viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

Panorama Bonaerense | 8 jun 2015

Bitácoras bonaerenses

La declinación de Massa en el estrecho camino amarillo

El tigrense no encuentra salida a su laberinto. Esta semana tomará su decisión final. En los últimos días intentó a toda costa poder plasmar un acuerdo con Macri, aún poniendo a disposición su precandidatura presidencial, y mostrándose como su candidato a gobernador en una interna con María Eugenia Vidal. Cumbres secretas de último momento.


Los peores días para Sergio Massa llegaron como una tempestad. Sus mayores pesadillas se hicieron realidad, mientras los fantasmas se posaron cerca de su habitad para asustarlo. La semana que pasó su armado se resquebrajó mucho más, las fugas se transformaron en heridas severas que advertían el peor final. El portazo que dio el intendente de Olavarría, José Eseverri, integrante de la “mesa chica” del massimo tuvo los efectos del pinchazo del peor aguijón que se puede haber conocido. El lunes, en una cumbre de urgencia Massa reunió el lunes 1ro de junio a los 18 intendentes que aún se mantienen en su tropa para analizar el escenario y para trazar una estrategia de salvataje, pero sobre todo para evitar que surjan nuevas fugas. Le imperiosa necesidad de evitar la tormenta.

De ese cónclave de urgencia participaron dos alcaldes que estaban sospechados de fugarse, Eseverri y Gabriel Katopodis de San Martín. Pero como un brebaje ilusorio, todos los presentes le jugaron fidelidad a Massa, incluso el olavarriense, quien -según pudo saber esta agencia- comentó entre sonrisas socarronas que había mantenido una reunión esa misma tarde con el secretario de la Presidencia, el camporista Eduardo “Wado” De Pedro, pero en las pocas señales que dejó esa misma noche en Tigre, dio a entender que se plegaba a la resolución massista de urgencia de impedir más fugas. Además, la “liga de intendentes” reducida acordó también fogonear y proponer al cordobés José Manuel De la Sota como precandidato a vicepresidente de Massa y que un alcalde sería el precandidato a vicegobernador de Francisco De Narváez. Pero el intento de salvataje duró poco, a la mañana del martes -un martes negro para el massismo- desde Córdoba pegaban el grito en el cielo y descartaban por completo que De la Sota sea el vice de Massa. La jugada riesgosa casi deja al tigrense sin el único aliado importante que aún le quedaba. Las horas siguieron pasando, las crisis en el massismo se profundizaba y en casi un estocada final, por la tarde esa jornada la agencia oficial Télam hacía conocer que Eseverri formalizaba su pase al Frente para la Victoria. Sí, en la foto que acompañaba a esa nota, estaban juntos el intendente de Olavarría y “Wado” De Pedro, esa misma foto y reunión que había sido comentada por el alcalde la noche anterior. La fuga mayor.

El golpe se sintió duro, Massa se encontró arrinconado en un callejón casi sin salida. Los intendentes de la quebrada “mesa chica” destilaron bronca contra Eseverri, entre sus conversaciones hablaron de “dolor”, “estupor” y hasta trataron al alcalde de Olavarría de “traidor”. Otros fueron más duros, lo nombraron “Judas” y hasta desplegaron varios insultos como “su actitud fue de un hijo de puta”. Pero nada de eso iba a cambiar la historia, la crisis en el massismo se profundizó más, la cumbre del lunes no tuvo ni siquiera un efecto de 24 horas. Con esa densa realidad, las confusiones dominaron a toda la tropa. Casi desesperados salieron a pedir, a fogonear a intentar imponer que se plasmé la “gran interna opositora” con Macri. Gritos y gemidos que no fueron escuchados por el líder el partido amarrillo. Las versiones empezaron a circular, se dijo que massistas y macristas mantenían conversaciones secretas para intentar efectuar un acercamiento. Un doble juego en contra del tigrense, porque ante los micrófonos el Jefe de Gobierno Porteño negaba una y otra vez tener intenciones de realizar un acuerdo. “Si Massa me llama le digo que no”, afirmó tajante. “No hay negociación formal de ningún tipo con el Frente Renovador, con todo respeto por el Frente Renovador. Que estemos hablando no significa que cambiemos de posición. No decimos hoy sí, mañana no”, agregó contundente. Un sendero amarrillo cerrado.

La postura de Macri, según fuentes y analistas, es no ceder ante los pedidos y las presiones de Massa y su tropa. Enfrascado en mantener la “pureza” del Pro rechazó la idea de plano de competir en una interna presidencial con el tigrense y hasta la segunda opción de tenerlo como candidato a Gobernador. En el sector más duro del partido amarrillo no ven con buenos ojos la posibilidad de volver a levantar a un Massa golpeado y hasta focalizan en que su poder territorial en la Provincia ha sido severamente afectado por la masiva fuga de intendentes que sufrió. En la semana que pasó, el famoso “círculo rojo”, que en otras palabras es el establishment empresarial salió a presionar para que se logre un acuerdo entre Macri y Massa, bajo la consigna de que es la “única forma de detener al kirchnerismo”, idea a la que la desesparación y el antikirchnerismo de última hora se plegó todo el massismo. Pese a esas presiones, el líder del PRO no declinó su postura y luego de la disputa interna de los dos bandos, por un lado Emilio Monzó, Jorge Macri y Nicolás “Nicky” Caputo quienes pedían el acuerdo con el Frente Renovador, y por el otro, Marcos Peña y Jaime Durán Barba quienes no aceptaban esa idea y querían mantener la una propuesta enteramente PRO, finalmente la idea más cerrada se terminó imponiendo. El muro amarrilo sin puerta para Massa I.

