viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Panorama Bonaerense | 29 mar 2015

Bitácoras bonaerenses

Una frágil coexistencia pacífica interna en el massismo

Quienes pugnan por llegar a la competición por la Gobernación bonaerense están más nerviosos que nunca por el temor de quedarse afuera. Las operaciones y los ultimátum surgieron sobre el tablero. Massa tuvo que ordenar a la tropa y así ganar tiempo.


Las agitadas aguas del Frente Renovador sufrieron esta semana uno de sus mayores tornados desde que la feroz carrera por la Gobernación bonaerense se desató. El quinteto compuesto por Francisco De Narváez, Darío Guistozzi, Mónica López, Felipe Solá y Jesús Cariglino se sumergió en una marea de especulaciones, operaciones político-periodísticas cruces y acusaciones fuertes. Todos quieren ser los elegidos para competir en las PASO de agosto, todos quieren la “bendición” de Sergio Massa. Pero los miedos y la realidad azota sus sueños: saben que en esta batalla no todos sobrevivirán. Las secuelas de la guerra interna.

La irrupción de De Narváez como el “candidato estrella” dentro del massismo y mimado frecuentemente por Massa, no sólo provocó los celos de los otros competidores. Esas sensaciones se fueron transformando en enojos, furia y, en algunos casos, en resentimientos de viejas experiencias junto al ‘Colorado’. Los miramientos fueron constantes, las desconfianzas sumaban un grado más de temperatura día a día. La diputada bonaerense Mónica López y su esposo, el legislador nacional Alberto Roberti, fueron quienes más duro salieron a cruzar al exdueño de Casa Tía. No se ahorraron en palabras y ya sea desde sus cuentas personales de Twitter o en entrevistas periodísticas, descargaron artillería pesada que expandió esquirlas en las entrañas del Frente Renovador. Así, en medio de versiones sobre una presunta decisión de Massa de achicar la lista de anotados por el Sillón de Dardo Rocha, López salió a lanzar una especia de ultimátum. “Todos tenemos derecho a enojarnos. Esto no es el amor eterno del matrimonio. Esto es política y está rodeada de intereses”, dijo la prencandidata, con un claro mensaje de confesión. Acto seguido, la legisladora provincial no dudó en avisar qué es lo que pasará si es que su postulación no sigue en pie: “Si yo me corro y me bajo, me voy con todo lo que puse”, afirmó, y detalló que ese “todo lo que puse” son “135 compañeros que van a defender la bandera de Massa presidente, 38.000 fiscales en la provincia de Buenos Aires para defender esos votos”. ¿El que avisa no traiciona?

Pero estas sensaciones no sólo las tienen el matrimonio López-Roberti. El exintendente de Almirante Brown, Darío Guistozzi, también tiene sus recelos hacia De Narváez y hasta alguna vez lo salió a criticar en público. Desde su entorno sostienen en voz baja que el desembarco del ‘Colorado’ en el massismo “sólo ha traído problemas” y hasta recuerdan que en los “espacios donde participó siempre dejó problemas”. Pesa a esta aflicción contra el que se perfila ser el “candidato estrella” de Massa, desde el equipo de Giustozzi afirman que en las encuestas están “muy bien ubicados” y que “confían” en que el tigrense va a “cumplir su promesa” y ubicará a Giustozzi como uno de los anotados que llegue a la meta de las PASO. Sin embargo, siempre hay lugar para los avernos contingentes que pueden arrasar un escenario en la política y ante la posibilidad de que desde Tigre manden a bajar la candidatura del ahora titular de bloque del Frente Renovador en la Cámara de Diputados de la Nación, la postura final se acerca mucho a la anunciada públicamente por Mónica López. La opción del portazo sobre la mesa.

El aire se volvió más tenso, los nervios se expandieron por casi la totalidad de los despachos y oficinas de referentes massistas. Para agregar más tensión al tablero, se conocieron detalles de la reunión que Massa y sus intendentes mantuvieron en Pilar, el martes 24, para analizar el escenario y descomprimir la situación. Más de una veintena de alcaldes fueron a cenar con el líder del Frente Renovador, era la hora de empezar a tomar decisiones: una llamativa ausencia, la de Cariglino, quien mantiene contactos subterráneos con el PRO de Mauricio Macri. Las posturas en general fueron concordantes, los jefes comunales tienen como primer objetivo cuidar su territorio y unas internas feroces perjudican sus intereses. Uno de los planteó actuar fuerte fue el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis: “Volvamos a lo central. Massa Presidente. Todo lo demás se acomoda solo”, espetó. Hubo airadas críticas a los candidatos por la Gobernación. El intendente de Bahía Blanca, Gustavo Bevilacqua, tomó la palabra y dijo molesto que “en los últimos 5 meses ningún candidato a gobernador fue a los distritos chicos de la Sexta”, y se quejó: “Que dejen de pegarse codazos y se dediquen a caminar”. Otro que habló fuerte fue el jefe comunal de Arrecifes, Daniel Bolinaga: “Peguemos cuatro gritos, el que duda que se vaya y que nos vengan a contar los votos a la Provincia”. Después de cavilaciones y observaciones de los alcaldes, Massa puso sobre la mesa la posible solución al conflicto interno: “Vamos con 2 ó 3 formulas y punto. Volvamos a la calle a defender a la gente”. El reacomodamiento.

