viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Panorama Bonaerense | 4 dic 2016

Bitácoras bonaerenses

El negociador, las internas del peronismo y el Presupuesto 2017 de Vidal

Las negociaciones sobre el endeudamiento siguen un curso sin resultado final. Irrumpió un acuerdo del cual no todo el peronismo estaba enterado. Las diferencias y negociaciones unilaterales amenazan con romper la frágil “unidad” que intenta lograr la tropa peronista.


El último mes del año trae consigo un escenario arduo de negociaciones en torno al Presupuesto 2017 que necesita la gobernadora, María Eugenia Vidal, para enfrentar el año que viene. Las negociaciones en la Legislatura se alargaron más de la cuenta y se tuvo que recurrir a las sesiones extraordinarias para poder tratar en ambas Cámaras la llamada “Ley de leyes”. Los ojos de la discordia están puestos sobre el permiso de endeudamiento que solicitó la gobernadora, que supera los 90 mil millones de pesos. Desde que se presentó el texto de la norma, el peronismo -aún aglutinado en el FpV-PJ- cuestionó la elevada cifra y hasta la calificó de “monstruosa”. El Frente Renovador, en sus últimos destellos de oposición blanda o cuasi-oficialismo, también puso polémica sobre el monto, pero puso un piso de 60 mil millones como la rebaja que están dispuestos a acompañar. Ya se ha dicho en anteriores columnas que Vidal necesita no sólo del massismo para poder tener aprobado el Presupuesto y Endeudamiento. Los votos del peronismo y sus múltiples bloques son de gran necesidad para sancionar la ley, sobre todo en Diputados, donde la correlación de fuerzas está más repartida. En las cuentas y poroteo, Gobernación necesita dos tercios de los votos de los 92 diputados y de los 46 senadores que integran la Legislatura. En la Cámara Alta, “Mariu” tiene 16 escaños propios más dos senadores aliados. El massismo cuenta con nueve. Con esa cuenta, sólo le faltarían tres senadores para llegar a los 31 necesarios, siendo este el recinto menos conflictivo. En la Cámara Baja -el escenario más complicado–, Vidal tiene 30 escaños (28 propios, más 2 aliados) de los 92 que totales, con la posibilidad de sumar uno más. Massa controla 24 (20 propios, más aliados). La suma de un acuerdo deja a Vidal cerca de juntar los dos tercios que se completan con 62 votos. Cerca, ya que no serían suficientes y tendría que al menos negociar y acordar con alguno de los bloques que tiene el peronismo en Diputados. El contexto de negociación.

Las altas esferas de Calle 6 afirman tener “paciencia” en cuanto a los tiempos de aprobación del Presupuesto y Endeudamiento. Saben que en base al “pacto de gobernabilidad” que tiene Vidal con Massa, esos votos están asegurados. En cuanto al peronismo y sus múltiples bloques, apuestan a romper la precaria “unidad” que cimentaron en la Cumbre de Lobos. Una previa de lo que la mesa política de “Mariu” pretende para el escenario electoral 2017: competir con un peronismo fraccionado. Los vaivenes del peronismo ayudan mucho a plasmar este escenario. Los deseos de “unidad”, parecen estar más condicionados que la entrada a las puertas del cielo. En la Cumbre de Lobos realizada a finales de octubre, los alcaldes de los distintos espacios internos (Grupo Fénix, Grupo Esmeralda, El Establo y el Instituto Patria) acordaron conformar una “Mesa de Unidad” para discutir Presupuesto. La foto conjunta y masiva que mostró a Verónica Magario, Martín Insaurralde, Jorge Ferraresi, entre otros, sonrientes, sentados todos juntos en una mesa, demostrando fuerza y destellos de unidad, duró casi un mes, ya que las internas, fantasmas y jugadas por separado -que fueron parte de la negociación del Presupuesto 2016- volvieron a irrumpir sobre el escenario. Espectros pos derrota 2015.

