viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

Panorama Bonaerense | 8 mar 2015

Bitácoras bonaerenses

Scioli, los intendentes, Insaurralde y el juego político sobre el tablero electoral

Los alcaldes de peso en la provincia comienzan a hacer escuchar su voz, piden una “lista única” para presidente, temerosos que una interna peleada les planté colectoras en sus distritos. El gobernador mantuvo dos cónclaves importantes con los jefes comunales. Mientras tanto, la novedad del lomense es que finalmente se quede en el FpV.


El territorio, ese espacio que sumado e individual es necesario para cualquier aventura electoral, sobre todo los territorios con mucha población, esos que se convierten en votos. Daniel Scioli sabe que la provincia de Buenos Aires es fundamental para cualquier sueño presidencial. Los intendentes saben que sus chances de obtener un nuevo mandato, muchas veces, están ligados a la suerte del candidato a presidente. Temen por su suerte, no duermen tranquilos pensando que una interna feroz dentro del Frente para la Victoria termine alejándolos del poder o en todo caso golpeando sus aspiraciones. Pesadillas 2015.

Desde hace algunas semanas el vicegobernador, Gabriel Mariotto, abrazó la “ola naranja” y se ubicó como un vocero informal del sciolismo al pedir en reiteradas ocasiones la “unidad del peronismo” de cara a las PASO de agosto y hasta, incluso, se animó a poner sobre la mesa la “mejor” fórmula para el triunfo del kirchnerismo que, según él, está cimentada en “Scioli presidente, Randazzo gobernador”. Esta idea fue criticada por varios legisladores nacionales y provinciales de estirpe más ultra-k y, sobre todo, por Florencio Randazzo y su tropa, como así por el resto de los precandidatos a presidente por el oficialismo. Pero que dicen los caciques bonaerenses, los dueños de los territorios que se transforman en votos. Algunos -los pocos- muestran coraje y hablan públicamente, avalan (sin quererlo) la idea de Mariotto y hasta empiezan a poner sus fichas sobre ese juego. Son pocos los que se animan a hablar, los que lo hicieron son en su mayoría intendentes del Interior bonaerense, los que ya se postulan abiertamente y hasta hacen campaña por “Scioli 2015”. Pero los llamados “popes” del Conurbano, esos mini-faraones que gobiernan en los distritos más populosos de toda la Provincia son más cautos a la hora de emitir su voz, aunque despliegan su juego en tertulias, cenas y cónclaves políticos. La táctica sobre el tablero.

Ese es el escenario que también observó Scioli, quien aprovechó la concurrida asistencia de alcaldes a la Apertura de Sesiones Ordinarias que se dio en la Legislatura el lunes pasado e improvisó un pequeño encuentro privado con ellos para darles su mensaje. Con la emoción de haber dado su último discurso como Gobernador ante la Asamblea Legislativa, Scioli le imprimió táctica política a la jornada y tras salir del recinto de Diputados se fue a hablarles a los jefes comunales quienes lo esperaban en el Salón de los Escudos de la Cámara Alta. “Si no se gana en la Provincia, no se gana en ningún lado”, fue la frase del mandatario provincial que más resonó en el ambiente. Un mensaje claro, obvio, pero que también contiene -en sus entrelíneas- muchos más mensajes implícitos. El Gobernador también los exhortó a “seguir defendiendo las políticas implementadas en los distintos municipios” y a los que “están de acuerdo” llamó a “defender la gestión”. Si bien reiteró algunas cuestiones que dijo en su discurso ante la Asamblea, también focalizó en sus aspiraciones presidenciales. “El manifestó que no sólo quiere ser candidato, sino presidente”, contó fuera de micrófono un intendente que participó de ese encuentro. En ese sentido, Scioli les dijo -casi sin tapujos- que “todos los que están de acuerdo” con esas premisas lo “apoyen” en sus proyecciones presidenciales. Al finalizar la reunión, casi sobre la vereda del Parlamento bonaerense, un importantísimo intendente del Conurbano dejó una frase contundente: “"El peronismo tiene que ungir pronto a un candidato". Del encuentro participaron Daniel Di Sabatino (San Vicente), Mario Secco (Ensenada), el diputado Aníbal Regueiro (en representación a su mujer Carina Biroulet, jefa comunal de Presidente Perón), Gastón Arias (Brandsen), Darío Díaz Pérez (Lanús), Mariano West (Moreno), José Inza (Azul), Carlos Urquiaga (José C. Paz), Julio Pereyra (Florencio Varela), Juan Carlos Pellita (General Lamadrid), Gustavo Arrieta (Cañuelas), José Echeverría (Balcarce), Ricardo Casi (Colón), Aldo Carossi (Baradero), Juan Pablo Anghileri (General Rodríguez), Francisco “Paco” Durañona (San Antonio de Areco), Pablo Bruera (La Plata), así como los caciques del Conurbano Alberto Descalzo (Ituzaingó), Hugo Curto (Tres de Febrero) y Fernando Espinoza (La Matanza), entre varios alcaldes más. En busca del acuerdo.

