miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3686

Panorama Bonaerense | 11 may 2015

Bitácoras bonaerenses

Entre el anibalismo, el mandamiento de Cristina y la fuga de Giustozzi

El reloj que marca el tiempo de descuento está sobre la mesa. La hora del cierre de listas se acerca. Todos miran al 20 de junio, el día en que se conocerán quiénes son los precandidatos oficializados por cada espacio político. Mientras tanto, los sacudones en el tablero político bonaerense siguen surgiendo jornada tras jornada. Los reacomodamientos continúan, como así también las fugas de madrugadas y los conflictos internos. La última curva que conduce al siguiente nivel.


¿Nace el anibalismo?

Si bien siempre estuvo entre los posibles anotados, el lanzamiento de Aníbal Fernández para buscar la Gobernación bonaerense tuvo ecos en todos los rincones de las fronteras del kirchnerismo. El miércoles 6 de este mes, el verborrágico jefe de Gabinete de la Nación formalizó su lanzamiento en el hotel NH Tango de la Capital Federal. El primer dato que surge sobre este acontecimiento es la ironía y paradoja de un precandidato bonaerense lanzando su postulación en territorio porteño. Una lamentable costumbre que muchos dirigentes políticos provinciales tienen. Nadie se imagina a un precandidato para jefe de Gobierno porteño plasmando su lanzamiento en La Plata, o a un pampeano haciéndolo fuera de su provincia. Más allá de ese pequeño gran detalle, al evento porteño no quiso faltar casi nadie. Ministros nacionales, ministros sciolistas, legisladores nacionales y bonaerenses y más del 70 por ciento de los intendentes provinciales enrolados en el FpV. Hasta los dos precandidatos a la Gobernación, como Fernando Espinoza (La Matanza) y Juan Patricio Mussi (Berazategui) dijeron presentes. Un apoyo contundente.

Aníbal cuenta con una ventaja sobre sus 12 competidores internos, quienes recordemos son: Julián Domínguez, lo propios Espinoza y Mussi, Martín Insaurralde, Diego Bossio, Gabriel Mariotto, Sergio Berni, Cristina Álvarez Rodríguez, Fernando ‘Chino’ Navarro, Santiago Montoya, Carlos Castagneto y Martín Sabbatella. Su conocimiento de imagen es altísima, es una de las figuras del kirchnerismo y despierta simpatías tanto en La Cámpora, como en la tropa sciolista, el PJ bonaerense y entre los alcaldes provinciales. Por ahora no hay encuestas públicas que muestren su intención de voto, pero desde hace un tiempo circulan sondeos privados que sostienen que cuenta con un interesante porcentaje que se acerca a los 20 puntos, el techo –por ahora– que tienen quienes están primeros a nivel general. Pero el gen kirchnerista del ministro coordinador de la Nación también tiene sus facetas grises: su imagen positiva es alta (más del 35 %), pero la negativa también lo es (más del 30 %), una marca registrada por los referentes K del Gobierno, incluso la propia Cristina Fernández de Kirchner. Estos detalles para Aníbal son distintos, ya que en el terreno bonaerense no existe el ballotage, el que gana en primera vuelta, gana la general y es Gobernador, aunque sea por un voto. La ruta que apunta a Calle 6.

Esos buenos augurios hicieron que –fiel a su estilo– Aníbal tuviera una gran seguridad y certeza al momento de dar su discurso de lanzamiento: “Voy a ser gobernador de Buenos Aires, entre todos somos invencibles compañeros”, fueron las palabras rimbombantes que lanzó desde el mencionado hotel porteño. Así, subido a un camión que tiene buen arranque, excelente tracción y toma velocidad a las pocas cuadras, el andar de su precandidatura alcanzó rápidamente a los otros anotados del FpV. Bajo este escenario, muchos observadores destacan que Aníbal puede ser esa “figura de concordancia” dentro del kirchnerismo y que “todos” terminen encolumnándose atrás de su precandidatura. Otros recuerdan el extenso currículum político que posee el quilmeño y además destacan sus dotes de armador. Desde que volvió a la Jefatura de Gabinete el ‘ricotero’ Fernández tuvo una activa agenda política y además se mostró en su despacho con dos de los últimos fugados del massismo que arribaron a las costas del FpV: el intendente de Escobar, Sandro Guzmán, y el senador bonaerense Alfonso Coll Areco. Como otro gesto de contar con el aval de un juego amplio, fue el primer dirigente de la amplia gama del kirchnerismo que se mostró junto a Insaurralde, luego de que el lomense finalmente decidiera quedarse en el oficialismo pero, al mismo tiempo, definirse por la precandidatura presidencial de Daniel Scioli y anunciar su lanzamiento por la Gobernación, osadía que le valió una lluvia de críticas duras por parte de casi toda la tropa K. Movimientos anticipados sobre el tablero.

