jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Panorama Bonaerense | 9 abr 2017

Bitácoras bonaerenses

Calientan los motores de cara al armado electoral

Cambiemos apuesta a polarizar con el peronismo/kirchnerismo y reeditar la elección del 2015. Desde el FpV-PJ dependen de los movimientos que haga Cristina. El Frente Renovador no quiere quedar afuera y proyecta cimentar una tercera vía, junto al GEN.


Al ritmo que pasan los días, la clase política bonaerense le dedica más horas de pensamiento al tablero electoral. Lo mira, lo analiza, lo sueña y hasta le teme. El 13 de agosto serán las PASO y el 22 de octubre las elecciones legislativas. Los motores ya están calentando, enfilan para el punto de partida, pero antes de eso muchas cosas pasarán en el medio. Desde Cambiemos saben que los comicios de medio término inevitablemente son un plebiscito de su gestión y asimilaron que la provincia de Buenos Aires será el epicentro de todas las miradas y reacciones. Desde el peronismo FpV-PJ los dilemas se posan entre lo que va a hacer o no Cristina Fernández de Kirchner y la abstinencia de poder que sufre desde que lo perdió en la provincia de Buenos Aires, allá por el 2015. El Frente Renovador está atrapado en la “ancha avenida del medio” y en la polarización que cimentan constantemente Cambiemos con el kirchnerismo. El escenario.

Desde la Casa Rosada apuestan a que la imagen positiva de la gobernadora María Eugenia Vidal sea el salvataje electoral, y que redima la alicaída imagen del presidente Mauricio Macri. La mandataria provincial será quien se ponga “la campaña al hombro” aunque, claro, la mayoría de las veces al lado de Macri, para que el jefe de Estado atraiga un poco de buenas energías hacia su persona. Los dilemas del oficialismo se centran en la estructura variada de la alianza Cambiemos (PRO, UCR, Coalición Cívica y Partido FE), sobre todo en la siempre latente posibilidad de que la inmanejable Elisa “Lilita” Carrió decida ser candidata a senadora por la Provincia y, en caso de ganar, esmerile la imagen política de Vidal. Esto no sólo se sustenta en la fortaleza de la imagen de la chaqueña, sino también en la carencia de candidatos PRO que realmente midan en las encuestas. El proyecto del Presidente, su primo, el intendente de Vicente de López, Jorge Macri, no supera los 10 puntos, algo insuficiente para ser competitivo en una elección. Por otro lado, desde la Rosada y Gobernación volvieron a ver con buenos ojos al ministro de Educación, Esteban Bullrich, quien incluso ya desplegó distintas publicidades en Facebook, donde se muestra al lado de Vidal. Pero la imagen del funcionario nacional, apuntado por el conflicto docente y la falta de una paritaria nacional, hace que sus perspectivas de crecimiento en el conocimiento electoral sean volátiles. Asimismo, el neurocientífico Facundo Manes, funcionario ad honorem del Ejecutivo provincial, aún no termina de despegar. Bajo la sombre de Lilita.

Sobre esos dilemas también es protagonista la relación tirante que el PRO mantiene con la UCR. El lunes 3 de abril, en La Plata, el radicalismo tuvo su Convención Nacional Partidaria. Si bien las autoridades nacionales y bonaerenses del partido centenario están alineados con pocas críticas hacia las directivas del PRO dentro de Cambiemos, existen sectores del radicalismo que tiene agudas críticas por el “permanente ninguneo” que sufren dentro de la alianza política y se muestran temerosos a “quedar afuera” o tener pocos lugares en las listas electorales. Con ese panorama, y para no tener estallidos en el territorio, es que la Convención decidió habilitar a los correligionarios a plasmar internas en distritos donde no se logre un acuerdo de una lista única. Dato no menor, Vidal fue hasta la cumbre radical y dio un discurso de contención, pero no sin antes dejar en claro: “Los cargos y las elecciones pasan, el compromiso no”. Una relación tirante.

En otra aldea, el peronismo sigue transitando su camino lento hacia la búsqueda de la unidad. Los dilemas peronistas, aún nucleados en el FpV-PJ, se basan en qué rumbo finalmente tomará CFK, como pieza fundamental de este tablero electoral. Todas las encuestas muestran que la expresidenta encabeza las preferencias del electorado bonaerense, por dentro y por fuera del peronismo. Los intendentes peronistas apuestan siempre a ganador, tienen que cuidar su territorio y asegurarse sus fichas en el Concejo Deliberante. Pero en este tramo, pos derrota traumática del 2015, son los protagonistas de una “renovación” interna. Es muy posible que más de un alcalde se postule para candidato a diputado nacional, pero la candidatura para la senaduría es la que atrapa todas las miradas. Muchos conjeturan que Cristina no será candidata en octubre, y que la posibilidad de una gran PASO entre ella y Florencio Randazzo es parte de una estrategia que apunta a centrar las miradas y apoyos hacia el peronismo. “No se va a jugar el 54 por ciento del 2011 en una legislativa”, reflexionó en una charla política un viejo armador bonaerense. Lo más probable, por estos días, es que finalmente tenga lugar la partida que no pudo ser en 2015: Daniel Scioli vs. Florencio Randazzo. Las señales de las últimas semanas anuncian ese escenario. Por un lado, el exgobernador mostró una intensa agenda de recorridas por el Conurbano bonaerense, donde mantuvo distintos encuentros y fotos con alcaldes del peronismo, incluso con los del Grupo Esmeralda, quienes promueven la candidatura de Randazzo. Por su parte, el chivilcoyano mantuvo encuentros con gremialistas afines: se mostró –hace unas semanas– con el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, pero aún no termina de dar el salto. Desde su entorno afirman que “ya están en camino, pero aún falta mucho”. Desde el círculo de Scioli descartan que vaya a ser candidato, pero deslizan que eso es “por ahora”. El peronismo comienza a mostrar sus cartas pero, más allá de que Cristina sea o no candidata, será una jugadora importante en la contienda. El peso de las encuestas.

Desde la “ancha avenida del medio”, Sergio Massa y su Frente Renovador intentan romper con la polorización que desde el Gobierno nacional y provincial decidieron reeditar con el peronismo de cara a las elecciones legislativas. Desde esos dos espacios coinciden: “Sergio se está cayendo”. Si bien las encuestas muestran que sólo con el tigrense encabezando la lista el massismo podría aspirar a una buena elección, aún existen dudas sobre la factibilidad de jugar todo en estos comicios. El acuerdo con el GEN de Margarita Stolbizer es casi un hecho, pero más allá de la suma mediática que puede proporcionar “Marga” a esta alianza, el peso territorial y electoral de su espacio es muy débil. De todas formas, la arena política bonaerense demostró que no se le puede dar por terminado a Massa. A medida que se acerquen las definiciones, seguramente el massismo mostrará una postura más opositora a Cambiemos, si es que no quiere pasar desapercibido. Los motores se van calentando, los nombres van posicionándose. Puede ser que estas elecciones de medio término presenten a figuras de peso en una contienda para alquilar balcones; es decir, más bien, una elección importante, pero con nuevas caras que compitan por los laureles. El punto de partida está cerca, pero aún queda camino por andar.

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