viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

Panorama Bonaerense | 1 mar 2015

Bitácoras bonaerenses

La lógica de los Barones del Conurbano, grietas y fugas en el massismo

Massa congregó a sus precandidatos a gobernador en un cónclave en Junín, para intentar calmar las agitadas aguas de la interna. La ausencia llamativa de los caciques que miran con agrado al PRO. Surgió una lista de cuatro que siguen en carrera, de los cinco que estaban anotados para competir por el Sillón de Dardo Rocha.


El tablero massista en la pelea por las candidaturas para la Gobernación bonaerense tensó su cuerda al máximo, advertencias de portazos, fugas en vista y las primeras bajas. La llegada de Francisco De Narváez –como el candidato estrella– acrecentó las pujas, recelos, miramientos e inseguridades en quienes ya estaban anotados en la lista para disputar el Sillón de Dardo Rocha. La sombra de Martín Insaurralde mutó a una colorada que amenazó con opacar los sueños de Darío Giustozzi, Felipe Solá, Mónica López, Jesús Cariglino y Gustavo Posse. La primera camada de precandidatos.

Posse, el adelantado, cacique radical de San Isidro, tomó la iniciativa para manifestar sus descontentos con Sergio Massa. Se mostró híper-crítico al posible arribo del esposo de Jesica Cirio al Frente Renovador y fue uno de los primeros en “marcarle la cancha”. Mientras tanto, sus lazos con el PRO se acrecentaban y sus ojos se dirigían con agrado hacia las costas amarrillas, donde reina Mauricio Macri. Posse optó por la fuga paulatina, de las críticas al lomense, comenzó a bajarle el precio al líder del massismo, una osadía convertida en un telegrama de renuncia a ese espacio. Comenzó a pedir que la oposición se encolumne detrás de la candidatura presidencial del exjefe de Gobierno Porteño, lo ensalzó, y a Massa lo puso como posible vicepresidente del otrora hombre de bigote. Su fuga, anunciada, se plasmó en la última semana, mandó a sus legisladores bonaerenses a romper con el bloque del Frente Renovador en Diputados y Senadores, para armar una bandada neomacrista (Espacio Abierto, con Walter Carusso y Fernando Pérez en la Cámara Baja, y Roberto Costa en el Senado). Para coronar su escape, dijo en boca propia: “Tanto Ernesto Sanz como Macri me dijeron que íbamos a ser dos candidatos: María Eugenia (Vidal) y yo”. Fuga completada con daños colaterales.

La actitud de Posse alertó a Tigre, los descontentos de Giustozzi, López y Solá fueron los que más empezaron a preocupar a Massa, el silencio de Cariglino también. Con la posibilidad casi abortada de un desembargo de Insaurralde –producto del abuso de los coqueteos e indefiniciones– todos los dardos públicos y privados apuntaron hacia De Narváez: “Hay dirigentes que tienen más trayectoria en la TV que trabajando con la gente. La superficialidad y la frivolidad quedan al desnudo”, dijo el exintendente de Almirante Brown en un dardo con destino doble: al ‘Colorado’ y al lomense. Por su parte, la legisladora bonaerense descargó su furia vía Twitter: “Deberías haber venido antes al FR, tenés que trabajar para que Sergio Massa sea presidente”, lo acusó, y agregó con dureza: “No, no, no, lo único que queremos son tus cinco puntos que sacaste en la elección de 2013”. Y prosiguió con misiles de alto calibre, acusaciones de por medio.


Para ordenar a la tropa, Massa convocó a todos los precandidatos a Gobernador para un cónclave a realizarse en Junín. Este viernes fue la cita, y la previa al encuentro no estuvo exenta de mensajes y advertencias, que fueron plasmadas mediante el uso de trascendidos y versiones. Por un lado, corrió el rumor de que el tigrense iba a bajar la abultada lista de cinco precandidatos a tan sólo dos que quedarían en carrera. Las conjeturas hicieron pensar que uno de los que seguro sobreviviría a esa reducción era el ‘Colorado’. Esta posibilidad despertó más los miedos, en especial en Giustozzi y López. Por el lado del matrimonio Mónica López-Alberto Roberti, el diputado nacional le mandó un mensaje a Massa y pidió que “al menos” su esposa compita en las PASO de agosto.


Por el lado del actual titular del bloque del Frente Renovador en el Congreso, se corrieron las versiones de que “si lo bajaban, ya tenía todo listo para jugar con ‘El Flaco’” que, cabe destacar, no es otro que el ministro del Interior y Trasporte, Florencio Randazzo, quien además es precandidato a presidente por el Frente para la Victoria. Semanas atrás, la fuga/vuelta del diputado bonaerense del massismo al Frente para la Victoria hizo recordar la vieja amistad política que Randazzo y Giustozzi supieron tejer en el tiempo. Clima rodeado de miedos y confusiones.