En este tramo, que puede cambiar con el correr de los días, el surgimiento de Aníbal como un candidato con serias chances de ganar la interna del FpV, reacomoda y sacude el tablero kirchnerista. Por ahora, las fórmulas que parecen estar más plasmadas en la carrera por la Gobernación son la de Domínguez-Mussi, Bossio-Berni y Aníbal con alguien incógnito aún. Sin embargo, puede haber tiempos para más sorpresas en este escenario. El compañero del jefe de Gabinete puede ser un hombre de La Cámpora, Insaurralde o hasta quizá uno que ya integra uno de los tándems mencionados. Todo es válido en el juego de las especulaciones.


El mandato de Cristina y la reducción de precandidatos

“Si todos nos diéramos ese baño de humildad y ubicación, cuánto más fácil sería, no sólo para un partido sino para un país”, fueron las palabras de Cristina el jueves 7 al brindar un discurso por cadena nacional desde el Chaco. La decodificación de las palabras de la Presidenta fueron instantáneas, el mensaje era claro, se refirió a la variedad de candidatos que existe dentro del kirchnerismo, tanto para la presidencial como para la gobernación. Todos entendieron que CFK sugirió bajar el número de postulantes de su partido al destacar que Jorge Capitanich, después de haber sido dos veces gobernador del Chaco, ahora se postula a la Intendencia de Resistencia. Así, reclamó a los precandidatos –aunque sin mencionar a ninguno en particular– que “tengan una mirada amplia y colectiva” y que abandonen los “egos personalistas”. “Si realmente creemos que esto es un proyecto colectivo, y que la Patria es el otro, tengamos esa actitud y contribuyamos todos a fortalecer el proyecto nacional y popular que ha permitido en estos 12 años transformar la vida de los 40 millones de argentinos”, destacó. El mandato sobre la mesa.

Rápidamente, al día siguiente, el PJ Nacional anunció la realización de su Congreso Extraordinario para definir algunas cuestiones. El mensaje de Cristina ya estaba rondando por todo el ambiente y, por si quedaban dudas, el poderoso e influyente secretario de Legal y Técnica, Carlos ‘Chino’ Zannini, ofició de emisario en la cumbre peronista: “Los peronistas tenemos el dilema de que la Presidenta no puede volver a ser candidata y tenemos que asumir que hay que elegir la fórmula de las PASO lo más acotada posible”, expresó ante todos los asistentes. Sobrevuela la idea de achicar las lista de anotados.

En general el “baño de humildad” que pidió Cristina fue tomado y escuchado por los precandidatos que van con mejores chances en la interna del FpV. Scioli, Florencio Randazzo, Domínguez, Bossio, entre otros, asintieron a las palabras de la Presidente, más de allá de no hablar ni por asomo de quién se baja y de quiénes no avalaron esa idea. Distinta fue la reacción de quienes tienen muy pocas chances de llegar a integrar en la lista, ya sea por una cuestión política o porque las encuestas no son sus amigas. Uno de los que primeros que salió a hablar fue Insaurralde, quien si bien dijo que fueron “acertadas” las palabras de la Presidenta, ratificó su postulación: “Somos la mejor opción para la provincia de Buenos Aires”. Otro que no quiso quedarse atrás y hasta contó con el apoyo de Scioli fue Espinoza, quien llegó junto al Gobernador al cónclave del PJ: “Espinoza es un gran candidato. Gobernó La Matanza y puede gobernar la Provincia, obviamente. Acá no hay individualismos, hay un trabajo en conjunto”, dijo el actual precandidato presidencial, para alegría y sonrisas del matancero. Otro que eligió salir prematuro fue Santiago Montoya, quien no esperó un minuto a que lleguen las noticias de la cumbre del PJ y abrió su “laptop” para, en tono desafiante, ratificar su postulación por la Gobernación. “Lo dije y lo reitero: no voy a bajar mi candidatura para la Gobernación de la provincia de Buenos Aires”, escribió ansioso desde su cuenta personal de Twitter y lo que para muchos fueron palabras que desoyeron el mensaje de CFK.