Pero la rosca política no terminó ese lunes, 24 horas, la atmósfera se tiñó de otra importante tertulia política que tuvo como protagonistas a Scioli y a los alcaldes de la poderosa 3ra Sección Electoral. El lugar fue la sede del Frente Nacional Peronista, donde todos los martes los jefes comunales se juntar a tomar café o té e intercambian sus visiones sobre el tablero político. Hubo un encuentro previo y vital una semana antes, donde los jefes comunales le trasladaron al gobernador algunas de sus preocupaciones. Una de las más importantes fue el pedido que le hicieron a Scioli sobre dejar de la lado la “mesura” y alienarse “completamente” al discurso de la Casa Rosada que emite Cristina, cuestión que para un futuro tramo electoral podría ser fundamental para “unir acciones”. El gobernador, atento a su suerte dentro del FpV, tomó nota, analizó, proyectó y en su discurso ante la Asamblea Legislativa plasmó sus entonaciones más kirchneristas de -quizá- todas sus anteriores alocuciones en sus casi ocho años de mandato. No sólo eso, sino que parte de su estrategia de campaña es “apropiarse” de los logros del Gobierno Nacional para moldearlos como base de su plataforma electoral. La portación del gen K.

Con ese punto fundamental de cualquier tipo de inicio de negociaciones, los alcaldes de la Tercera y Scioli acercaron posiciones en busca de la “unidad de acción” que permita generar un “candidato único” para presidente, punto nodal para que los caciques cuiden sus territorios y eviten su mayor temor: el armado de listas colectoras locales. Pero la visión de los jefes comunales también contiene otra cuestión que es comenzar con la apertura de las puertas del PJ-FpV para “compañeros que no están y quieran volver” a las costas del kirchnerismo. Este deseo, en gran porcentaje, apunta a sentar nuevamente en la mesa a un mandatario comunal que mostró “rebeldía” en los últimos meses, quien dicho sea de paso, pertenece a la más electora sección: Martín Insaurralde de Cirio. La jugada pensada de los intendentes no es casual, su lógica es ampliar el territorio de posibles votos y Lomas de Zamora es un distrito que el “peronismo no se puede dar el lujo de perder”. Con esos avales, el lomense alista su regreso sin gloria a las filas del oficialismo, una bendición que también fue auspiciada por el jerarca de Ezeiza y ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados. El último fin de semana de febrero ambos dirigentes mantuvieron una cena donde el “sheriff”, como viejo amigo, le dio los argumentos para que comience su regreso. Le dijo que se “quede tranquilo”, que si estando “dentro del peronismo, gana Lomas” y “después se ve”. Insaurralde, un político que vive y actúa según las coyunturas políticas, le confesó su “desilusión” y lanzó críticas a Sergio Massa, de quien dijo no observar que hay logrado “ningún acuerdo fuerte en las provincias”. Alejado del papel de “candidato top”, el intendente de Lomas de Zamora sufre un baño de realidad y observa que sus grandes chances de ser consagrado como el candidato a gobernador en el Frente Renovador o el Frente para la Victoria tan sólo fueron un sueño que quizá en algún momento pudo hacerse realidad. Por estos días sus opciones, estando dentro del oficialismo, son ser uno más de los anotados en la carrera por el Sillón de Dardo Rocha (con posibilidades de consagrarse, gracias a la interesante imagen que tiene) o volver a buscar un nuevo mandato en su distrito. Pero para que esta situación tome forma real necesita dos hechos fundamentales: amigarse con Scioli y obtener el indulto de Cristina. Los alcaldes en busca de agrandar la tropa.

