La resistencia de dos alcaldes y el dilema de Massa bajo la sombra del péndulo del cierre de listas

El dedo está listo sobre el cronómetro que marcará las primeras definiciones de la contienda electoral. El 10 de junio es el plazo final para presentar la conformación de alianzas que participarán en las elecciones, y el 20 de junio es el día del cierre de listas. A paso acelerado, con distintas opciones y con el fantasma de un tiempo de descuento que ya se hace presente, los distintos actores meditan sus opciones que les permita sobrevivir a todas las contingencias que se presentan sobre el tablero. La cercanía de las definiciones.

La Matanza y Lomas: focos de resistencia

La interna por la gobernación en el Frente para la Victoria va aclarando su panorama. Aníbal Fernández y Julián Domínguez ostentan el título de ser los elegidos que participarán de las PASO kirchneristas, quienes ni siquiera tuvieron que pensar en los “baños de humildad” que pidió Cristina Kirchner. De los trece postulados, la depuración alcanzó directa o indirectamente a más del 70 por ciento. Ya son parte de la historia política aquellos adelantados que por boca propio declinaron sus precandidaturas, muchos a regañadientes. Desde la tropa sciolista el “baño de humildad” estuvo a cargo del propio Daniel Scioli, quien como una señal más de alineamiento hacia la Casa Rosada bajó a los anotados que comulgan en su espacio. Así, Santiago Montoya y Cristina Álvarez Rodríguez pasaron a la lista de cesanteados en la carrera por el Sillón de Dardo Rocha. Pero el gobernador, dejó otras señales sobre el escenario. Veamos. “Ya se están perfilando quiénes van a ser los candidatos en la provincia. Los que ustedes han dado a conocer Julián (Domínguez), Aníbal (Fernández), Fernando (Espinoza). No he hablado con Martín de vuelta”, dijo tajante. Se sabe, que en acciones concretas, el “candidato de Scioli” es el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, a quien el gobernador postuló públicamente en más de una oportunidad e incluso mandó ayuda logística para instalar su precandidatura. Durante todo el verano, el matancero posó en actos y fotos junto a DOS en varias actividades en la Costa bonaerense. La conjunción naranja electoral.

La situación para el jerarca matancero -bastión electoral deseado por todos- presenta un dilema que aún no tiene definición. El apoyo explícito de Scioli no es suficiente, ya que hace semanas, antes del pedido de CFK sobre los “baños de humildad”, fue uno de los primeros anotados en recibir un llamado desde La Rosada donde le sugirieron bajar su candidatura y “cuidar” los votos de La Matanza. La negativa diplomática, pero sin falta de tensión que se animó a hacer Espinoza en esa oportunidad, lo puso en alerta ante la amenaza a sus fantasías electorales. Desde su comarca, desplegó una fuerte defensa discursiva a su candidatura basada, sobre todo, en que comanda “la quinta provincia” en cantidad de votos y recordando los buenos números que se obtuvo en ese terruño en todas las elecciones dentro del periodo kirchnerista. La resistencia del matancero cobró notoriedad esta semana que pasó en una reunión del Consejo del PJ de La Matanza. Allí, el alcalde volvió a posicionar su postulación bajo la impronta de ser el “candidato de Scioli”. Dato no menor, dio a entender que sólo podría plegarse a la boleta del actual Gobernador y descartar la idea del “todos con todos” que en la actualidad prima como opción dentro del FpV. Así mismo, deslizó que Cristina Álvarez Rodríguez, ministra de Gobierno bonaerense, podría ser su compañera de fórmula, una idea que anda rondando desde hace mucho en la cabeza de Espinoza, que incluso -en varias reuniones realizadas en la platense Calle 6- se la hizo saber a la funcionaria bonaerense. El foco de resistencia matancera.

Otro que no se resigna y que resiste su precandidatura es el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, quien hasta esquivó los “baños de humildad” que surgieron en las filas del oficialismo. Desde su entorno afirman desafiantes que mantienen en pie su precandidatura, pese a las versiones de declinación que fueron el plato fuerte de la semana que pasó. A partir de principios de abril, cuando dejó la incertidumbre sobre sus coqueteos con el Frente Renovador de Sergio Massa, para manifestar abiertamente que apoya la precandidatura presidencial de Daniel Scioli y además postularse por la gobernación bonaerense, la situación del esposo de Jesica Cirio entró en una espiral confusa y de intriga. La lluvia de críticas de todo el arco kirchnerista que cayó sobre sus ambiciones y la falta de apoyo público que pretendía de Scioli, son condimentos que azotan los sueños del lomense. Sin embargo, cuando a principios de mayo, irrumpió con fuerza en el FpV la lógica de las “puertas abiertas” para todos los que quieran volver, obtuvo una foto con carga simbólica junto a Aníbal Fernández, en horas dónde el Jefe de Gabinete ratificaba su precandidatura por el Sillón de Dardo Rocha. Distintas fuentes sostienen que ese sábado el quilmeño le ofreció al lomense ser su candidato a vicegobernador, oferta que no fue respondida en ese momento. El camino empinado hacia Calle 6.

