martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº3685

Panorama Bonaerense | 19 sep 2016

Bitácoras bonaerenses

Polémicas, duelos de cartel y mediciones de fuerza sobre Paridad de Género

Cambiemos y el Frente Renovador mantienen una pulseada por ser los abanderados de la aprobación de esta norma. Los movimientos tácticos sobre este tablero. El olvido de Salvador. La quejas de varios legisladores de todos los espacios políticos.


La Legislatura bonaerense volvió al centro de la escena provincial y no por la aprobación de leyes de trascendencia para los bonaerenses, sino por los duelos de carteles y protagonismo que ahora mantienen Cambiemos y el Frente Renovador. Por un lado, al borde del escándalo, la medición de fuerza entre el oficialismo y los massistas se dio en el Senado por la aprobación de la Ley de Paridad de Género que apunta a plasmar un 50 y 50 por ciento entre hombres y mujeres en el armado de las listas electorales. Escenario trasladado al no tratamiento de esa norma en Diputados. Por el otro, la adhesión al blanqueo de capitales, el famoso “sinceramiento” que pide Mauricio Macri, tuvo un andar casi sin sobresaltos en su aprobación en la Cámara Alta, pero los contratiempos para María Eugenia Vidal estallaron en la Cámara Baja por la negativa del FpV-PJ a aprobar el texto remitido, sin antes hacer modificaciones sobre el reparto de esos futuros ingresos. Pulseadas legislativas al rojo vivo.

El escenario previo de la Paridad de Género en el Senado se empantanó antes de la sesión del miércoles. Cambiemos y el Frente Renovador, ya lejos de la alianza de co-gobierno que gestaron Vidal y Sergio Massa a finales del años pasado, pulsearon por la corona de laureles del éxito de esta norma. Ambos espacios no tenían, por sí solos, el número suficiente para lograr dar media sanción en el recinto y apelaron a juntar voluntades con el resto de las fuerzas. Desde hace semanas, a la cabeza de Malena Galmarini, el massismo plasmó una fuerte campaña para promocionar esta ley. Fiel al estilo massista, enarbolaron la bandera de esta norma, como si sus mentes creativas hubieran sido las únicas en el universo bonaerense a las que se les prendió la luz para pensar en un reparto equitativo de listas entre hombres y mujeres. Lo cierto es que el estilo de comunicación que el Frente Renovador le impone a cualquier objetivo hace que su protagonismo sea evidente y que incluso se presenten ante la sociedad como ideas propias de ese espacio. En este marco, pocos días antes de la sesión del miércoles, en una reacción tardía o quizá quirúrgica, “Mariu” se metió de lleno a la disputa de cartel sobre Paridad de Género y, mediante su cuenta de Facebook, baluarte comunicacional del PRO, lanzó su apoyo y aval a la campaña en una postal donde se la mostraba junto a todas las senadoras y diputadas que tiene Cambiemos en el Parlamento provincial. Ese accionar propició para que la tropa legislativa de Vidal comenzara su pulseada con el massismo y poner el proyecto oficialista para ser aprobado por sobre el que había presentado el massismo de la mano de Sebastián Galmarini. La medición de fuerzas.

Estos tironeos se trasladaron al día de la sesión. Desesperados por el triunfo legislativo el massismo intentó meter el proyecto sobre tablas, dado que la táctica del oficialismo era comenzar un debate más amplio y juntar esos dos proyectos, más lo que circulan desde hace tiempo en el Senado. La tarde de la sesión es tuvo cargada de fuertes roces y pujas entre el Frente Renovador y Cambiemos. La orden de la Gobernación había sido clara, “no aprobar” el proyecto massista y demorar su tratamiento hasta una futura sesión. La maniobra no cayó bien en los despachos de la Cámara Alta. Dos proyectos, dos ideas, misma intención, mismo contenido, salvo algunos pequeños detalles. Es así que en medio de la pulseada que no se destrababa, el FpV apeló al cuarto intermedio, se convirtió en el tercero en disputa y logró incluir el proyecto que había trabajado la senadora mandato cumplido Marina Moretti, que también habilitaba la paridad. En medio, volvieron a la escena política algunos tímidos cruces calientes en Twitter, como los que protagonizaron los senadores Walter Lanaro de Cambiemos y José Luis Pallares del Frente Renovador. Eso sí, varias legisladores massistas, enteradas de la orden de Calle 6, salieron a presionar al oficialismo, vía esa red social, por la aprobación del proyecto. La situación estuvo al borde del colapso y de una nueva sesión caída en el Senado, que hubiera sido escandalosa. Desde la Gobernación pedían a los dioses que no fuera el proyecto massista el que finalmente se aprobase. Vidal, aquejada por fantasmas del pasado reciente, no quería otorgarle otro regalo a Massa. Finalmente, para tranquilidad pasajera de calle 6, se logró un acuerdo y se aprobó un proyecto conjunto: massismo y oficialismo, más el de Moretti. Sin embargo, el Frente Renovador se mostró triunfante e hizo circular sus gacetillas de prensa mostrando que fue su proyecto el aprobado. En Gobernación no se resignaron, ese miércoles avisaron: “Si se aprueba en el Senado, mañana no sale en Diputados”. El plan de contingencia.

