jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº3659

Panorama Bonaerense | 27 jul 2015

Bitácoras bonaerenses

Recta final, forcejeos y fantasmas de “fraude” que crearon Aníbal y Sabbatella

Desde el PRO acrecientan sus inquietudes por presuntas irregularidades en las PASO. Solá, desde el massismo, recuerda historias de “robos” de elección por parte del peronismo, mientras la izquierda habla sin tapujos de un “fraude en marcha”. El dato, es que una de la fórmulas del kirchnerismo fue la que abrió el debate sobre las sospechas de falta de boletas.


El gran cronómetro empezó con la cuenta regresiva de cara a la realización de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 9 de agosto venidero. Menos de 15 días es el tiempo en que las primeras definiciones irrumpirán en la escena electoral. Quiénes están fuera de carrera, quiénes quedan y el primer pantallazo de cómo puede quedar el tablero final de los comicios de octubre. Mientras tanto, la interna feroz y monótona del Frente para la Victoria en la carrera por la Gobernación suma nuevos condimentos, aunque ya no le agregan un nuevo gusto al banquete tenso que protagonizan Aníbal Fernández-Martín Sabbatella y Julián Domínguez-Fernando Espinoza. Por su parte, María Eugenia Vidal observa que su crecimiento silencioso en las encuestas se llevó un sacudón ante el volantazo que dio Mauricio Macri –tras los resultados del ballotage porteño– y ahora pretende fundar un kirchnerismo amarillo PRO que confunde a propios y extraños. La discusión final de cara a las urnas parece mostrar a una oposición que se pelea por ver quién reivindica más las políticas kirchneristas. Paradojas de última hora.

Las riñas del ring K en el terreno bonaerense, la esperanza massista de Felipe Solá ante las confusiones del PRO y el kirchnerismo de última hora del macrismo, se trasforman así en los destellos de cara a la veda electoral. Sin embargo, esta semana que pasó irrumpió con fuerza en los sectores de la oposición palabras que mencionan un posible “fraude” en la provincia de Buenos Aires. Los primeros en abrir esa puerta fueron los integrantes de la tropa amarilla de Macri en el terreno bonaerense. Al principio alertaron sobre una “inquietud” por el control de los comicios bonaerenses, pero días después hicieron una presentación en la Justicia Electoral en la que pidieron que se autorice a aquellos fiscales que actuaron en los comicios porteños poder cumplir la misma tarea el 9 de agosto en la Provincia, en particular en los distritos del Conurbano. Según fuentes del PRO, “temen” que la ausencia de una fiscalización afecte seriamente a las chances presidenciales de Macri. En sus análisis, alertan sobre el riesgo de no “contar” las adhesiones que efectivamente reciba su boleta. Con ese fantasma que asusta a los amarillos es que activaron más el reclutamiento de voluntarios a través de las redes sociales –Facebook y Twitter–, pero el mecanismo, reconocen, genera dudas y no cumple con las expectativas. En busca de cazadores de fantasmas.

A la denuncia del PRO se sumaron los otros espacios políticos de la oposición. Siempre atento a aprovechar las oportunidades, Solá dijo que en las Primarias puede haber “irregularidades” en el recuento de votos y, aunque señaló que “no es automático” que eso ocurra, alertó que no es una cuestión “imposible”. En sus reflexiones, apuntó a los sectores oficialistas en el Conurbano bonaerense de ser los sospechosos de realizar estas posibles acciones. “La combinación de la noche, la lejanía de algunas escuelas y la posibilidad de que la Policía se retire, que es algo que ha ocurrido, da la oportunidad a que ganen los guapos a la hora del recuento”, dijo Solá en su improvisado lenguaje arrabalero. El precandidato a gobernador del massismo siguió con sus cavilaciones y apuntó como “reprochable” que se mantenga en vigencia “el viejísimo sistema de las boletas que se pueden afanar” y, en esa faceta irónica, metaforizó: “Entra un tipo con una campera, flaco, está demasiado tiempo en el cuarto oscuro y, cuando sale, es un gordo”. Pero no se quedó ahí, realizó un rápido escaneo mental y recordó: “Ha habido casos en que ha habido robos espectaculares”. Así, en una suerte de relato tardío confesó lo que presuntamente ocurrió en las elecciones de 1999 en las que la periodista y exdiputada Lidia 'Pinky' Satragno fue candidata a intendenta de La Matanza por la Alianza: “Pasó mucho tiempo y punteros me dijeron que le habían robado la elección”, concluyó Solá. Confidencias, desahogos y oportunismos.