En la columna de la semana pasada se anunciaba que las cartas de urgencia sobre la mesa que iba a poner el tigrense sobre la mesa era la opción de bajar la precandidatura a gobernador de Francisco De Narváez, una señal que le permitiera poder negociar en mejores condiciones con el PRO, aunque eso no asegure doblegar la negativa de competir en una interna presidencial que tiene Mauricio Macri. La otra opción era bajar la cabeza y ser el candidato a gobernador de Macri o jugar en ese tramo sólo con boleta corta. Finalmente, se advirtió desde este espacio que surge también la posibilidad de que Massa decline su candidatura, se repliegue en Tigre o en su banca de diputado nacional y se convierta en el principal opositor al próximo Gobierno o mantener la poca estructura que le queda, jugar para la presidencial, asegurarse el tercer puesto y en un hipotético ballotage ser “un gran elector” para definir la contienda. Las opciones de contingencia.

En las últimas semanas se supo que uno de los factores de excusa que usaban en el PRO para intentar un acercamiento con Massa era la cuestión De Narváez. El viejo aliado del 2009 de Macri no era ni por asomo bienvenido en ese espacio. Preso de su desesperación y de una jugada que salve su proyecto político, el tigrense decidió hacer una última jugada que le permita competir en un esquema con Macri. Al rimo de un tablero que se mueve a ritmo acelerado, el tiempo de descuento amenazó sobre el horizonte y Massa. Cerca del cierre de la tarde del último viernes De Narváez retiró su precandidatura para la Gobernación con el siguiente mensaje: “Depende de Mauricio Macri y Sergio Massa ponerse de acuerdo y derrotar al kirchnerismo”. De esa forma, se plasmó una jugada que el tigrense y el “Colorado” acordaron en una reunión mantenida ese mediodía para meter presión al líder del Pro y a modo de “respuesta” a la ratificación de María Eugenia Vidal como la “única” candidata amarrilla en la provincia de Buenos Aires. Según pudo saber este columna, desde Tigre propiciaron la baja del “Colorado” como un intento para tener un “camino liberado para que Sergio tome esa decisión”, léase ser candidato a gobernador de Macri, aún para competir en una interna con Vidal. Desde el massismo ya anunciaron que el próximo martes el líder del Frente Renovador dará una conferencia de prensa para anunciar que camino tomará. Mientras tanto, el fin de semana permaneció en Tigre -junto a su entorno más íntimo- meditando y analizando las variables de los pasos dados. Algunos dicen que las conversaciones subterráneas con el PRO se siguen dando y están encabezadas por los intendentes Joaquín De la Torre (San Miguel) y Mario Meoni (Junín) con los negociadores amarrillos Emilio Monzó y Jorge Macri. En caso de que Macri, pese a estas señales, mantenga la negativa a plasmar un acuerdo opositor la decisión final es “muy personalísima de Massa”, según información a la que accedió ANDigital. De todas formas, en el massismo aún mantienen el optimismo y saben que las dilucidaciones se darán sobre la última hora del miércoles 10 de junio, fecha límite para la presentación final de las alianzas. La declinación casi total.

Sobre el fin de semana, se supo que hubo un cónclave secreto en la residencia de lujo que tiene De Narváez. Allí estuvieron presentes, el anfitrión, Durán Barba y Massa. “Nosotros vamos puros”, dijo el influyente asesor ecuatoriano del PRO. Los pedidos del tigrense de plasmar un acuerdo fueron negados por el embajador amarrillo, quien hasta se animó a confesar que según sus encuestas el Frente para la Victoria tiene serias chances de ganar las elecciones. En medio de esa reunión, Durán Barba resaltó que la alta imagen de Cristina, a al que incluso calificó de “imbatible”, basado en las encuestas que muestran una altísima imagen positiva. Ante la sugerencia de Massa y De Narváez de plasmar el acuerdo para impedir ese escenario, la respuesta del Durán Barba fue tajante: “Preferimos perder puros”. Antes de irse, el asesor del PRO le sugirió al tigrense que se baje, pero no sólo que decline su candidatura a presidente y ser candidato a gobernador, sino que se baje de cualquier postulación electoral en este tramo. El muro amarrilo sin puerta para Massa II.

Lejos están aquellas escenas de gloria que vivió Massa cuando salió gran triunfador de las elecciones legislativas del 2013. Quedaron en el pasado aquellos pronósticos de fugas masivas de intendentes del FpV al Frente Renovador. Los ensueños de ser un nuevo actor de peso en la escena política argentina capaz de destronar al kirchnerismo del poder nacional están desterrados. La realidad golpea a Massa, su armado está prácticamente desintegrado, su precandidatura a presidente es casi una formalidad. Su opción de sobrevivencia se transformó en pedidos públicos y privados de confluir en un acuerdo con Macri, aún en detrimento personal y hasta con la opción de tener que bajarse el precio y competir en una interna abierta por la gobernación con María Eugenia Vidal. El tiempo de descuento para el tigrense empezó hace varias semanas, su decisión final ya no recae en sacar un rédito político, sino en tener una salida elegante o menos destructiva al embrollo que padece.-

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