El dato que sobresale en esta escena, y la resolución del PJ Nacional de acortar la lista de candidatos, es que los tres que compiten a nombre del sciolismo –Montoya, Espinoza e Insaurralde– salieron rápidamente a ratificar sus precandidaturas e intentar evitar el mandato de Cristina. Entre el desafío y el miedo a quedarse afuera.


Grietas cada vez más grandes en el massismo

El Frente Renovador de Sergio Massa va sufriendo distintas grietas internas que amenazan volverse heridas incurables. En el último mes dos senadores bonaerenses (Baldomero ‘Cacho’ Álvarez de Olivera y Alfonso Coll Areco) decidieron dar el portazo y refugiarse en la gran aldea kirchnerista. Más allá de la pérdida de dos legisladores bonaerenses en la Legislatura, esta semana surgieron dos fugas que golpean de lleno el armado político electoral del massismo. En una trama novelesca, el último jueves el equipo de prensa massista envió una gacetilla titulada “los intendentes de Frente Renovador decidieron echar a (Jesús) Cariglino del espacio político” por “indeciso”, donde sólo se resalta la voz del intendente de Olavarría, José Eseverri. La movida de la tropa de Tigre se aparta un poco de la realidad de los últimos hechos, ya que el intendente de Malvinas Argentinas dio claras muestras desde hace tiempo de estar plasmando una fuga paulatina de ese espacio mediante contactos subterráneo con el PRO de Mauricio Macri y con declaraciones fuertes en semanas recientes, en las que expresó sin tapujos: “Es hora de que Massa piense en bajar a la Provincia”.

El “despido” del alcalde bonaerense fue un simulacro, ya que Cariglino estaba más afuera que adentro de ese partido político y sólo fue una especia de intento de purga ante la inminencia de su partida. Lo curioso de este hecho fue que –por unas horas– referentes massistas intentaron sembrar una confusión sobre el jefe comunal “echado” ya que el diputado nacional, y armador de Massa, Gilberto Alegre, manifestó “no compartir” lo que “hizo” Eseverri. Asimismo, el matrimonio Alberto Roberti-Mónica López se mostró sorprendido por esa acción y hasta manifestó su solidaridad, vía Twitter, con el intendente.


Lo concreto es que Eseverri hizo el papel de capataz, pero él no tiene autoridad para semejante decisión, si fue la voz del presunto despido por orden del propio Massa, para ganarle de mano a la fuga. Cariglino no se fue solo, se llevó consigo a su hermano Roque, con lo cual el massismo perdió su tercer senador en el Parlamento provincial. El bloque del Frente Renovador en la Cámara Alta bonaerense montó su propio simulacro al “echar” al legislador, cuando muchas horas antes él ya había anunciado su partida. Final bizarro de una fuga anunciada.

Pero el sacudón más importante que dejaron las grietas que sangran en el massismo fue la fuga que se dio este domingo, la de Darío Giustozzi, titular del bloque de diputados nacionales del Frente Renovador y el primer precandidato a gobernador del espacio. En las últimas semanas, las versiones y los rumores sobre la cercanía del portazo del exintendente de Almirante Brown eran platos cotidianos en la mesa político-periodística bonaerense. Desde esta columna anunciamos el 26 de abril que las dudas y el dilema de Giustozzi sobre su continuidad en el massismo se habían acrecentado. Esas sensaciones hicieron que desde hace casi 2 meses volviera a marcar el número de Randazzo para saludarlo y, de paso, concretar reuniones con asesores del ministro del Interior y Trasporte, y precandidato a presidente por el kirchnerismo. Asimismo, se supo que mantuvo una reunión con la ministra de Gobierno de Scioli, Cristina Álvarez Rodríguez. Por esos días del cuarto mes del año, Giustozzi comenzó a hablar en la intimidad muchas más veces sobre su “desencanto” con Massa y hasta en sus peores momentos deslizó la posibilidad de volver al kirchnerismo. Sus quejas van desde preguntarse dónde está la “renovación de la política”, enfocar su mirada perdida y recordar la llegada de Francisco De Narváez. También se mostró melancólico y recordó, aún crédulo, que Massa le había prometido a su círculo íntimo que el candidato en la Provincia iba a ser un intendente: “Esa fue la base de su discurso en 2013”, se quejaba. Señales sobre el horizonte.