La postal de “unidad” pos Cumbre de Lobos tuvo sus primeros resultados positivos. Los intendentes peronistas aceitaron más conclaves entre ellos, cómo así en la Legislatura bonaerense con los distintos bloques que se desprendieron del FpV (Senado: FpV, Bloque Peronista y Bloque PJ / Diputados: FpV, FpV-PJ y Peronismo para la Victoria). Fotos, reuniones, atisbos de unidad y fuerza, parecía que el peronismo conjunto volvía al escenario, tras meses de haber estado disperso y shockeado por la severa derrota del 2015. El peronismo “unido” parecía ser consciente de tener en su unidad el número de votos vitales para Vidal y el futuro de su Presupuesto. Parecía que el peronismo volvía a mostrar los colmillos y entraba nuevamente al escenario con todas las luces. Simples espejismos, para desazón y alegría de muchos, los egos, las internas, las discrepancias volvieron a sacudir las entrañas del peronismo, justo sobre el final de la negociación con Vidal y sus alfiles políticos. Fantasmas que vuelven a aquejar al peronismo.

La semana que pasó sacudió el tablero político porque trascendió el número de endeudamiento con el cual -presuntamente- habrían acordado los intendentes peronistas con Vidal. Según algunas versiones periodísticas, los emisarios de la gobernadora y alcaldes del peronismo acordaron reducir el pedido de endeudamiento a 52 mil millones de pesos, lo que representa una importante baja al pedido inicial. Además, se habría cimentado las bases para la constitución de un Fondo para Infraestructura específico para los municipios de cerca de 8 mil millones de pesos. La novedad, que repercutió por todo el ambiente político-periodístico, se trataba de la señal que indicaba que había acuerdo y antes de las fiestas el Presupuesto y Endeudamiento iban a ser aprobados en la Legislatura. Pero con el pasar de las horas, las otras versiones, molestias, enojos y contradicciones inundaron los despachos de todo el arco peronista. El primer estallido se dio en la Legislatura, sobre todo en varias oficinas de diputados, quienes no dudaron en mostrar su malestar ante la novedad del “acuerdo”. El foco se basó en las negociaciones de “forma unilateral” que estaban llevando adelante los intendentes con los emisarios de MEV. Es que hay bloques, como el FpV -que representa a La Cámpora y al kirchnerismo duro- y como el FpV-PJ que pretenden bajar más el monto de endeudamiento, incluso a los 45 mil millones de pesos. Bajo ese marco, con la cifra de 52 mil millones “acordada”, muchos legisladores pusieron en duda que ese número pueda ser el final y advirtieron -por lo bajo- que no van a estar dispuestos a apoyar en el recinto esa monto. Molestos, más de uno repitió en una reunión que se dio antes de la sesión del miércoles: “Los intendentes no nos van a llevar de los pelos”. El primer conflicto.

Es cierto que los intendentes se posicionaron como los abanderados de la negociación por el Presupuesto y Endeudamiento. En privado y en público sacan chapa de que ellos son los “dueños del territorio”, de ese territorio municipal conservado ante el huracán Vidal del 2015. Piensan que son “dueños de los votos” y que también serán los encargados de “renovar” al peronismo de cara a las elecciones del 2017 y del 2019. En sus diversos grupos, con sus peleas, esos alcaldes coinciden en esa premisa, no así en las formas. Antes de la sesión de Diputados del miércoles, un contingente de alcaldes mantuvo una extensa reunión con Joaquín De la Torre, actual ministro de Producción y pronto ministro de Gobierno. De la Torre fue enviado especialmente por el futuro jefe de Gabinete, Federico Salvai para negociar con los alcaldes. Los asistentes al cónclave fueron Magario del Grupo Fénix; el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis del Grupo Esmeralda; Hugo Corvatta (Saavedra); Alfredo Fisher (Laprida); Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Francisco Durañona (Areco), y los presidentes de los bloques de diputados y senadores del peronismo. Más allá del pedido de bajar el monto de endeudamiento, la comitiva le pidió al ex massista generar la inclusión del Programa FINES, no fusionar la Policía Local con la Policía Comunal, no sacarle a los distritos efectivos policiales para enviarlos al Operativo Sol, aumento de transferencias a los municipios, cumplimiento de las cuotas restantes de los Fondos de Infraestructura y Seguridad de este año y la cancelación de la deuda del PAMI 2015. Dato para nada menor, varios alcaldes que asistieron a esa extensa reunión, afirmaron ante ANDigital que “no se habló de monto de endeudamiento” y que “los 52 mil millones lo vieron en los medios”. “No hubo ninguna propuesta de ninguna de las partes”, confesó un alcalde. La confusión irrumpió en el peronismo.