Así, la consonancia empezó a tomar forma en la atmósfera bonaerense sobre el temor a estos fantasmas y Vidal aprovechó para meter segunda y alertar a los electores a “que estén atentos y sean fiscales de su propio voto”. De paso, la embajadora porteña de Macri en la Provincia aprovechó y focalizó sobre una de sus propuestas de campaña: “Es un sistema que atrasa y que adrede no se ha cambiado, porque por algo no hay un sistema de boleta única electrónica como en la Ciudad de Buenos Aires”. De la misma bebida, desde el otro extremo (o no tanto), Néstor Pitrola, el precandidato del Frente de Izquierda y de los Trabajadores para suceder a Daniel Scioli, se sumó a darle forma a los fantasmas y denunció que el juez electoral subrogante Laureano Durán dispuso que “el Correo llevará en cada urna 25 boletas como máximo cuando nunca hubo techo y siempre fueron de 50 para arriba”. Sin pelos en la lengua, y en busca de un efecto rebote, el candidato de la izquierda dijo textual: “Denunciamos un fraude en marcha, apelamos a la Justicia, hacemos un llamado a los apoderados de toda la oposición y un llamado a la movilización política popular para quebrar el fraude”. El PRO y la izquierda, alertados por un mismo miedo.

La historia de las etapas previas a una elección muestra que siempre surgen algunas denuncias e inquietudes sobre irregularidades en los comicios o, las más osadas, que denuncian fraude. Pero lo curioso de este 2015 rumbo a las PASO es que la puerta de donde salieron estos fantasmas fue abierta por un candidato del oficialismo. Aníbal Fernández inauguró su campaña y su guerra verbal con Domínguez y Espinoza justamente sobre este tema: el robo o la falta de boletas. El jefe de Gabinete de la Nación se quejó no una, sino varias veces de que sus competidores internos sugerían a los intendentes del Conurbano mandar a esconder las boletas que tiene su fórmula. Una denuncia que enfureció a más de un alcalde y que provocó las respuestas del otro tándem por la Gobernación del FpV. Incluso, esta preocupación por la fiscalización, plasmada por Aníbal, derivó en que su espacio lanzase una convocatoria para reclutar fiscales: “Sumate a fiscalizar para la Fórmula Para La Victoria”, pidió su precandidato a vicegobernador, Martín Sabbatella, a través de su cuenta en Twitter. Una interna que cruza las fronteras del kirchnerismo.


El dato que surge en este periplo es sugerente. Aníbal Fernández, jefe de Gabinete de la Nación, precandidato a gobernador por el FpV, se muestra preocupado y acusa son nombre y apellido a sus rivales internos de “mandar a esconder las boletas”, hace que las denuncias e inquietudes de la oposición se agiganten, tomen relevancia y, a diferencia de otras oportunidades, no sean sólo denuncias para agitar fantasmas que no existen ante una elección que se anuncia perdida. Es así que Aníbal y Sabbatella se transformaron –queriendo o sin querer– en los adelantados que abrieron las puertas que dejaron entrar a los fantasmas de fraude de cara a las PASO. Si una fórmula, que es parte del oficialismo, es la que denuncia presuntas irregularidades, entonces es que hay un riesgo serio de que surjan manchas el 9 de agosto, cuando se desarrollen las Primarias. Más allá del papel de la Junta Electoral, órgano que tiene que garantizar el funcionamiento normal de los comicios, debe ser el propio oficialismo el que brinde garantías para que no surjan más inquietudes, desde ningún espacio político.

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