El huracán Carrió, los peronistas reclutados y los dilemas de Vidal

Los albores del Bicentenario de la Independencia no fueron del todo buenos para María Eugenia Vidal. Su semana corta, que iba a ser coronada con el reclutamiento de cuatro intendentes a las filas de Cambiemos, fue opacada con un cascotazo a su gestión. Pero ese cascotazo no vino de la oposición, no vino del massismo, del peronismo o del kirchnerismo, no. Vino de las propias entrañas de Cambiemos, nada más y nada menos que de Elisa Carrió. Los dardos que lanzó “Lilita” a la administración de MEV calaron hondo, fueron distintos a cualquier crítica que, incluso, deslizó algún intendente de Cambiemos en reclamo de atención del gobierno provincial. Se sabe, la chaqueña es impredecible, ya criticó a Mauricio Macri y asesores, pero esta vez apuntó contra una de las figuras del PRO más cuidadas y blindadas. Cañonazos del fuego amigo.

En la columna se la semana pasada se mencionaron las internas de Cambiemos sobre el tablero electoral de cara al 2017. Carrió es número puesto en la lista para candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, lo sabe ella, lo sabe Vidal y lo sabe Macri. También saben que, en la actualidad, la diputada nacional es la que mejor mide dentro de Cambiemos, muy arriba de los candidatos PRO puros como Jorge Macri y Esteban Bullrich. Los duelos por el armado de listas tuvieron su primer round hace no más de dos semanas. Incluso, fiel a su estilo de juego, Carrió dijo que se “jubilaría a fin de año” y hasta le dejó un mensaje a la gobernadora: “Si Vidal quiere que la candidata (a senadora nacional) sea Margarita Stolbizer, yo encantada”. Ironías más o menos, el mensaje fue decodificado en Calle 6. Para sumar condimentos a su juego, “Lilita” dejó trascender por algunos medios periodísticos que podría declinar sus aspiraciones a candidatearse por la Provincia y enfocar sus fuerzas en la Ciudad de Buenos Aires. Pero no sólo la cuestión electoral estuvo presente en la arremetida de Carrió contra Vidal. Certera en su puntería, fijó la mirada sobre un tema de alta sensibilidad para la gestión bonaerense, que es incluso parte de una de sus luchas principales: el narcotráfico y la corrupción. Sin pelos en la lengua y conciente de la reacción que provocaría en la arena política-periodística, Carrió disparó: “En la Provincia tienen a uno de los cómplices del narcotráfico como jefe de la policía”. Está claro que se refiere a Pablo Bressi, ungido en persona por “Mariu” –por pedido de la Embajada de los Estados Unidos– días después de tomar el poder y de desplazar a Hugo Matzkin, puesto por Alejandro Granados. El primer cañonazo lanzado.

Así como a Daniel Scioli lo bombardeaban desde La Rosada funcionarios de su mismo espacio, a Vidal la bombardean desde el Congreso, también desde su mismo espacio. La Gobernadora no se mete en los duelos verbales y periodísticos, pero el cañonazo no fue lanzado por alguien más, se trata de Carrió y toda la credibilidad que el PRO mismo le rindió pleitesía en tiempos que apuntaba contra Cristina Fernández. Ante tamaña acusación, Vidal tuvo que salir a responder. “No voy a sostener a nadie que haya cometido un delito”, dijo, al tiempo que resaltó que Carrió no le presentó pruebas de su denuncia contra el jefe de la Policía Bonaerense por sus supuestos vínculos con el narcotráfico. Pero esa respuesta no fue suficiente, la líder de la Coalición Cívica asegurara que Bressi “fue cómplice” de Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, el líder de una banda narco que está detenido en el penal de Ezeiza. “Cuando Bressi estaba en la DDI de Morón, ve pagos hechos por Mameluco a la DDI de Morón. ¿Y quién era la DDI de Morón? Bressi”, denunció Carrió. Para redoblar su apuesta, le envió una carta a la Gobernadora, en la que ratificó sus denuncias: “Está por demás decir que el sistema de recaudación ilegal (juego clandestino, talleres de indumentaria, prostitución, protección a comercios, POLAD, drogas, piratas del asfalto, bandas de secuestros extorsivos, etc.) no ha cesado ni mermado en ninguno de sus aspectos desde el cambio de gobierno y que, por el contrario, se ha aumentado el canon de recaudación ilegal. Demás está aclarar que esto en ningún modo alcanza a la Gobernadora, el dinero negro de la policía corre como antes pero no se sabe hasta dónde llega. No tengo dudas que desde el 10 de diciembre pasado los famosos sobres y bolsos con dinero se siguieron entregando en los distintos destinos que correspondían para aquel sistema de recaudación ilegal. ¿Su receptor final?, no puede ser otro que el flamante jefe de Policía, comisario general Pablo Alberto Bressi”, dice uno de los párrafos más fuertes de la misiva. Del cañonazo al bombardeo sobre Vidal.

