viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Panorama Bonaerense | 20 dic 2015

Bitácoras bonaerenses

La primera prueba de fuego de Vidal en el turbulento tablero sobre endeudamiento

La suma millonaria que pide la gobernadora para poder endeudarse ha despertado los desacuerdos y posturas en contra de la oposición. El FpV y el Frente Renovador ya adelantaron sus reparos a “darle un cheque en blanco” a la mandataria provincial.


Los desafíos esperaban en el corto camino de gobierno, la hora de la demostrar fortaleza, capacidad y templanza no esperó ni siquiera un mes de lo que en la política se llama “luna de miel” ante la toma de poder de una nueva administración. El escenario no se podía evitar, se trata de un paquete de leyes de suma importancia para los primeros pasos de la gestión de la gobernadora, María Eugenia Vidal. Así, a mediados de la semana pasada el equipo de MEV presentó las bases de lo que pretenden que sea el Presupuesto 2016, la Ley Fiscal y las Emergencias en Seguridad e Infraestructura. El monto que presupuestó Vidal es de 354 mil millones de peso, un 44 por ciento más que los 246 mil millones de pesos que presupuestó Daniel Scioli para el 2015. Si bien el porcentaje es algo elevado, las principales miradas se posaron sobre el monto de endeudamiento que pide la gobernadora para su primer año de gobierno. Desde las altas esferas de Calle 6 sostuvieron una y otra vez que el pedido de autorización para buscar deuda es de 90 mil millones de pesos, una cifra gigantesca incluso comparada con cualquier monto de endeudamiento que pidió el anterior gobernador. Días antes de la presentación de la llamada “Ley de leyes”, varios legisladores de la oposición se enteraron por trascendidos y distintas charlas informales con el oficialismo que el pedido para buscar deuda iba a ser de más de 50 mil millones de pesos. Sorprendidos con esa cifra, varios legisladores empezaron a mirar con recelo lo que sería la redacción del proyecto de presupuesto de Vidal, muchos -incluso- ya se preparaban para salir a condenarlo y calificarlo como “una cifra descomunal”. Vientos de desacuerdos sobre el horizonte.

Pero la sorpresa sería más grande ante el conocimiento que esos 50 mil millones en realidad son 90 mil millones de pesos proyectados para endeudamiento. Surge además otro punto importante a observar, esos 90 mil millones en realidad son más de 100 mil millones si cualquiera se pone a ver y analizar un poco el proyecto de Presupuesto 2016 de Vidal. En la suma de los distintos puntos que piden autorización para generar deuda da un resultado de 98 mil millones de pesos. Pero, como otro punto más llamativo, hay pedidos para buscar deuda en la cifra de 740 millones de dólares. Con una simple suma matemática (basado en el dólar oficial a 10 pesos antes del final del Cepo), el resultado da más de 100 mil millones de pesos. Con la devaluación del peso argentino casi en un 45 por ciento (1 dólar entre 13,50 y 14 pesos) que se dio el jueves con la medida anunciada por Mauricio Macri, el resultado del pedido de Vidal para endeudarse sigue creciendo y dejando más atrás a esos 90 mil millones e incluso puede llegar a duplicarse. El efecto verde sobre los números provinciales.

Este punto conflictivo hizo que los movimientos en la Legislatura bonaerense aceleraran su paso y explotaran las diferencias y posturas en contra de ese endeudamiento en la oposición. El pacto que tuvieron el PRO y el massismo -rubricado en persona por Vidal y Sergio Massa- días antes del balotaje y que permitió que Jorge Sarguini (Frente Renovador) se hiciera con la presidencia de la Cámara Baja, terminando con el reinado de Horacio González (FpV), presentó su primera prueba de fuego. Desde ese bloque ya adelantaron que no acompañarán esa millonaria cifra de endeudamiento. Es más, varios legisladores hicieron foco sobre puntos oscuros en la redacción del proyecto de Presupuesto. “En parte de este pedido del endeudamiento hay una parte en la que no se especifica en qué se va a gastar este endeudamiento, para qué se va a utilizar. Sería como de libre disponibilidad. Esto está prohibido por la Constitución”, alertó el diputado massista, Fabio Britos, en diálogo con el programa Superlógico que se emite por FM Keops 90.1. Pero la postura más dura de la oposición está en el Frente para la Victoria, quienes anunciaron que “no van a darle un cheque en blanco” a la gobernadora y sostienen que el pedido de endeudamiento es “casi otro presupuesto más”. Voces conjuntas desde la oposición.

Con ese panorama, desde Calle 6 optaron hacer algo de política y dejar de lado los discursos superficiales y apolíticos. Desde la cabeza del ministro de Gobierno y principal armador de “Mariu”, Federico Salvai, se trazó la estrategia de apuntar a la necesidad de los intendentes para poder tener éxito en la aventura de lograr sus pedidos para endeudarse.

