jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº3659

Panorama Bonaerense | 28 sep 2014

Bitácoras bonaerenses

Medio camino para las paritarias municipales: El Senado espera su turno

Después de concretarse las modificaciones de última hora, polémicas y presiones, la Cámara de Diputados bonaerense dio media sanción al proyecto de ley para la creación de las discusiones salariales en el ámbito comunal. El massismo no apoyó la votación y anunció que en la Cámara Alta buscaron imponer su postura. Capítulo primero consumado. Se abre el telón para el segundo.


Después de muchas polémicas, tras un largo retardo y al punto de tratar de diseñar un texto que dejase tranquilos a todos los sectores implicados, el miércoles pasado la Cámara de Diputados bonaerense le dio media sanción al proyecto que prevé regular las relaciones laborales en los 135 distritos de la Provincia e instaura por primera vez las paritarias en dicho ámbito. El sendero que se abrió.

La votación tuvo sus particularidades, tanto adentro como afuera de la Cámara de Diputados. Distintos representantes sindicales coparon los palcos del recinto y, casi como en un partido de fútbol, alentaron cada punto del tratamiento del texto. Afuera, la muchedumbre de los variados gremios montó un escenario con altoparlantes para seguir en vivo la sesión. Al momento de la aprobación, todo fue una fiesta. En la sesión, el tratamiento de la ley fue rápido y con poco debate, en comparación a otros temas de suma importancia tratados en ese cuerpo. El Frente para la Victoria apoyó la medida, los legisladores del FAUnen también, así como Nuevo Encuentro, mientras el monobloque del Frente de Izquierda y de los Trabajadores –con sus argumentaciones– se pronunció por la negativa. El dato fue que el bloque del Frente Renovador no se pronunció sobre el proyecto y tampoco pidió permiso para abstenerse, lo que fue leído claramente como un rechazo. Un trámite casi exprés.

Pero la fotografía que mostró el recinto y la media sanción de la norma trajo consigo un largo camino de polémicas, diferencias que dijeron presente hasta el día anterior a la sesión, cuando todos los sectores implicados presionaron –para un lado o para el otro– para que sus pedidos fueran esgrimidos en el texto. A contrarreloj, en medio de arduas negociaciones, se hicieron modificaciones que dejaron –al menos en los principales puntos– contentos a varios sectores. Lo más destacable es que se levantaron las restricciones a la participación sindical en las paritarias locales y se garantizó que participen los gremios que no sólo aglutinen a trabajadores municipales, como ATE y UPCN, entre otros. Un punto que sigue dejando dudas es que se mantiene el piso del 10 % para que los sindicatos se sienten a negociar en el ámbito local y se llegó a un acuerdo para limitar los contratos: la planta temporaria no podrá superar el 20 por ciento del total de los empleados permanentes. Además, se prevé la creación de un Consejo Consultivo y Asesor del Empleo Municipal, de carácter no vinculante, que se reunirá obligatoriamente dos veces al año; punto de salida que se acordó ante el reclamo de una instancia de negociación única provincial planteada por algunos gremios. Tratativas con lápiz y papel en mano.

Un poco más atrás durante este año, la cuestión se había tensado por el congelamiento del proyecto de ley que se tuvo en Diputados. El antecedente más cercano es durante la primera quincena de agosto, tras una nueva movilización de La Federación de Sindicatos Municipales de la Provincia de Buenos Aires (FESIMUBO), cuando el titular de ese gremio, Rubén ‘Cholito’ García, mantuvo un encuentro con el presidente de la Cámara Baja, Horacio González, y titulares y legisladores de las distintas bancadas: “Nos vamos con el compromiso de todos los bloques para tratarlo en septiembre. La idea es terminar de pulir el proyecto que instaura paritarias para los trabajadores municipales y deroga la Ley 11.757, que es la que actualmente regula la actividad del sector”, dijo por esos días Hernán Doval, integrante de la Federación y también diputado del Frente para la Victoria. Este acuerdo fue vital para que poco más de un mes después la ley obtuviera media sanción en ese cuerpo. Bajo ese escenario, muchos son los legisladores que en voz baja se quejan de que la norma que abre las paritarias para municipales fue “apadrinada por (el presidente de la Cámara Baja, Horacio) González”, en base al acuerdo con Doval. Los antecedentes cercanos.

