parte inició acciones legales contra la Comisión de Protección de Datos de Irlanda (DPC) el viernes 11 de septiembre. Pidió a los reguladores adoptar “un enfoque pragmático y proporcionado hasta que se pueda lograr una solución sostenible a largo plazo”, a pesar de que, en julio pasado, el más alto tribunal europeo dictaminó que el principal acuerdo transatlántico de transferencia de datos entre Bruselas y Washington, Privacy Shield, no era válido debido a las preocupaciones sobre la vigilancia de EE UU.

Miles de empresas están transfiriendo datos de los europeos por todo el mundo, transportándolos en servicios que van desde la infraestructura en la nube, el hosting de datos, la nómina de empleados, la información financiera hasta el marketing. La Corte Europea enfatizó que los garantes nacionales de privacidad deben suspender o prohibir las transferencias fuera de la UE si la protección de datos no puede garantizarse en otros países.

De hecho, el argumento transatlántico se deriva de las preocupaciones de la UE de que el régimen de vigilancia en la potencia norteamericana puede no respetar los derechos de privacidad de los ciudadanos de la UE cuando las empresas transfieren sus datos personales a los EE UU para uso comercial.

En Estados Unidos aún hoy existe gente que se pregunta si las redes sociales influyeron en las elecciones que ganó Donald Trump. En ese entonces, 155 millones de estadounidenses tenían cuentas en Facebook y dos tercios de ellos accedían a noticias allí.

En Facebook el algoritmo que selecciona las noticias que muestra la red sólo ofrece aquellas informaciones que considera que vos y tus amigos quieren creer y no realizaba ninguna verificación de los datos que contiene. Entonces, noticias que acusaban a los Clinton de asesinato o que aseguraban que Barack Obama es musulmán habrán llenado las páginas de Facebook de millones de personas con tendencia favorable a votar a Trump. Claramente esto es bidireccional.

Recientemente, varias celebridades se han unido al boicot a Facebook para exigir cambios en la plataforma y una política más estricta contra el discurso de odio y la desinformación. Como parte de la campaña, promovida por varias organizaciones sociales, personalidades como Leonardo DiCaprio, Kim Kardashian, Mark Ruffalo y Ashton Kutcher, entre muchos otros, dejaron sus 'feeds' de Instagram vacíos ayer. La iniciativa se llama “Stop Hate for Profit” (basta de odio por lucro) y exige a la compañía liderada por Mark Zuckerberg tomar acciones más concretas con respecto a los discursos violentos contra segmentos de la población.

A finales de agosto, Zuckerberg, había calificado de “error operativo” que la compañía no retirase la página de la milicia a la cual pertenecía el hombre que mató a dos manifestantes en las protestas raciales de Kenosha (Wisconsin, EE UU).

En junio, el colectivo que incluye nueve organizaciones como la asociación judía contra el antisemitismo Anti Defamation League (ADL) y la organización de defensa de derechos de los negros (NAACP), había lanzado la etiqueta #StopHateforProfit. Y varios de los principales anunciantes de Facebook habían renunciado temporalmente a comprar espacio publicitario en las plataformas de la red social.

Los activistas acusan a Facebook de desempeñar un papel en la “incitación a la violencia, la difusión del racismo y el odio, y de contribuir a la desinformación sobre el proceso electoral” en Estados Unidos, que elegirá nuevo presidente en noviembre.

Casi en simultaneo sobrevivientes del Holocausto de todo el mundo se sumaron en las últimas semanas a una campaña que tiene como principal sindicado nuevamente a Mark Zuckerberg, instándolo a tomar medidas para eliminar el negacionismo del genocidio nazi de la red social.

Coordinada por la Conferencia de Reclamos de Material Judío contra Alemania (Claims Conference), con sede en Nueva York, la campaña #NoDenyingIt (no negarlo) utiliza el propio Facebook para hacer oír las súplicas de los sobrevivientes a Zuckerberg, publicando un video por día instándolo a eliminar los grupos, páginas y publicaciones que niegan el Holocausto como discurso de odio. Los videos también serán publicados en Instagram, propiedad de Facebook, así como en Twitter.

Zuckerberg había causado la reacción de la Claims Conference y otras organizaciones al comentar en 2018 que los posts que niegan la aniquilación nazi de 6 millones de judíos no iban a ser necesariamente eliminados. Dijo que no creía que los negadores del Holocausto lo hicieran “intencionalmente” mal, y que mientras los posts no llamaran al daño o a la violencia, incluso el contenido ofensivo debería ser protegido.

El empresario aclaró que encontraba “la negación del Holocausto profundamente ofensiva”, pero que creía que “la mejor manera de combatir el mal discurso ofensivo es con un buen discurso”.

Otros antecedentes

“Fue mi error y lo siento”. Así se expresó Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, ante el Congreso de Estados Unidos por el escándalo de Cambridge Analytica en abril de 2018. Luego del escándalo de Cambrige Analityca, en el que recopilaban datos sobre votantes utilizando fuentes como datos demográficos, comportamiento del consumidor, rasgos de personalidad (mediante técnicas de “microtargeting” de comportamiento), conseguían predecir las “necesidades” de los sujetos y cómo estas pueden cambiar con el tiempo. Todo esto en gran medida sin el permiso o sin el conocimiento de los usuarios, consiguiendo además rastrear sus movimientos físicos y su lista de contactos.

Su fundador tuvo que disculparse tras decir que era una idea “loca” pensar que hubieran influido en las elecciones estadounidenses, y su número dos, Sheryl Sandberg, negó que fueran un medio de comunicación. Y como si esto fuera poco, Facebook tuvo que admitir que 126 millones de usuarios en Estados Unidos recibieron 80 mil publicaciones provenientes de Rusia entre 2015 y 2017.

(*) CEO de BTR Consulting.-

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