El miércoles, en el coqueto y casi restaurado Salón Dorado de la Gobernación, Vidal y su primera línea de gobierno congregaron a 131 alcaldes de los 135 que son en total. El plan, más allá de los besos, abrazos, felicitaciones y presentaciones protocolares de ocasión fue esgrimir los primeros trazos estratégicos para sumar voluntades. De ese modo, por idea de Salvai, se trasladó a los alcaldes el formato de reuniones entre Provincia y municipios por secciones electorales, como una forma novedosa de encarar las problemáticas de los municipios. Si bien el diálogo y las buenas voluntades primaron en ese encuentro, la jornada también presentó las divisiones que existen en el FpV a la hora de hacer política. El dato que no pasó desapercibo fue que mientras que el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, se mostró junto a la gobernadora en la conferencia de prensa realizada en el SUM de Gobernación, donde también hubo alcaldes de otros espacios políticos, hasta se animó a decir ante los medios: “A mí la gente no me votó para ser oposición”. Metros más para la calle 6, un grupo de jefes comunales del FpV se fue en comitiva hacia el “Patio de las Palmeras” y se dirigió a mesa de entradas del despacho del ministro de Salvai para dejarle un petitorio formal de una agenda de trabajo que ellos consideran es de suma importancia. Dos frentes, dos posturas, dos desafíos.

Ese bloque estuvo compuesto por intendentes de peso político y poblacional: Verónica Magario (La Matanza), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Juan Patricio Mussi (Berazategui), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) y Gustavo Arrieta (Cañuelas), entre otros. La comitiva le llevó al hombre encargado de la generación política de Vidal un petitorio formal sobre los puntos de agenda que consideran que se tiene que seguir trabajando. Entre ellos sobresalen generar el “mismo nivel de inversión y coparticipación” o superiores a los actuales, continuar con las asignaciones sociales y de cooperativas. Cabe recordar que tras el cimbronazo que representó para el FpV perder la provincia de Buenos Aires, las divisiones comenzaron a plasmarse, aunque por ahora sólo en las formas de encarar las relaciones con el nuevo gobierno. Por un lado, se encuentran los llamados intendentes “insaurraldistas” con Mariano Cascallares (Almirante Brown), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Gustavo “Tano” Menéndez (Merlo), Juan Horacio “Juanchi” Zabaleta (Hurlingham), Ariel Sujarchukn (Escobar), entre otros, que ostentan con un perfil más “dialoguista” y mesurado con la gobernadora. Por el otro, están los alcaldes que en comitiva llevaron el petitorio a Salvai, que si bien “no quieren confrontar”, tienen una línea más kirchnerista y opositora dura. El peronismo y sus variantes poselectorales.

La política que diseñó el PRO para seducir a los intendentes tuvo lugar entre el jueves y viernes -tanto en la Gobernación bonaerense como en el Piso 19 de la sede del Banco Provincia en Capital Federal- Salvai, el ministro de Economía Hernán Lacunza, y el vicegobernador Daniel Salvador, encabezaron las reuniones seccionales con los intendentes. Los alcaldes del FpV fueron a las reuniones con una idea clara, preguntar a los funcionarios de Vidal “qué les corresponde a los municipios de acuerdo con ese endeudamiento”. Además, plantearon la necesidad de generar soluciones a las “problemáticas cotidianas” y cómo va a ser el traslado de recursos de asistencia desde la Gobernación hacia las comunas en temas claves como seguridad, educación y obra pública. En ese sentido, se trazaron algunas cuestiones hacia el problema más urgente que tienen los municipios como la asistencia del gobierno para afrontar los pagos de sueldos de diciembre y los aguinaldos. “Los tiempos apremian”, alertó un jefe comunal del FpV. En cuanto a los números del Presupuesto y el endeudamiento, al igual que los legisladores de ese espacio, varios son los alcaldes que miran con desconfianza los lineamientos que presentaron Vidal y equipo. “No está del todo claro”, se quejó un alcalde peronista tras los encuentros seccionales, a lo que otro agregó: “Vamos a defender todo lo que sea en virtud del ciudadano”. Bajo ese escenario, el sábado el PJ bonaerense tuvo una reunión informal en la sede la calle Matheu en la Ciudad de Buenos Aires para analizar los puntos conflictivos del Presupuesto y endeudamiento que pretende el Ejecutivo bonaerense. Los resultados de ese cónclave, según informaron, fueron un “acuerdo unánime para abordar el análisis del conjunto de las medidas enviadas por el Ejecutivo provincial bajo un lema de ‘debate, lucha y unidad’ para poder llevar al recinto una postura unificada”. Así, en el punto conflictivo que es el endeudamiento, los congregados calificaron ese monto como “excesivo” y que si bien “es entendible el pedido de deuda, el mismo debe ser razonable, que contemple las demandas de los municipios y que explicite cómo se distribuirán las partidas”. Acuerdo y postura de cara a las negociaciones.

La intención de Vidal es tener aprobada la “Ley de Leyes” antes de fin de año. Este martes 22 estaba programada la sesión para empezar a tratar esos proyectos, pero las diferencias y posturas en contra que manifiestan el FpV y el Frente Renovador hacen que esa sesión no logre plasmarse y que el tratamiento se pase al martes 28 al filo del cierre de año. El clima está denso, nada nuevo en la arena política bonaerense, donde las pujas políticas del día a día son parte del este menú. El desafío y el plan de Vidal es intentar generar consensos en los intendentes de la oposición, sobre todo en los del FpV, para que sean ellos quienes con promesas de asistencias aseguradas presionen a sus legisladores para aprobar el Presupuesto 2016 y el endeudamiento que imaginaron al momento de redactarlo. Para eso, la Gobernadora y su equipo tendrán que arremangarse las mangas y empezar a hacer más política si es que quieren lograr tener aprobado el Presupuesto sin grandes sobresaltos. La provincia de Buenos Aires es compleja en toda su estructura y variantes, también los es a la hora de gestionar, gobernar y lograr acuerdos. La primera prueba de fuego de Vidal está sobre el tablero, nada más y nada menos sobre el tratamiento de la “Ley de leyes”.-

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