Pero volvamos al octavo mes del año, cuando sobre el final, la Suprema Corte de Justicia Bonaerense, declaró inconstitucionales 60 artículos de la polémica Ley 11.757, sancionada en 1995, cuando gobernaba la Provincia Eduardo Duhalde. El máximo tribunal provincial expresó que esa norma “avasalla y restringe en forma desmesurada el legítimo margen de maniobra municipal”. Con esa gran señal, el camino para una nueva norma que permitiera la conformación de paritarias municipales tuvo luz en su camino. La voz de la más alta esfera judicial.

Ante lo que ya era la realidad, días antes de la sesión desde el Ejecutivo bonaerense, el ministro de Trabajo, Oscar Cuartango, fue una de las pocas voces que se postuló ante el polémico tema. En una entrevista el funcionario recordó que la administración sciolista impulsó un proyecto y que, en la actualidad, “la ley de negociación colectiva del sector público provincial invita a las municipalidades a adherir a esa ley”, al tiempo que agregó que “hasta el momento han adherido cuatro a cinco municipios y estamos impulsando la adhesión del resto”. En esa línea, focalizó en uno de los puntos por los cuales la nueva norma estaba trabada en la Legislatura: “Existe una gran reticencia por parte de los intendentes a institucionalizar una negociación que ya existe en los hechos. Todos los municipios negocian con las organizaciones sindicales. Lo que no hicieron es institucionalizado”, dijo el ministro. Cabe recordar que los principales caciques bonaerenses, en especial los de más peso del Conurbano, presionaron, hicieron lobby para que la nueva ley no se tratara en el Parlamento bonaerense. El poder de influencia de los Barones del Conurbano.

Pero las presiones de los gremios, sumadas a la promesa de Horacio González y el aval de casi todos los bloques, finalmente llevaron a que esa presión terminara en su efecto. Al mismo tiempo, Cuartango dejó en claro la postura del Ejecutivo provincial: “En la Legislatura hay quienes impulsan una paritaria provincial para todos los municipales, cosa que a mi criterio es desaconsejable por las asimetrías que existen entre los distintos municipios y, además, de distinta categoría”, y agregó que “sería muy complejo armar las paritarias, la representación de los empleadores de los 135 municipios y de 135 Concejos Deliberante. Por cada municipio hay dos empleadores: el Ejecutivo Municipal y el Concejo Deliberante”. Así, dejó en claro su criterio: “Nosotros nos inclinamos por una paritaria municipal y establecer un piso de un salario mínimo básico municipal, remunerativo y bonificable que esté atado al salario mínimo vital y móvil, en una proporción de la carga horaria”. La voz del Gobierno bonaerense.

Estas declaraciones tuvieron su eco en la sesión del miércoles y desde el intendente de Quilmes, Francisco ‘Barba’ Gutiérrez, hasta el titular de bloque de Unión Celeste y Blanco, Guillermo Britos, salieron a cuestionar al ministro. “Se debe ser respetuoso de la legislación que se aprueba, para poder llevarla a la práctica de la mejor manera. Tengo muchos años de paritarias dentro de la Unión Obrera Metalúrgica y creo que cuando hay un diálogo abierto es posible encontrar consenso”, dijo, molesto, el alcalde de Quilmes en declaraciones a ANDigital, quien es uno de los pocos popes de Conurbano que avaló la nueva ley. Por su parte, el legislador mencionado le recomendó al funcionario provincial “leer bien el proyecto y después hablar”. Críticas convertidas en misiles.

