sábado 11 de mayo de 2024 - Edición Nº3703

Panorama Bonaerense | 6 dic 2015

Bitácoras bonaerenses

El Gabinete de Vidal, con más sciolistas que radicales: Crece el descontento boina blanca

Finalmente se conoció a gran parte del equipo que acompañará a la Gobernadora para el inicio de su gestión. Hegemonía de funcionarios porteños que desembarcan en la Provincia, cuatro sciolistas y casi ningún lugar para los radicales. Broncas, desengaños y polémicas.


Después de muchas idas y venidas, casi sobre el filo de la asunción del 10 de diciembre, finalmente el viernes de la semana pasada la gobernadora electa presentó a gran parte de su Gabinete, que iniciará su estadía de cuatro años en la Gobernación bonaerense. María Eugenia Vidal siguió el “estilo Mauricio Macri” y eligió el espacio verde del polideportivo del Club Lanús para plasmar la foto con sus futuros ministros. La previa a esta jornada estuvo cargada de especulaciones, trascendidos y operaciones de prensa, que hicieron que la danza de nombres fuera una verdadera ensalada y muchos analistas hayan recordado –con alto grado de ironía– las dificultades, por falta de cuadros, que el PRO iba a tener para llenar los tres Gabinetes más importantes (Nación, Provincia y Ciudad). Pero no sólo los sarcasmos fueron parte de esa previa, un punto conflictivo que puede traer consecuencias futuras es la gran disconformidad que el radicalismo tiene respecto a su casi ausencia total del Gabinete de Vidal. Desde los días posteriores al 25 de octubre –día del triunfo de 'Mariu'– los correligionarios soñaron con tener uno o dos, y hasta tres ministerios en el futuro gobierno. Un descontento que nació con el triunfo electoral.

La mecánica que eligió Vidal para hacer conocer algunos nombres de su Gabinete previo al anuncio fueron los trascendidos periodísticos, en especial en medios nacionales radicados en la Capital Federal. Esas novedades, de las que los radicales se enteraban por los medios, comenzaron a encender de a poco la mecha de la desconfianza y la realidad de que la UCR quedaría prácticamente con ningún premio en el equipo de la Gobernadora electa. El viernes finalmente se conocieron los nombres, no todos, pero los principales. Veamos: el Ministerio de Gobierno es para Federico Salvai, actual legislador porteño y mano derecha de Vidal, su cargo concentrará gran poder, ya que desaparece la figura del jefe de Gabinete, que es absorbida por esta cartera; el Ministerio de Coordinación y Gestión Pública es para Roberto Gigante, quien ocupa en la actualidad la jefatura de Gabinete del ministerio de Hacienda porteño; el Ministerio de Economía es para Hernán Lacunza, titular del Banco Ciudad de Buenos Aires; el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos es para Edgardo Cenzón, en la actualidad es ministro de Medio Ambiente y Espacio Público de la CABA; el Ministerio de Salud es para Zulma Ortiz, una mujer que no viene de la militancia política, es especialista en Epidemiología e integrante de Unicef, además de ser la hermana del actual director provincial de Hospitales, de la cartera sanitaria bonaerense, Claudio Ortiz; la Dirección General de Cultura y Educación es para Alejandro Finocchiaro, actual secretario de Políticas Educativas y Carrera Docente de la Ciudad de Buenos Aires; el Ministerio de Seguridad es para Cristian Ritondo, actual vicepresidente primero de la Legislatura porteña; el Ministerio de Justicia es para Carlos Alberto Mahiques, un abogado recibido en la UNLP que se desempeña en la actualidad como juez de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional; el Ministerio de Asuntos Agrarios es Leonardo Sarquis, exgerente de Monsanto; el Ministerio de Desarrollo Social es para Santiago López Medrano, en la actualidad es subsecretario de Fortalecimiento Familiar y Comunitario de la Ciudad de Buenos Aires, y también senador bonaerense electo por la tercera sección electoral bonaerense; el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología es para Jorge Elustondo, quien por ahora es el único que proviene de la UCR, pero del riñón del vicegobernador, Daniel Salvador. En las Secretarías, la General es para Fabian Perechodnik, uno de los cuatro sciolistas que componen el Gabinete de Vidal, analista Político y de Opinión Pública, socio fundador y director de Poliarquía Consultores, que desde hace pocas semanas se alejó de la Consultora para trabajar en la campaña presidencial de Daniel Scioli; la Secretaría Legal y Técnica es para Julio Conte Grand, quien en la actualidad es Procurador General de la Ciudad de Buenos Aires; la Secretaría de Cultura es para Alejandro Gómez, quien aún ocupa la Secretaría de Gestión Cultural de la CABA; la Secretaría de Derechos Humanos es –como novedad extraña– para Daniel Salvador, vicegobernador con doble cargo al ocupar dos funciones; la Secretaría de Medios es para Mariano Mohadeb, quien es Consultor en Comunicación y fue jefe de prensa de María Eugenia Vidal durante la campaña; la Secretaría de Comunicación es para Federico Suárez, quien en la actualidad es subsecretario de Contenidos del Gobierno porteño. Tres casos particulares son los de los sciolistas Iván Budassi, en ARBA; Ignacio Crotto, en la Secretaría de Turismo, y Gustavo Ferrari, en la Asesoría General de Gobierno. El primero, por pedido de Vidal y en acuerdo con Scioli, continuará hasta fin de año en la Agencia de Recaudación. El segundo, a quien el PRO lo tanteó mediante reuniones y después de muchas negociaciones, seguirá en la administración bonaerense, pero no en rango de Secretaría, sino en una Subsecretaría de Turismo que estará bajo la órbita del Ministerio de Producción. El caso de Ferrari es similar al de Crotto. El equipo presentado.