Con la llegada de los “baños de humildad” y la depuración de los trece anotados por la gobernación en el kirchnerismo, todas las miradas se posaron sobre Insaurralde y su accionar. Hasta ahora su silencio personal fue su mejor arma, pero al mismo tiempo mandó a uno de sus hombres de confianza a decir lo que realmente piensa. “Hoy, los números dan que Martín es el mejor precandidato en la provincia de Buenos Aires (…) Scioli dijo que hacía algunos días que no hablaba con Martín, no es que lo haya bajado. Nosotros decimos que Martín sigue siendo precandidato. Después veremos el 22 de junio cómo llegamos”, dijo en declaraciones periodísticas Santiago Carasatorre, titular del Concejo Deliberante de Lomas de Zamora y quien reemplazó a MI en la intendencia en su corta estadía como diputado nacional. Pero más allá de la predilección pública que Scioli parece mostrar con Espinoza, desde Lomas no se resignan, pese a que reconocen que “Martín hace días que no habla con Scioli”, pero entienden que existe un apoyo de DOS a su postulación. Además, confiados y crédulos descartan que -por ahora- se plasme una llamada telefónica desde la Rosada con la orden de bajar su precandidatura, acción que ya la vivieron otros exanotados que osaron decir que “no” a la sugerencia de Barcalce 50. El foco de resistencia lomense.

La disyuntiva de Massa y fugas que siguen amenazando

Sergio Massa transita por uno de sus peores momentos desde que fundó su Frente Renovador que arrasó en las elecciones legislativas del 2013. Las fugas relevantes que sufrió en las últimas semanas se conjugan con una severa baja de intención de votos que ponen en peligro sus intenciones electorales. Los portazos de Darío Giustozzi y Jesús Cariglino aún resuenan en el reducto massista. Estas partidas no calmaron, por lo menos, la interna por la gobernación que los tenía como protagonista. El estrellato y la mayor influencia que tiene Francisco De Narváez en el tablero bonaerense volvieron a despertar los recelos del matrimonio Alberto Roberti-Mónica López, quienes volvieron a apuntar contra el “Colorado” e incluso optaron por poner sobre la mesa la carta de una fuga del massismo. López, precandidata para la gobernación, volvió a encender su operativo advertencia en voz baja, sobre una posible partida de ella y su esposo de las filas de Massa. Según distintas fuentes, esta semana que pasó la legisladora provincial reunió a su tropa para discutir los pros y contras de permanecer en el Frente Renovador. Las conclusiones, en su mayoría, resaltaron que Massa “entregó” la conducción de la estrategia de campaña a De Narváez. Casualidad o causalidades de la política, al igual que Giustozzi, los análisis de ese cónclave interno apuntaron a señalar que el exdueño de Casa Tía “no tiene condiciones políticas” y tan sólo se basa en la proyección mediática y sustento económico para ganarse el podio de precandidato a gobernador en el massismo. Con esas premisas, la posibilidad de abandonar la aldea massista fue puesta a consideración por la propia Mónica López, basada en un “destrato” recibido al igual que los otros anotados en la carrera electoral bonaerense. Esa opción no es novedosa en las intenciones de la diputada provincial. Allá por marzo, cuando las internas estaban en su momento más caliente, ya había adelantado: “Si me bajo me voy con todo lo que puse”. Las valijas armadas que esperan en la puerta.

Las grietas en el massismo se siguen expandiendo y en el territorio la lista de alcaldes que ya armaron la balsa para su fuga se sigue acrecentando. Esta semana dos intendentes dieron señales de volver a las filas del Frente para la Victoria. Humberto Zúccaro (Pilar) reconoció que mantiene conversaciones políticas con referentes del oficialismo. “Existen charlas con altos referentes nacionales del kirchnerismo, no lo voy a negar, pero por ahora estoy cómodo en el Frente Renovador”, dijo el alcalde. Pero también, dejó declaraciones, que en su interpretación pueden señalar el camino que está gestando. “Tuve una reunión con Massa, le plantee mi situación, la ha entendido y haremos un último esfuerzo para volver a posicionarnos desde lo electoral a nivel nacional, y si no ocupar un espacio provincial”, aseguró, no sin antes anunciar que se tomará los próximos 20 días para definirse. ¿El que avisa no traiciona?

Otro que también tiene la balsa casi lista es el intendente de Merlo, Raúl Othacehé, un duro y viejo barón del Conurbano. Este alcalde durante las últimas semanas cambió el chip y empezó a plasmar de forma paulatina distintos elogios a la figura de Scioli. El martes 19, compartió un acto con el gobernador y el ministro de Seguridad, Alejandro Granados, en su distrito, donde se mostró como un intendente oficialista más. Al finalizar el evento, Othacehé, Scioli y Granados mantuvieron una pequeña reunión para afinar algunas cuestiones. El rumor de la vuelta de “El Vasco” entre los intendentes del FpV en la 1ra y 3ra secciones electorales es cada vez más fuerte y ya son muchos los que aseguran que es “sólo cuestión de días”. A la espera del salto.

Massa analiza su situación, ve como la vieja lógica de los intendentes bonaerenses empieza a hacerse realidad: dónde huelen victoria corren atrás de ella. Su armado en la 1ra Sección está resquebrajado, ese bastión electoral que se presentó como su fortaleza, aumenta sus fugas. En tramo presidencial se ve afectado y la idea que plasmó De Narváez, sobre la “gran interna opositora”, ahora la piden su esposa Malena Galmarini y hasta él mismo. Un pedido que parece solo apuntar al PRO de Mauricio Macri y a los radicales que ahora se visten de amarrillo. Un pedido que no tuvo respuestas concretas del Jefe de Gobierno porteño. El dilema del massismo se posa sobre las grietas de fuga que no se pueden controlar y la supervivencia política. Por el lado del kirchnerismo, los dilemas son menores, la centralidad de la escena está puesta en sus internas y en los buenos números que tienen tanto a nivel nacional como bonaerense. Por ahora, sólo resta definir quiénes llegaran a las PASO por la gobernación y se abre otro marco de especulaciones y pujas: la carrera de los vices.-