miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3686

Panorama Bonaerense | 8 may 2017

Bitácoras bonaerenses

La sombra de CFK en la aldea del peronismo

Antes de su gira por Europa, la ex presidenta mantuvo un asado político con alcaldes del Conurbano. Además, dejó más incógnitas sobre su candidatura o no para este 2017. Los dilemas en la tropa peronista.


Todo el universo peronista apunta sus miradas hacia Cristina Fernández de Kirchner, los otros universos también. La incógnita sigue siendo la principal protagonista, nadie tiene la certeza de lo que acontecerá, solo ella y ese poder lo tiene guardado como una carta de alto valor para el juego político. Desde que dejó la presidencia hace casi un año y medio, la figura de CFK siempre estuvo presente en el tablero político-periodístico. Sus movimientos políticos, las causas judiciales, sus tuits y posteos en las redes sociales, sus declaraciones sobre cualquier hecho político, siempre tuvieron su repercusión amplia. A los pocos meses del 2016, rápidamente la sombra de Cristina se posó sobre la provincia de Buenos Aires, con las elecciones legislativas como destino, ayudado por la aguda crisis que golpeó a los sectores medios y bajos del Conurbano bonaerense. Pero no sólo en la cuestión electoral se adjuntó a la imagen de CFK, los dilemas del peronismo pos derrota electoral traumática en el terreno bonaerense, se envolvieron en la disputa interna del “reordenamiento” del peronismo y la disyuntiva de “con o sin Cristina”. Al calor de los hechos políticos, al calor de las encuestas y al calor de la asimilación de ya no ser poder, el peronismo reconoce -con gracia y sin ella- que la expresidenta es la que “tiene los votos” y depende de ella los movimientos que el peronismo realizará en los comicios que se avecinan. Un peso político intacto.

Esta semana que pasó, después de meses y meses de conjeturas, pronósticos y especulaciones, Cristina puso las primeras fichas públicas sobre el tablero electoral. El martes 2 de mayo, CFK asistió de “sorpresa” al segundo asado político que se realizó en la casa del camporista Juan Cabandié en el barrio porteño de Caballito. Hace una semana, el quincho de esa morada fue sede de un cónclave donde Máximo Kirchner, la cúpula de La Cámpora y el PJ bonaerense, más intendentes del Conurbano enrolados en el Grupo Esmeralda y el Grupo Fénix analizaron el escenario electoral y acordaron avanzar en la “unidad”, en días que apareció Florencio Randazzo en las reuniones del NH, con el pedido de “garantías” para las PASO dentro del por ahora FpV-PJ.

Durante todo el cónclave, según se pudo reconstruir, Cristina evitó dar definiciones a las preguntas de los comensales acerca de que si será candidata en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, no se privó de hablar del tablero político nacional y advirtió: “Ahora (Mauricio) Macri va por la caja de los jubilados”. La irrupción de CFK sacudió el tablero del peronismo, se dio a 50 días del cierre de listas y antes de la gira de la exjefa de Estado por Europa. Dato no menor, Cristina dejó entender que que “jugará” en la elección, hará campaña y participará del armado. Algunos trascendidos aseguran Máximo Kirchner, organizador del asado político, trasladó la invitación a Randazzo, quien cálidamente habría rechazado el convite. Dicen algunos, que Cristina, durante el cónclave, dijo: “Si no viene es porque le teme a los carpetazos del gobierno”, y recordó que desde que dejó la Casa Rosada soportó un duro ataque judicial y “cualquier candidato debería prepararse” para algo similar. Vale destacar quiénes fueron los asistentes a la cena con CFK. Además de Máximo y Cabandié estuvieron el titular del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, los intendentes del Grupo Fénix Verónica Magario (La Matanza), Ariel Sujarchuk (Escobar), Leo Nardini (Malvinas Argentinas), Walter Festa (Moreno) y Juan Ustarroz (Mercedes). Los que responden al Instituto Patria Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada), Francisco “Paco” Durañona (San Antonio de Areco) y los referentes de La Cámpora, Eduardo “Wado” De Pedro y Andrés Larroque. La semana pasada, Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Juan Pablo De Jesús (Partido de La Costa), estuvieron en la casa de Caballito. El martes 2 a la noche, el lomense fue nuevamente al cónclave al que se sumó otro Esmeralda como el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares. También estuvieron el alcalde de Ituzaingó, Alberto Descalzo, como el diputado bonaerense Juan José Mussi y el intendente de Saavedra, Hugo Corvatta. En resumen, casi todo el arco de intendentes peronistas del Conurbano, lo que se traduce un caudal electoral mayoritario para la correlación política interna. El movimiento de Cristina.