Como se observó, el Gabinete de MEV tiene un alto componente porteño, pero no por funcionarios que hayan nacido en la Capital Federal, sino debido a que migrarán del Gobierno Porteño del PRO al bonaerense. Esa realidad cayó como rayo a las aspiraciones radicales, ya que en principio temían por una hegemonía porteña, pero no imaginaron que los hombres de la militancia radical no tendrían un solo lugar en la nómina de ministerios, como soñaban, y hasta le pidieron a la Gobernadora electa en persona. El Ministerio de Salud era un lugar que los boina blanca tenían como objetivo ocupar (sonaban para esa cartera el actual diputado bonaerense, Alejandro Armendáriz, y el médico platense Claudio Pérez Irigoyen, entre otros). Sin embargo, cuando a través de los medios periodísticos se enteraron de que Ortiz fue la elegida, la bronca se extendió por los bloques de la UCR en la Legislatura y en las 41 intendencias bonaerenses. Según trascendió, Vidal se escudó en las disputas internas de los radicales para elegir otra funcionaria en esa vital cartera y, de paso, seguir tiñendo de amarillo su Gabinete.

Por si faltaba poco para golpear la ilusión radical, 'Mariu' aceptó que el jefe de Gabinete de Agricultura de Raúl Alfonsín, Jorge Elustondo, desembarque en el Ministerio de Producción. Si bien parece tener una impronta radical, los recelos de los radicales sobre este nombre recaen en dos puntos: que “no tiene una militancia activa” en la UCR y que llega de la mano de Salvador, por medio de una jugada individual. Bronca, decepción y alerta radical.

El descontento en legisladores e intendentes radicales fue creciendo desde finales de octubre y a medida que Vidal fue mostrando sus cartas. Por esos días, los alcaldes radicales que comenzaron a plasmar cónclaves para intentar generar que miembros de la UCR puedan llegar al Gabinete provincial, ahora mastican bronca y recuerdan fuera de micrófono que ya advertían que “el PRO quiere quedarse con todo” y que “vienen de Capital con mucha prepotencia”. Otros sacan a relucir que “empieza a sobrevolar el fantasma de Francisco De Narváez”, quien “no cumplió nada de lo que prometió”. El descontento también llegó al Parlamento bonaerense, donde parece un sueño irreal que la UCR y el PRO conformen una bancada única, como quería Vidal. Uno que se animó a hablar de estas cuestiones fue el senador y presidente del bloque de la UCR, Carlos Fernández, quien hace unos días –antes de los anuncios de MEV–, dijo: “Nosotros somos parte de este proceso que ha consagrado a María Eugenia Vidal en la gobernación (…) Por lo tanto, no solamente pretendemos, sino que aspiramos a formar parte del gobierno. Nos parece que estamos en condiciones de aportar gente con mucha capacidad, condiciones y experiencia de gestión”. En ese tono, el legislador radical apuntó: “El PRO no tiene experiencia en la gestión de la provincia de Buenos Aires, salvo algunos casos muy puntuales. Nosotros tenemos gente que ha experimentado la gestión de gobierno durante un buen tiempo”. Los radicales ya miran con recelo a Vidal, están en alerta, y lo que era una simple desconfianza, se va transformando en un desengaño. No quieren bajar la guardia y son concientes que, de los 64 intendentes que suma Cambiemos, 41 pertenecen a la UCR. En tertulias radicales ponen sobre la mesa esa carta fuerte, ese “poder territorial”. Una desconfianza que nació antes del inicio de mandato.

Por otro lado, existen dos áreas claves donde aún no han anunciado formalmente el nombre y apellido de quién los conducirá. Se trata del IOMA, la gran obra social del Estado bonaerense, que conduce actualmente Antonio La Scaleia, y el IPS, que se encarga del pago de haberes a jubilados, que hasta el 10 de diciembre será conducido por el intendente electo de Almirante Brown, Mariano Cascallares. En el IOMA sonó el nombre de Sergio Cassinotti, un exhombre fuerte de UPCN y del entorno de Andrés Rodríguez, a través de la dirección de la obra social de esa entidad gremial (UPEM), pero cuya relación terminó muy mal, al punto de haberse ido a los portazos. Para el IPS, las apuestas recaen en el nombre de radical Carlos Folino, quien actualmente es parte del Directorio de ese Instituto. Además, falta la información de nombramientos de distintas subsecretarías, direcciones y dependencias de importancia que hacen que una gestión esté en funcionamiento. Por ahora, la realidad demuestra que el Gabinete de Vidal está teñido de funcionarios porteños que pasarán a ser funcionarios bonaerenses, varios nombres que provienen de empresas privadas multinacionales y correligionarios del riñón del vicegobernador. Los radicales territoriales se quedaron con las ganas, pero no sin bronca. Esta semana Vidal comienza su mandato de cuatro años. Más allá de las complicaciones económicas o de seguridad y de todos los problemas que tiene una gran provincia como la de Buenos Aires, en lo político comenzó tirando la cuerda con su principal aliado político-electoral que, más allá de ser un partido muy debilitado, aportó nombres, fiscales, candidatos, política, territorio y estructura para que Vidal llegase a sentarse en el Sillón de Dardo Rocha. Habrá que ver cómo es la reacción de los boina blanca en esta novela que recién comienza.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias