martes 19 de marzo de 2024 - Edición Nº3650

Panorama Bonaerense | 14 may 2018

Bitácoras bonaerenses

Dólar, FMI, el arrastre de Macri y los efectos sobre la imagen de Vidal

El escenario vivió el temblor más fuerte en lo que va del mandato de Cambiemos. Cuáles son sus consecuencias. Cómo juega la interna por la sucesión.


Sin dudas, la semana que pasó fue el peor momento de la gestión del gobierno de Mauricio Macri en su más de dos años de gobierno. Corrida cambiaria, dólar acariciando los 25 pesos, derivado en una nueva devaluación del peso argentino, el pedido de auxilio al FMI, sumado a los efectos que ya traían los tarifazos, sacudieron la estantería del Gobierno nacional. Las escenas de improvisación, desconcierto y hasta nerviosismo –como en la conferencia de prensa que dio el jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña– evidenciaron las sensaciones de las cúpula de la Casa Rosada ante las calamidades que irrumpieron. Los análisis se dan en diversas formas, desde el eufemismo de los funcionarios nacionales de que el pedido al Fondo Monetario Internacional es un “crédito preventivo”, hasta quienes imaginan –un tanto exagerados– las tristes postales del 2001 y otros que advierten que la vuelta a escena del FMI le servirá a la gestión Macri para “ejecutar el ajuste que quiere hacer y no se animaba”. Los vaivenes y las consecuencias económicas de esta medida se verán en unos meses; en cuanto a lo político, en La Rosada y en Olivos se sintió el temblor. Hay otros optimistas en el PRO que sostienen que ese temblor “pasará” y hasta deslizan una sonrisa porque se desató ahora y no a fin de año, en los albores del año electoral. “Son como tiburones, huelen sangre y se acercan para matar”, grafica un importante armador del PRO en torno al convulsionado escenario. Reacciones en medio del huracán.

Pero el escenario desatado no sólo sacudió los cimientos del Gobierno nacional, sino de las internas adelantadas por la sucesión que existen en el PRO, de la mano de encuestas que avisan que la imagen de Macri sigue cayendo mes a mes. Las posturas y miramientos dentro del partido hegemónico dentro de Cambiemos estuvieron a la orden del día en esta coyuntura. Desde los que empezaron a conjeturar con la posibilidad de ubicar a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, como candidata a vicepresidenta de Macri, para solventar la fórmula y asegurar una victoria, hasta los que piensan en el ahora y reclaman a las figuras más destacadas del PRO que “salgan a bancar a Mauricio” en su peor momento. Dato no menor, antes del pedido de auxilio al FMI, se conocieron encuestas –realizadas por consultoras cercanas al oficialismo y otras vertientes– donde se mostró que la imagen del jefe de Estado sigue en picada, como así también la confianza de los argentinos en las medidas de gobierno. Pero el dato curioso e inédito que llegó sobre el escenario fue que la imagen positiva de Vidal, por el efecto Macri, comenzó a bajar en cifras preocupantes y en algunas muestras llegó a empatar con la negativa, algo impensado hace un mes. Con cautela, los números fueron seguidos de cerca por las altas esferas de la Gobernación bonaerense. Pese a esas noticias, le bajan el tono y afirman que “sigue con buenos números, igual que todos, que (Horacio Rodríguez) Larreta y que (Elisa Carrió) Lilita”. “Es propio de la caída del Presidente, pero cuando remonta suben todos también”, deslizan desde Calle 6. Encuestas en baja.

Sin dudas, la baja en el apoyo ciudadano preocupa tanto a La Rosada como a Calle 6 y, por ahora, queda en pausa esa interna de jefes de Gabinete, cuando Peña bramaba bronca contra su par bonaerense, Federico Salvai, a quien acusaba de fogonear encuestas para mostrar que la imagen de Vidal superaba ampliamente a la de Macri. Esa disputa, parte de la interna subterránea por la sucesión que mantienen Peña, Larreta y Vidal, tomó temperatura en medio de la tensión, con viejas actitudes de reproche entre las partes. En varios despachos de la Balcarce 50 y oficinas cercanas dejan trascender que en los últimos meses esa rivalidad se acrecentó. “Larreta hace lo que quiere y Vidal le da cada vez menos bola a Peña”, afirma una fuente cercana a la mesa chica del PRO. En el amplio espectro bonaerense del partido gobernante dan más detalles de la pulseada y ponen el ojo sobre el duelo de jefes de Gabinete. “Peña es muy técnico y comete el error de acaparar todas las decisiones políticas, Salvai es más político y no tiene miedo en meter los pies en la barro”, sentencia un conocedor de las rencillas de la mesa chica. Otro dato que no escapa a este duelo entre bambalinas es la ausencia de la voz de Vidal para defender las últimas medidas anunciadas por Macri. “Cuando el rey está en peligro de jaque, la reina tiene que salir a protegerlo”, grafica un analista sobre el imaginario tablero de ajedrez del PRO. Otros apelan a la misma metáfora, pero con distinta mecánica: “Hay que proteger a la reina”, dicen, contundentes. Lo cierto es que no habló ante los medios ni Vidal ni cualquiera de sus ministros. Sí dejaron trascender su postura, pero en estricto off the record. En ese tono, calificaron el anuncio “objetivamente una buena medida” desde lo económico, financiero y, sobre todo, para “acompañar el gradualismo”. A su vez, reconocieron que “haber llegado a tener que acudir al FMI, habla de que el programa económico no funcionó”. “Era el último recurso del plan”, reconocieron desde Calle 6. De todos modos, también resaltan que la oferta del Fondo al Gobierno “estaba desde hace tiempo”, pero “era una bala que no se quería usar”. “El contexto internacional obligó a hacerlo”, reflexionan. Dentro de ese análisis, destacan que el Mercado “tomó muy bien” el anuncio, pero señalaron que es “difícil comunicar algo con el FMI, con el estigma que genera”. Internas y jugadas sobre el tablero.

La gestión de Macri espera salir airoso de su peor momento, respiran un poco al saber que el Mundial de Rusia está cerca y que ese gran evento mundial acaparará gran parte de la atención del país. Pero la crisis pegó y los ciudadanos comienzan a manifestar su desencanto a medida que el bolsillo sigue siendo mutilado. En lo político, todos regulan, guardan piezas y se miran. Hay desconfianza.

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