Preso de la mala interpretación de sus dichos, Cuartango tuvo que sacar un comunicado aclarando su postura sobre la media sanción de la norma: “Hoy leí que hubo una manifestación del intendente de Quilmes, el ‘Barba’ Gutiérrez, que parece haber malinterpretado, sin mala fe por supuesto, algunas declaraciones mías. Yo me manifesté en contra de que haya una única paritaria provincial para todos los municipales juntos por las asimetrías que existen entre los distintos municipios”, aclaró el ministro, y agregó que “para nada estoy en contra de esta ley. Precisamente nosotros presentamos un proyecto en el que se expresa que la negociación debe ser municipio por municipio, tal como ha salido aprobado en la Legislatura”. En ese plano, dijo que espera que pronto “tenga sanción en la Cámara de Senadores así puede ser promulgada por el Ejecutivo, ya que viene a poner en vigencia un viejo anhelo de los trabajadores municipales que, por otro lado, también es una manda constitucional, luego de la reforma del 94”. Dichos y aclaraciones en menos de cinco días.

Pese a este embrollo, sin querer Cuartango mencionó un punto nodal en el futuro de esta norma: su tratamiento en la Cámara de Senadores. Como dijimos, casi en silencio el massismo no acompañó la iniciativa en Diputados. Bajo ese escenario, el diputado Juan José Amondarain explicó la postura de su bloque. “Nosotros estamos de acuerdo que haya una ley de paritarias, pero esa ley tiene que tener claramente establecido, como dijo la Corte en el último fallo, la autonomía municipal”, dijo en declaraciones al programa Superlógico (Keops 90.1, de La Plata). “Con esta redacción, que se fue cambiando en los últimos días, nosotros no tenemos claridad acerca de que eso sea así. Por eso no la votamos, más allá de saber que la ley tenía número para sacarse”, argumentó el legislador, y enfatizó que “nosotros queremos paritarias municipales y autonomía municipal”. Desde el Frente Renovador sostienen que esta ley “es demasiado intrusiva en lo municipal” y quieren que se abra directamente “la instancia municipal” y que “cada Concejo Deliberante establezca su propio estatuto municipal”. Así, ya que en la Cámara Baja no cuentan con los números suficientes para aprobar la ley que ellos quieren o impedir la que no quieren, desde la tropa de Sergio Massa anunciaron que en la Cámara Alta, donde son la segunda minoría, casi en paridad con el Frente para la Victoria, “darán más pelea”, y que “harán valer sus propuestas”. Se avecina la batalla en el segundo tramo de esta historia.

Después de casi 20 años, la nueva ley para las paritarias municipales dio su primer gran paso para convertirse en realidad. No fue un trayecto fácil, desde 2013 que los gremios municipales vienen reclamando por la aprobación de la nueva norma. El año pasado, su tratamiento se cayó por las grandes diferencias que existían en el bloque del FpV, primer minoría en Diputados, y por la severa presión que hicieron los Barones del Conurbano. Septiembre de 2014 fue el mes para que pueda tener media sanción, pese a distintos reclamos de varios legisladores del propio oficialismo, quienes se quejaron de que Horacio González “no dejó” que los diputados de su propio bloque pudieran tener la oportunidad de hacer algunos cambios en el texto e incluso algunos cuentan que pidieron el proyecto con anterioridad y “recién” se los enviaron por correo el fin de semana. También hubo quienes se sintieron apartados y reclaman cómo es posible que la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), de Oscar ‘Colo’ De Isasi, pudo ser parte de los últimos retoques y además ser partícipe de las futuras paritarias municipales. Resabios del tratamiento legislativo.

Lo concreto es que ahora el proyecto tiene como destino el Senado. El massismo ya anunció que no tendrá la misma actitud que en Diputados. Además, por ahora el proyecto no tiene un padrino como lo fue Horacio González en la Cámara Baja. Con el antecedente más cercano del tratamiento de una ley trascendental en la Cámara Alta, como la Policía Local, cuando las pujas tensas entre el kirchnerismo/sciolismo y el massismo son la novela del mes, la suerte de este texto está sumergida en una incógnita. ¿Cómo será su tratamiento? ¿El texto se aprobará sin modificaciones? ¿El massismo impondrá su postura? ¿O se abrirán largas pulseadas, con sesiones caídas y escándalos que provoquen el congelamiento de la ley? Nos espera el segundo capítulo de esta historia.

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