El jueves, los ojos se posaron sobre la Cámara de Diputados, la Paridad de Género estaba a la vuelta de la esquina. Sobre esa tarde todo parecía indicar que el texto que tuvo media sanción en el Senado se convertiría en Ley. Durante esa mañana, el massismo apeló nuevamente a presionar a Cambiemos vía Twitter para la sanción de la norma. Sin embargo, en la tarde la incógnita se posó sobre la Cámara Baja. El silencio sobre Paridad de Género primó. Finalmente el recinto no trató el tema. ¿Qué pasó? Según se quejaron varios legisladores del Frente Renovador, el vicegobernador, Daniel Salvador, “olvidó” remitir el texto del Senado a Diputados y, por consiguiente, no se pudo siquiera analizarlo. La advertencia de la noche anterior se hacía realidad. El olvido de Salvador ofició como la excusa perfecta para demorar, al menos una semana, el tratamiento de esa ley. La bronca y el malestar inundaron a los massistas, quienes prefirieron descargar su enojo mediante las redes sociales y no así por gacetillas formales. Por ahora, la norma aprobada en la Cámara Alta apunta a que en las elecciones del 2017 se pueda visualizar un esquema hombre-mujer con alternancia en la confección de listas en un 50 por ciento por igual. La iniciativa agrega que “cuando se trate de nóminas u órganos impares, la diferencia entre el total de hombres y mujeres no podrá ser superior a uno”. Asimismo, busca anticiparse a futuras polémicas y sostiene: “El género del candidato estará determinado por su DNI, independientemente de su sexo biológico”. Además, en caso de renuncia de un diputado, senador o concejal, su reemplazo debe ser del mismo sexo. Este mecanismo apunta a evitar que –como sucedió en otras oportunidades– se ubique en la lista a mujeres para cumplir el cupo, pero luego renuncien para que la banca sea ocupada por un varón. La lupa se posa en Diputados.

Pese a la jugada de calle 6, las polémicas y divergencias se acentuaron en Diputados y no sólo en el oficialismo. En varios despachos del Frente Renovador y del FpV-PJ surgieron dudas, críticas y hasta quejas sobre la aprobación de esta norma. Con mucho cuidado, en “ultra off the record”, muchos legisladores massistas sostienen en voz muy baja que la ley es “demagógica” y que sólo “apunta a la tribuna”, postulación que comparten muchos diputados (varones) de Cambiemos y del FpV-PJ. Sin embargo, más allá de esa reacciones, también muestran su preocupación a una cuestión operativa. Son los legisladores del interior de la Provincia quienes se muestran preocupados porque en varios distritos la participación de la mujer en la política “no es altamente activa” y, para ellos, sería muy difícil llenar ese cupo de 50 por ciento obligatorio. “No es la misma realidad el Conurbano, La Plata o Mar del Plata que el interior”, señaló en una reunión un diputado. “Corremos el riesgo de que haya vivos que anoten a familiares, amigas o cualquier otra persona, sólo con el propósito de llenar ese cupo”, alerta con gran sinceridad un legislador. Las quejas a escondidas.

¿Atisbos machistas? ¿Actitudes retrógradas? Sin ánimo de juzgar, no es otra cosa que preocupaciones reales que ponen sobre la mesa diputados que tienen años armando listas en los distritos del interior. Otros, en una vereda distinta de pensamiento, afirman que “no es imposible llenar el cupo”, que presenta la oportunidad de “fomentar la participación de la mujer en la política” y que los casos de “anotar a quien sea por llenar un cupo”, también se dan en el cupo de varones. Reacciones sobre las críticas.

Los dilemas están sobre la mesa, las polémicas son un plato que está servido, así como la pulseada política por obtener los laureles de este cambio rotundo en la confección de listas electorales. En la actualidad, aún rige la ley electoral que garantiza el 30 por ciento de presencia femenina en las listas, pero aunque la actual composición legislativa llega apenas al 26 por ciento de representación femenina en la Legislatura bonaerense.

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