Así, en la semana que pasó, tomó forma el siguiente paso para la concreción de lo hablado en esas tertulias. El jueves por la tarde-noche, después de una dificultada confirmación, Daniel Scioli y Martín Insaurralde volvieron a compartir un escenario, una foto, un acto tras los intensos coqueteos con el massismo que tuvo el lomense durante gran parte del 2014 y en el verano del 2015. La excusa del encuentro fue el egreso de los primeros 300 efectivos de la Policía Local del Municipio, donde además participó Granados. La imagen de ambos se trasformó en una gran señal de acercamiento y muchos son los que observan que la relación que supieron plasmar durante la campaña de las elecciones legislativas del 2013, podría volver a tomar forma en una nueva etapa electoral definitoria. Pero no sólo las postales fueron las que dejaron títulos sobre esa jornada. El intendente de Lomas dejó palabras al momento de dar su discurso, que de forma curiosa no fueron tomadas por los envíos oficiales del área de prensa de la Gobernación, como tampoco del Municipio. “Ojala podamos soñar juntos una Argentina y una Provincia más segura”, dijo MI, con un Scioli sentado al lado, quien lo miraba atento mientras escuchaba. Gestos para el retorno.

Scioli e Insaurralde: ¿Saldarán sus diferencias? ¿Volverán a caminar juntos? Por ahora hay augurios de que es una posibilidad. Sin embargo, en el ambiente aún se huele ese café (que al final fue un té) que ambos tomaron en agosto del año pasado en la sede central del Banco Provincia en la Capital Federal, donde el lomense le pidió “garantías” sobre el armado de listas y la “bendición” a su candidatura para gobernador, exigencia que el mandatario provincial no se las pudo brindar. Viejas incertidumbres que obstaculizan el sendero.

Las conversaciones que los intendentes y Scioli tuvieron en busca de lograr un posible acuerdo afectan de forma directa a Randazzo, el competidor más serio que tiene el exmotonauta de cara a las PASO de agosto. Más allá de que todos saben que la “gran electora” será Cristina, quien no se postulará en favor de algún candidato hasta último momento, es importante para cualquier aventura electoral el auxilio de los alcaldes bonaerenses que saben mover los votos en su territorio. Desde el randazzismo no muestran preocupación y hasta sostienen que varios jefes comunales “juegan” con ellos. En medio de esta agitación interna, surgieron distintas versiones. Una de las que más sonó fue la posibilidad de que el presidente de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, decline su precandidatura a la presidencia y se enfoque en competir por la gobernación bonaerense. Incluso, sonó fuerte la posibilidad de la conformación de una fórmula híper-k: “Randazzo presidente, Domínguez gobernador”. Obviamente que no hay confirmaciones, son las desmentidas -vieja fórmula de la política- las que priman sobre el escenario. Pero hay un dato que sí es muy real, desde hace meses desde el entorno político de Domínguez se está empezando a trabajar en un posible candidatura para la Gobernación bonaerense. Las reuniones secretas, las negociaciones con intendentes y referentes provinciales, incluso están avanzadas y hasta tienen pensando una fórmula para el territorio bonaerense: “Julián Domínguez gobernador, Juan Patricio Mussi vicegobernador”. De a poco el Frente para la Victoria va retomando su tránsito de cara a los comicios. Las internas de agosto presentan distintas predilecciones, distintas necesidades y muchas, pero muchas tertulias, donde todos hablan con todos y por ahora no hay nada definido.-

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