La hora de la cumbre se acercó, Junín estaba listo para ser el escenario de definiciones massistas en la carrera por la Gobernación. El aire soplaba incertidumbres y amenazaba con tormentas. Dato contundente que irrumpió con gran fuerza fue la ausencia de uno de los anotados en esa competición: Jesús Cariglino, intendente de Malvinas Argentinas, quien pegó el faltazo sin previo aviso. Pero no sólo este viejo Barón del Conurbano estuvo ausente de esta tertulia tan trascendental: su colega, Luis Acuña, alcalde de Hurlingham, tampoco dijo presente. Desde hace meses, estos dos caciques tendieron puentes con el PRO y siempre estuvieron bajo la lupa de sospechas de una posible fuga. Hay un tercer jefe comunal que –en menor grado– también empieza a pensar en amarrillo. En reuniones privadas, en conversaciones telefónicas entre estos viejos caciques bonaerenses, a quien se le suma Raúl Othacehé, de Merlo, prima una lógica: obtener el 25 de octubre un nuevo mandato como intendentes. Los barones privilegian su distrito, su elección, ninguno quiere perder en el pago chico. En los últimos meses acrecentaron su enojo con Massa, a quien llaman ‘El Pibe’, con agrado, con ironía, dependiendo del momento. Son varios sus motivos, una cierta “decepción” tras haber “bancado” la campaña de 2013 –no es el caso de Othacehé, quien pasó tras las legislativas de ese año– y ahora ver, lamentados, que las retribuciones no son las prometidas. Tampoco digieren el discurso del tigrense de “terminar con todas las re-reelecciones indefinidas” y que –además– haya permitido el camino para el armado de candidatos massistas que quieren disputarles el poder local. Cuidar ese poder territorial es lo que prima en las mentes de estos alcaldes. Para ese propósito de supervivencia no hay color político que sea vedado en sus objetivos, la oferta de votos y territorio electoral –si es necesario– se entregará al mejor postor. La lógica de los barones.

Con ese clima, con esas señales, antes del inicio de la cumbre de Junín Massa realizó una pequeña rueda de prensa ante periodistas locales. Ante la consulta por la ausencia de Cariglino y las posibilidades de sumar a Martín Insaurralde, respondió tajante: “Los cuatro candidatos que van a las PASO están acá”. Con esas palabras públicas, una vez adentro se intentó calmar las agitadas aguas de la interna por la Gobernación. El tigrense logró un pequeño gran gesto hacia quienes asistieron al cónclave y que en las recepciones de sus mensajes la lista de anotados que quedó por ahora la componen De Narváez, Solá, López y Giustozzi. Además, adelantó la conformación de una Mesa Provincial para trabajar en forma coordinada con los cuatro precandidatos y que comenzará a tomar forma los primeros días de marzo. Intentos de concordancia.

Puertas adentro, los precandidatos se echaron algunas viejas riñas y deudas en la cara. También hubo una queja hacia la llamada “mesa chica” del massismo, que la compone la “liga de intendentes” que acompañó a Massa cuando rompió con el kirchnerismo en 2013 y armó el Frente Renovador. “Ustedes perdieron tiempo y perjudicaron al espacio al apostar por Martín Insaurralde”, fue una de las quejas que más resonancia tuvo sobre la mesa de ese almuerzo político. Pero la opción Insaurralde pasa a estar casi sepultada para los principales armadores massistas en la Provincia. Es que los alcaldes Joaquín De la Torre (San Miguel), José Eseverri (Olavarría), Gabriel Katopodis (San Martín) y Carlos Selva (Mercedes), tienen un nuevo favorito y se llama Francisco De Narváez. En sus estrategias piensan que el ‘Colorado’ cuenta con un caudal propio de votos (cerca del 10 %, según estiman) y ese es un tesoro que ninguno de los otros anotados tiene. Las internas en el massismo seguirán candentes. Hábil en su juego político, Massa dejó trascender un día después del encuentro en Junín que en realidad será el 21 de marzo, en Olavarría, cuando y donde se formalizará quiénes serán finalmente los precandidatos por el Frente Renovador para competir por la Gobernación. La última palabra aún no está dicha.

El tablero bonaerense para el tigrense ha presentado distintas grietas en los últimos meses. Las feroces internas que hay entre los precandidatos anotados para disputar el Sillón de Dardo Rocha amenazaron en varias oportunidades con hacerle estallar el escenario. La fuga de Posse molestó al tigrense, sobre todo en las formas y en el “daño” que ocasionó el radical ahora macrista en su partida. Pero lo que más le preocupa es la posible fuga doble de Cariglino y Acuña, a quienes se les podría sumar Sandro Guzmán, intendente de Escobar. El portazo de esos tres caciques bonaerenses abriría una grieta muy dolorosa en la primera sección electoral, territorio donde el massismo alardeó dominio casi absoluto en las elecciones legislativas de 2013. El escenario es incierto, así como las reacciones de los heridos que deje esta negociación y la elección final de quiénes irán a competir en las PASO de agosto.

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