El escenario se tornó más denso, Carrió opacó en parte el primer gran éxito de armado político que logró Vidal al sumar a cuatro intendentes a las filas de cambiemos, además de a Facundo Manes a su equipo. El jueves, en conferencia de prensa realizada desde el SUM de Gobernación, tras presentar a Manes, Vidal tuvo una vez más que referirse a las denuncias de Carrió y su carta. “Lo que tenga que decirle a 'Lilita' se lo voy a decir personalmente. Todos saben que todas las denuncias que se reciben (en su gestión), se investigan. Y que nadie que tenga alguna irregularidad acreditada va a seguir en el gobierno”, insistió. Para generar más tensión al caldeado escenario, Carrió denunció que recibió amenazas de muerte por correo electrónico de una banda narco que, según dijo, quiere asesinarla. Para cerrar la semana con este escándalo, desde la Cámara de Diputados bonaerense pidieron en conjunto explicaciones al Poder Ejecutivo sobre las denuncias contra Bressi. El huracán Carrió azotó Calle 6.

Pero no todas fueron pálidas para MEV, en lo que respecta a su armado político, demostró agilidad y capacidad para reclutar intendentes y abrir el juego de cara al escenario electoral 2017. Los alcaldes que ahora navegan por las aguas de Cambiemos son los peronistas Hernán Bertellys (Azul), Ismael Passaglia (San Nicolás) y Joaquín De la Torre (San Miguel), y el vecinalista Carlos Berterret (Coronel Pringles). El desembarco más fuerte y ruidoso fue el De la Torre, quien llegó con serias pretensiones y logró convertirse en el nuevo ministro de Producción de la Provincia, en desmedro del radical Jorge Elustondo, quien tuvo que poner linda cara para la foto del acuerdo y conformarse con el desdoblamiento de su cartera y ahora encarar, casi en segundo rango, un Ministerio de Ciencia y Tecnología creado para no dejarlo más marginado. Además de Producción, el alcalde de San Miguel tendrá el trabajo de armar políticamente para Vidal en toda la Provincia, pero sobre todo en el Conurbano bonaerense, donde Cambiemos tiene poca llegada territorial. El trabajo del ministro de Gobierno, Federico Salvai, para reclutar a De la Torre fue arduo y, ahora que ya es parte del Gabinete, piensa que el exmassista puede aceitar la pata política para el escenario 2017. Quienes no quedaron muy contentos con esa movida son los radicales, tuvieron que masticar bronca nuevamente y ver cómo el PRO los “destrata”. La degradación de Elustondo, casi el único radical que los boina blanca pudieron colar en el Gabinete de Vidal, fue casi una “humillación”, según se pudo escuchar en varios pasillos y cafés políticos. Pero, además, observan que Vidal los “volvió a ningunear”, y en favor de un peronista como De la Torre. De todas formas, en las tertulias del Conurbano Norte cuentan que De la Torre no confía mucho en su permanencia como ministro de Vidal y, por las dudas, un días antes de su oficialización, se reunió con los “intendentes dialoguistas” Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Gabriel Katopodis (San Martín) para pedirles un lugar por si le salía mal la jugada. La tropa peronistas PRO y sus formas.

No consultan al tomar decisiones de gobierno. Tampoco al sumar nuevos aliados (incluso del FPV). ¡Deberán entender como funciona un frente!

— Ricardo Alfonsín (@RICALFONSIN) 9 de julio de 2016

El malestar de los radicales crece día a día, apuntan al vicegobernador, Daniel Salvador, el otro boina blanca en el Ejecutivo bonaerense: “Tendrá que dar explicaciones”, dice un legislador con alto grado de enojo. Dato no menor, este fin de semana la dirigencia radical de la séptima sección electoral se reunió en Azul “preocupados por la incorporación a Cambiemos de dirigentes del FpV”. Tras la cumbre, y más directo, el titular de la UCR bonaerense y diputado nacional, Ricardo Alfonsín, dijo desde su cuenta personal de Twitter: “No consultan al tomar decisiones de gobierno. Tampoco al sumar nuevos aliados (incluso del FPV). ¡Deberán entender cómo funciona un frente!”. Lo más llamativo es que días antes del desembarco de De la Torre, Vidal mantuvo en Gobernación un almuerzo con la cúpula bonaerense de la UCR. En el cónclave estuvieron Alfonsín; el diputado nacional Miguel Bazze: el senador provincial Carlos Fernández,y el diputado bonaerense Jorge Silvestre. Por el Ejecutivo provincial acompañaron a la Gobernadora Salvai; el secretario general de la Gobernación, Fabián Perechodnik, y Salvador. Lo curioso es que los asistentes de ambos lados aseguraron que “no se habló ni de nombres ni de cargos ni de elección”. Horas después, pese a los intentos de las esferas de Calle 6 de negar o confundir sobre el lugar que iba a ocupar el exmassista De la Torre, se cumplió lo que era un secreto a voces. Por ahora no cobró efecto la incorporación de Facundo Manes al equipo de Vidal, como asesor en “capital mental”, una especie de asesor de la felicidad y optimismo, o algo parecido. Se sabe, Manes viene de la mano de Ernesto Sanz e incluso suena para ser “el radical” que integre la lista de senadores nacionales por la Provincia, por Cambiemos, aunque él lo haya negado en un diálogo con ANDigital. Los dilemas de Vidal se posan sobre las denuncias escandalosas que le propina Carrió, su aliada dentro de Cambiemos. El plato fuerte de reclutar peronistas no pudo ser saboreado en su totalidad y, para sumar males, los radicales ya empiezan a hablar frente a micrófonos de sus malestares.