La Plata: Noche, boliches, seguridad, las tres patas flojas del Ejecutivo comunal

LA PLATA-BUENOS AIRES, Septiembre 03 (ANDigital) La nocturnidad volvió a ser el eje de una semana agitada en La Plata, tras los hechos que tomaron público conocimiento a través del flamante sistema de monitoreo municipal y que se suscitaron este domingo cerca del mediodía, a la salida de un boliche de los denominados “after hour”.

“Las cámaras están bien, pero si no se articula una metodología para prevenir y actuar en consecuencia, carecen de sentido”, desbordaron desde el seno municipal.

Es que el nuevo sistema puso al descubierto la poca comunicación que hay entre la comuna, la Policía Bonaerense y la Justicia.

Por un lado, los propios efectivos policiales pertenecientes a la comisaría 1º se mostraron enfurecidos tras la difusión de los hechos, ya que en las imágenes se refleja una tardanza de casi 30 minutos para llegar al lugar –la seccional se encuentra a 5 cuadras de la famosa esquina de diagonal 74 y 46– sumado a la inacción de quienes llegaron al lugar que sólo separaron la gresca.

Por otra parte, desde el interior del Sistema de Monitoreo Público Urbano (MOPU) trascendió que hubo un “apriete” para que las imágenes fueran entregadas a la policía, aunque finalmente nada llegó a los escritorios de la 1º.

En la sesión del Concejo Deliberante, el tema no pasó desapercibido y hasta se habló de “incapacidad” del municipio: “No podemos esperar a que haya una víctima fatal”, aseveró el edil de la Coalición Cívica Oscar Negrelli, quien agregó que las cámaras sirven “para hacer un reality de la ciudad”.

Por su parte Teresa Urriza (FPV-PJ) ingresó un proyecto con su par arista Susana Sánchez para sancionar a los padres de chicos alcoholizados: “Queremos concientizar a los padres, no para sancionarlos, sino para que vuelvan a tener autoridad”, dijo la concejala en diálogo con ANDigital.

En ese sentido, Urriza agregó: “Más que ser condenatorio y represor, esto sería una herramienta para comenzar a prevenir”.

El escenario tuvo a la violencia como protagonista, pero los actores secundarios siguen siendo los mismos: inacción, internas y críticas, sumando un detalle, que el boliche no contaba con la habilitación correspondiente. (ANDigital)