Durante la semana que pasó la lupa se posó sobre Giustozzi, las apuestas empezaron a enfocarse sobre cuándo sería el día que decidiera fugarse. Durante la previa a su decisión, desde el llamado giustozzismo intentaron lograr resultados con sus últimas jugadas. En una extraña mezcla, salieron a desmentir una y otra vez que abandonaban el Frente Renovador, hablaron de “maltratos” y “manoseos” por parte de la cúpula massista y la “liga de Intendentes” y hasta mostraron encuestas que ubicaban a Giustozzi arriba de De Narváez en la interna del massismo. Como su última carta, basados en esos números (11,4 por ciento para Giustozzi y 8,5 por ciento De Narváez, según estudios de Hugo Haime), salieron a pedir la conformación de una “lista única” encabezada por el ahora extitular de bancada y querían mandar al ‘Colorado’ como precandidato a legislador del ParlaSur. La operación no tuvo los efectos deseados, el “despido” de los Cariglino lo puso en alerta y también una cumbre de alcaldes massistas donde decidieron rechazar su pedido de ser el “único candidato a Gobernador” y una reunión de los diputados nacionales de Massa que pusieron sobre la mesa pedir la renuncia a la jefatura de bancada. Con ese panorama explosivo, Giustozzi plasmó su fuga y, para que sea más dolorosa, eligió hacerla en una entrevista con el diario Clarín, para que Massa se entere de la decisión recién cuando lea uno de sus periódicos favoritos. La fuga más grande se volvió realidad.

“Estoy decepcionado por tantos errores y contradicciones. Es una situación que me apena. El Frente Renovador involucionó, se desnaturalizó, perdió su esencia original, su fuerza renovadora, su frescura (…) Yo creo que a Sergio le ha faltado experiencia y eso genera desconfianza”, son las palabras que dijo Giustozzi al momento de formalizar su partida. La respuesta no tardó en llegar, los intendentes massistas salieron a cruzarlo: “No le habíamos aceptado a Giustozzi la extorsión que nos planteó de ser candidato único a Gobernador (…) No quiso participar de una interna porque no se animó a dejar que la gente lo eligiera”, dijo el acalde de San Miguel, Joaquín De la Torre. Más duro, Eseverri de descargó con todo: “Los intendentes lo veíamos venir porque es un chico con complejo de inferioridad‎. En lugar de recorrer la Provincia hace un año que está como bola sin manija. Sin apoyos políticos más que el de 10 asesores de vestuario y un cuerpo de maquillaje. Al ver que los intendentes decidimos rechazar su extorsión de ser único candidato por dedazo, Giustozzi se corrió”. Reacciones y críticas no vistas antes.

El dilema de Massa se acrecienta, amenaza con convertirse en crisis. La fuga de Cariglino no es una más, más allá del senador “echado”, perdió un distrito grande de la primera sección electoral que luego se traduce en votos. El portazo de Giustozzi es más duro aún, perdió a Almirante Brown, uno de los dos distritos que apenas tiene en la poderosa tercera. Pero el territorio giustozzista es más valioso porque es una de las siete comunas con más población electoral activa en toda la Provincia, además de que los giustozzistas en la Legislatura –el diputado Mario Giacobbe y la senadora Patricia Segovia– tendrán el mismo destino que su líder político. Ahora los ojos caen también sobre el intendente de Magdalena, Fernando Carballo, quien llegó al massismo de la mano de Giustozzi. Si el magdalense decidiera irse del Frente Renovador, Massa no tendría un solo distrito en la tercera y su bastión electoral –la provincia de Buenos Aires– sufriría un problema de gravedad. Panorama incierto.

“Pueden haberse sentido atraídos por una propuesta, y con el tiempo se van dando cuenta que es una fantochada, que no hay seriedad, que no hay acompañamiento”, dijo hace unos días Aníbal Fernández sobre los políticos que tenían ganas de abandonar el massismo. Acaso visionario, o conocedor de los nombres que se fugaron, el jefe de Gabinete ya había anunciado: “Yo he hablado con muchos que me han llamado, manifestando la vocación de irse, y me parece que va a ser una estampida el día que se abra la tranquera”.

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