Para coronar las señales políticas con vestigios de más incógnita, el jueves 4 de mayo, Cristina en su discurso en la sede de Sadop, insinuó que podría no ser candidata: "No me interesa (...) Les voy a ser absolutamente sincera, yo fui dos veces presidenta (...) Para mí lo importante es que vuelvan ustedes, los jóvenes, los trabajadores, los estudiantes, los comerciantes, los científicos, los que creen en el país”, respondió la expresidente ante los pedidos de la tribuna por una candidatura. Los rebotes de esas palabras llegaron a todos los rincones, muchos ya conjeturaban con una declinación de CFK. Para darle otra vuelta de rosca, Cabandié oficio de vocero del kirchnerismo y aclaró que Cristina “no determinó que no iba a ser candidata o estaría fuera de las elecciones”, aunque "tampoco dijo que iba a serlo", añadió. “Todavía no tiene una posición, no determinó el futuro en relación a lo electoral”. El misterio aún no está develado y seguramente no lo esté hasta la cercanía del cierre de listas el 24 de junio. Mientras tanto, los cónclaves políticos, las cenas, los llamados telefónicos y las declaraciones serán parte del menú de un peronismo que discute entre una “lista de unidad” y PASO en todos los sectores. Señales y movimientos de cara a las definiciones.

El peronismo traza lineamientos de lo que podría ser el escenario electoral interno. Después de la irrupción de Randazzo y sus reuniones con intendentes y legisladores que lo esperan desde el 2016, se implantó el debate de si el peronismo se encaminará a unas PASO para dirimir sus candidaturas. El peronismo aún no tiene candidatos, ni Cristina, ni Randazzo, ni Daniel Scioli lo han anunciado públicamente y los intendentes como Insaurralde o Magario, están en duda. Todo puede pasar en el peronismo, más allá de que los movimientos de Florencio dan a entender que será candidato, los que lo conocen alertan que “nada está dicho”. El chivilcoyano no se va a aventurar a pisar un suelo que sea completamente inestable, pero una posible baja de su candidatura, implica que todos los que ya se enrolaron atrás de su figura, quedarían huérfanos en el armado de listas. Del otro lado de la mesa, el dilema es distinto, se sabe que Cristina es la que más mide en las encuestas, en incluso las muestras más recientes anuncian que sigue creciendo en la intención de voto. Pero si Cristina no es candidata, la opción Scioli no es del todo aceptada por los que se encolumnan en ese espacio interno, más allá de que en caso de ir a una PASO con Randazzo, por ahora las consultoras avisan que habría una victoria del exgobernador. Magario o Insaurralde como las otras opciones la tendrían más difícil ante un Randazzo de conocimiento más amplio y la disputa electoral sería más reñida. El sueño del exministro del Interior y Transporte de una interna Cristina-Randazzo está lejos de ser realidad y más allá de la audacia, todas las encuestas sostienen que CFK ganaría por amplio margen. Los escenarios del peronismo.

Para las primeras líneas de las listas, los nombres para el peronismo -sea de un lado o del otro- no son muchos. A esto, se suma el temor de varios de volver a recrear una interna sangrienta como la del 2015, que terminó por devorarse al propio peronismo y dejando el camino libre para el “Huracán Vidal”. Hay diferencias claras, esta es una elección legislativa, de medio término y el que está sentado en el sillón del poder es otro espacio político. El estar en la oposición puede generar que ese “enemigo” (como dijo Randazzo) sea Mauricio Macri y Cambiemos, y no el competidor interno. Fantasías de deseos de muchos pacifistas dentro del FpV-PJ. A esto, cabe destacar que ni Cristina, ni Randazzo están dejando de pensar en el 2019 en este 2017. El movimiento que hagan sobre el tablero -siendo o no candidatos- será fundamental para las elecciones presidenciales, de las cuales -inevitablemente- se comenzarán a hablar el 1ro de enero del 2018. Ese es el objetivo de ambos, ningún secreto develado, pero el 2017 servirá para analizar la balanza política para cada uno. “Cristina es el presente, Randazzo el futuro”, analizó un dirigente bonaerense. Es que la realidad del peronismo es esa: sigue dependiendo de lo que haga o deje de hacer CFK y los votos -en su mayoría- los tiene ella. Esa realidad hace que los intendentes del Conurbano, dueños del tan mentado poder territorial se enfilen atrás de Cristina, salvo Gabriel Katopodis de San Martín y Juan Zabaleta de Hurlingham, quienes ponen casi todas sus fichas (los políticos siempre guardan una por las dudas) en Randazzo. El dilema de los alcaldes se basa en el arrastre local en las listas para concejales. En el Conurbano, donde según manifiestan “en las calles la gente pide por Cristina”, cómo un jefe comunal se puede asegurar bancas propias enfrentando en una PASO a la lista de CFK. Una aventura difícil. Además, ante un escenario del Segundo Tiempo dentro de su mandato, lo primero que piensa el alcalde es asegurar su gobernabilidad. En el interior de la provincia la realidad no es la misma, en esos terrenos Cambiemos sigue teniendo fortaleza electoral y la intención de voto de Cristina no es tan alta. Es por eso que los intendentes del FpV de la 6ta Sección se mostraron hace una semana en el NH apoyando a Randazzo. Pero en la correlación de fuerzas, Cristina, el kirchnerismo y el PJ bonaerense siguen contando con el apoyo de los distritos más importantes.-

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