¿Qué había pasado? ¿De dónde salió el “monto acordado” de 52 mil millones de pesos de endeudamiento? La confusión se apoderó de todo el arco peronista; en los despachos de intendentes, en los despachos de diputados y senadores. ¿Por qué la comitiva que se reunió con De la Torre negó haber acordado un monto? Las primeras especulaciones apuntaron a Calle 6, desde donde se pensó que operaron por los medios periodísticos el “acuerdo” sobre esa cifra. Pero con el correr de las tensas horas, las miradas giraron y se posaron sobre un nombre: Martín Insaurralde. Muchos intendentes y legisladores mastican bronca con la forma unilateral del lomense a la hora de negociar con Gobernación. Es que en las distintas tertulias que se realizaron esta semana en la Legislatura, las conclusiones fueron similares. “Insaurralde negocia por su lado con Salvai y fueron ellos los que acordaron ese monto”, afirmó fuera de micrófono un legislador peronista. Con ese dato se comenzó a develar los movimientos que está teniendo el lomense sobre este escenario. Muchos coinciden en su diagnóstico del tablero. Mientras Magario y Los Fénix pugnan por lograr la “unidad” del peronismo y, al mismo tiempo, son los menos “dialoguistas” con Vidal y su equipo, Insaurralde hace gala de su dialogismo y le prometió a Calle 6 los votos necesarios para aprobar Presupuesto y Endeudamiento, bajo el acuerdo de los 52 mil millones de Endeudamiento. La negociación unilateral.

La interrogante recae en si Insaurralde -más allá de negociar por sí mismo- tiene la influencia para juntar, al menos, los votos necesarios en Diputados para que Vidal logre los dos tercios. Los movimientos en el peronismo son variados. Por un lado, el factor Florencio Randazzo juega su papel, pero esta vez de forma negativa. Son muchos los legisladores e intendentes que cuentan en voz baja que el chivilcoyano “no termina de garantizar la contención necesaria”. “Con los intendentes podemos hablar, con Randazzo no se puede hablar”, confiesa un legislador. Según cuentan, el ex ministro de Cristina Kirchner sigue jugando al misterio y aún no confirma si será un jugador protagonista en el escenario 2017 y con ello posicionarse como el “nuevo conductor del peronismo”. “Si no están de acuerdo con esto, yo me voy a mi casa”, fueron las advertencias que en reiteradas cumbres secretas les puso sobre la mesa Randazzo a los peronistas que lo fueron a buscar. Insaurralde, quién juega para Randazzo, no perdió el tiempo y aprovechó ese hueco. En distintos movimientos comenzó a seducir a distintos legisladores a quiénes se les vence el mandato el año que viene y a prometerles que serán una fija en las listas para que renueven su banca. Ávidos de certezas –aunque poco sustentables en la realidad- esa promesa fue tomada por varios diputados y el lomense está logrando juntar las voluntades necesarias para bajar al recinto y votar en favor del acuerdo por los 52 mil millones. Las primeras cuentas afirman que un número puesto son los miembros del bloque Peronismo para la Victoria, que en las sombras comanda Fernando “Chino” Navarro. Lo explosivo se posa en que Insaurralde también tiene de palabra la promesa de la mitad de los integrantes del bloque FpV-PJ que conduce Walter Abarca, bancada que en lo formal pretende bajar mucho más el endeudamiento. Con estas aristas, asoma y amenaza una nueva partición del peronismo. Si Insaurralde logra que se divida en las posturas y votación el llamado bloque de “Los 13”, las secuelas de una nueva fractura del peronismo está a la vuelta de la esquina, con correlato en los distintos grupos que componen los alcaldes. El riesgo de la jugada.

Distintas fuentes afirman que Salvai -el brazo político e Vidal- por boca de Insaurralde ya sabe quiénes del peronismo son los que van a bajar al recinto y con ello tener el número suficiente para aprobar Presupuesto y Endeudamiento. Desde hace semanas, en Calle 6, la mesa política de Vidal asegura -de manual- que la quita en el monto del Endeudamiento “no sería una derrota”, porque se puso un número alto “para negociar”. “Es parte del juego político”, aseveran y agregan: “Todos tenemos que tener una cuota de victoria política”. Dato no menor, Insaurralde es el intendente del peronismo que más veces recibió y se mostró junto a Vidal. Hay quienes afirman que tanto Insaurralde, como Massa, “negocian mano a mano” por sus intereses individuales. El peronismo se acerca a una nueva prueba de fuego, la “unidad” depende de cómo quede la tropa en la votación por el Presupuesto 2017, la cual será una muestra para encarar las elecciones del 2017.- 

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