Los detalles de este cónclave fueron tomados por los principales medios periodísticos nacionales y bonaerenses, el resultado no fue otra cosa que pavor entre los anotados por la Gobernación. La opción de “2 ó 3 fórmulas y punto” hizo que más de uno temiera por su futuro. El nerviosismo dominó el escenario, las operaciones subterráneas se multiplicaron. Nadie quería quedar afuera. Trascendió que Solá declinaba su candidatura, versión que el exgobernador bonaerense salió a desmentir y a acusar a De Narváez y Giustozzi de estar detrás de esa maniobra. “Comenzó un ataque premeditado y sistemático en los medios contra Felipe proveniente de Francisco de Narváez y Darío Giustozzi”, salió a decir públicamente el referente del ‘felipismo’ en Tres de Febrero, Marcelo Colace. La tensión subió en extremo. Massa tuvo que actuar nuevamente y calmar las aguas. Decidió ordenar la tropa, marcó rumbo hacia La Plata y mantuvo una reunión cerrada con los legisladores de sus bloques en Diputados y en el Senado. Intentó calmar las aguas, le bajó los decibeles a la opción de sólo quedarse con dos o tres fórmulas para la Gobernación. Ganó tiempo y, de paso, encolumnó a todos bajo la consigna “Todos con Massa presidente”. Al final, el congreso partidario que se realizó este sábado en San Martín no fue para definir quiénes siguen en carrera por el Sillón de Dardo Rocha. Tirar la pelota para adelante.

La calma se hizo presente por un instante dentro del quinteto que puja por la precandidatura para la Gobernación. Pero es una calma relativa, una pausa, un entretiempo para no hacer explotar el agitado escenario que ya muestra muchas grietas. Así, con el ordenamiento temporal que hizo Massa con su tropa, el viernes en San Fernando todos los anotados que buscan un lugar en la carrera por el Sillón de Dardo Rocha fueron hasta ese distrito, mostraron sus mejores y más sonrientes caras, se mostraron juntos cerca de Massa y hasta hubo tiempo para una ‘selfie’ que sacó el senador bonaerense Sebastián Galmarini, donde Mónica López, De Narváez y Cariglino aparecen uno al lado del otro. Poses y gestos forzados.


El escenario del Frente Renovador tras los cónclaves de Massa con intendentes y legisladores es que ninguna definición va a salir a la luz por ahora. El plazo estimado para clarificar candidaturas es de 30 días, cuando los anotados por la Gobernación tienen que presentar sus fórmulas. La idea que ronda con apoyo amplio sigue siendo que haya tres candidatos, aunque Massa prefiere que sólo sean dos. Por otro lado, se definió que las listas de legisladores provinciales las arman los intendentes y el territorio, la lista de diputados nacionales es potestad exclusiva de Massa, una jugada que sin dudas acota el poder de quienes quedarían como precandidatos a gobernador. Definiciones sobre el futuro.

La coexistencia pacífica interna de los anotados por el Sillón de Dardo Rocha ha entrado en un frágil sendero sin mucho pronóstico de duración. Por ahora, bajo el lema “Todos con Massa presidente” el tigrense ganó tiempo y logró calmar y ordenar a la tropa. Pero las dudas y los miedos de quienes pujan por obtener la precandidatura por la Gobernación sigue estando presente y las amenazas más serias ya fueron puestas a la luz. Tarde o temprano Massa tendrá que definirse y allí soportar las consecuencias. Quizá con el tiempo logre subsanar a los heridos que deje su decisión final o simplemente afrontar que se van con todo lo que trajeron. Las grietas dentro del esquema del massismo empiezan a multiplicarse. La fuga/vuelta al Frente para la Victoria del intendente de Escobar, Sandro Guzmán, es sólo una muestra de que en terceras, cuartas y quintas líneas está pasando, producto de internas y multiplicidad de actores que arman y desarman para un solo espacio. El variopinto que es el Frente Renovador está empezando a tener pequeñas implosiones, pero que pueden marcar el detonante para mucho más grandes. Un ejemplo claro de estos hechos, es que por estas horas el senador Baldomero ‘Cacho’ Álvarez de Olivera, muy descontento con el tigrense, está con un pie afuera del massismo y mirando con buenos ojos su retorno al sciolismo que abandonó en su momento. Dice un viejo dicho: “Mucho cacique y poco indio”. Una realidad a la que Massa le está empezando a hacer frente y que puede traerle una batalla interna mucho más feroz que la externa.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias