martes 19 de marzo de 2024 - Edición Nº3650

Panorama Bonaerense | 17 sep 2018

Bitácoras bonaerenses

La declaración de Emergencia Social: Otra pulseada entre intendentes del peronismo con Vidal

Alcaldes del peronismo le pidieron a la Gobernadora una convocatoria para crear una Mesa de Diálogo Social. La respuesta fue un “no” casi rotundo. La grieta y las disputas políticas otra vez metidas en medio de una crisis económica que no para.


“La inflación subió y pega, y la gente está preocupada por llegar a fin de mes”, dijo este fin de semana la gobernadora María Eugenia Vidal. “Es un momento difícil y la gente no la está pasando bien”, confesó la mandataria bonaerense en plena crisis del Gobierno nacional, cuando el dólar trepó por primera vez a los 40 pesos, a fines de agosto pasado. “No reconocer la dificultad económica es no entender lo que le pasa a la gente”, afirmó por esos días, en clara diferenciación a la visión del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Si bien el propio Mauricio Macri tuvo que salir a decir que “estamos en emergencia” y dejar un poco de lado el eufemismo de la “tormenta” económica, desde el estallido de la crisis a finales de abril, las altas esferas de Gobernación bonaerense se ocuparon de resaltad la diferencia de visiones de Vidal y la Casa Rosada sobre la situación económica, y la “sensibilidad social” de la Gobernadora “distinta” a la de Macri. Reacciones de la primera plana de Cambiemos.

Pero no sólo de declaraciones se trata la labor de un Gobernante, sino de políticas reales que sirvan para paliar cualquier tipo de crisis, sobre todo en el Conurbano bonaerense, uno de los sectores más empobrecidos de la Provincia. Se sabe, en el universo bonaerense son los intendentes la primera vidriera de la clase dirigente a la cual apuntan los reclamos de los vecinos, sean del peronismo, el kirchnerismo, del massismo o de Cambiemos. Con esa arista, el lunes 10 de septiembre los alcaldes peronistas del Conurbano (Martín Insaurralde, Verónica Magario, Gabriel Katopodis, Fernando Gray, Gustavo Menéndez, entre otros), se reunieron con el ministro de Gobierno provincial, Joaquín De la Torre; el ministro de Desarrollo Social, Santiago López Medrano, y el subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell, para analizar la aguda situación económica. De lleno, los alcaldes pidieron a los enviados de Vidal la creación de una “Mesa de Diálogo Social Bonaerense”, integrada por intendentes, legisladores y representantes de entidades sindicales, patronales, confesionales y de la sociedad civil, para asistir al Ejecutivo provincial en el diagnóstico de la situación económica, social y alimentaria, el debate, gestión y coordinación de acciones específicas para mitigar las consecuencias de la crisis, y el seguimiento de los resultados. Con firmeza, solicitaron además que la Provincia declare la Emergencia Económica, Social y Alimentaria. Los funcionarios provinciales tomaron nota, se sacaron la foto de rigor y le hicieron llegar el mensaje a la Gobernadora. Propuestas ante la crisis.

Al día siguiente, la Gobernadora realizó su propia jugada sobre este delicado escenario. Lanzó el segundo paquete de medidas sociales con una inversión de 1.200 millones de pesos. Se trata de refuerzo que incluye aumentos del 15 % en el Programa más Vida, el Servicio Alimentario Escolar, la Jubilación Mínima y las Asignaciones Familiares. En julio lanzó el primer paquete, y tuvo una inversión de 318 millones de pesos. Dos señales fuertes, sin dudas, que se acoplaron a las palabras de Vidal: “Si hace falta tomar nuevas medidas antes de fin de año, lo vamos a hacer”. Sobre las proyecciones sobre lo que se avecina, con un diciembre siempre caliente en el territorio bonaerense, desde el Gobierno provincial pretenden generar políticas de contención para evitar cualquier sobresalto de fin de año. Sin embargo, el miércoles 12 de septiembre, día del anuncio, “Mariu” no dijo nada sobre el pedido de convocatoria que le hicieron los intendentes. Molestos por el ninguneo, los alcaldes peronistas del Conurbano, a los que sumaron a varios del interior, se congregaron en Ituzaingó ese mismo miércoles y lanzaron duras críticas contra el accionar de la Gobernadora. “Los intendentes hubiésemos querido escuchar a la gobernadora, saber cuáles eran sus propuestas. Hace más de 1.000 días que vienen profundizando la crisis que ellos mismos desde el Gobierno han generado, implementando un programa de gobierno que excluye y margina a la mayoría de los argentinos”, expresaron en un comunicado. Pero no sólo se quejaron por la falta de convocatoria, sino que enumeraron lo que para ellos son “políticas para desfinanciar a los Municipios”. La eliminación del llamado Fondo Sojero, decretado por Nación, y del Fondo de Infraestructura y de Seguridad, estos últimos decisiones bonaerenses. En ese tono, los jefes comunales anunciaron que van a impulsar la declaración de la Emergencia Económica, Social y Alimentaria en sus distritos, a través de los respectivos Concejos Deliberantes. La respuesta del peronismo.

Vidal es como esos equipos de fútbol que –ante los desafíos y los duelos directos– es donde mejor muestra su faceta de reacción. Es una política de combate. Sobre ese plano, la Gobernadora prefirió la confrontación mediática a la política. Volvió a hacer uso del raid mediático por canales y programas periodísticos amigos para responder a los desafiantes intendentes peronistas. “En momentos donde hay problemas más que declarar (Emergencia) hay que hacer. Las declaraciones (de Emergencia) no cambian nada en la realidad de la gente”, respondió Vidal durante una entrevista en Intratables. Y, para apuntar un misil de forma directa a la queja de los intendentes, lanzó: “Lo que cambia la realidad de la gente son las respuestas concretas, y en las respuestas concretas me van a encontrar siempre. No para la formalidad, no para la foto”. En otras palabras, la Gobernadora les dijo que no los va a convocar y que, muy entre líneas, ella se preocupa de dar “respuestas”, mientras los alcaldes peronistas “buscan la foto”. Sin embargo, es válido destacar el concepto diferenciado de “Emergencia” que maneja Vidal. Desde que llegó al Gobierno provincial, en diciembre de 2015, no dudó en pedir a la Legislatura bonaerense distintas declaraciones de Emergencia. Ante la “herencia recibida”, la “provincia quebrada” o demás motivos. De hecho, la gestión de Vidal tiene por tercer año consecutivo la Emergencia en Infraestructura, que sirve para agilizar las licitaciones de obras en la Provincia, como así también la Emergencia Administrativa y Tecnológica. También rige en el territorio provincial la Emergencia en Seguridad. Todas herramientas que, según la administración bonaerense, sirven para agilizar políticas en estas áreas sensibles. El doble estándar.

Bajo este escenario, cabe preguntar: ¿Para Vidal existen “emergencias buenas” y “emergencias malas”? ¿O es que depende quién las solicite, o de quién haya sido la idea? En rigor, el trasfondo político parece nuevamente primar sobre la necesidad de los ciudadanos. Es cierto que si Vidal accediera a sentarse con los alcaldes peronistas, para que luego de esa hipotética cumbre declarase la Emergencia Económica, Social y Alimentaria, el peronismo –viejo zorro de la política– lo capitalizaría como un triunfo. Pero también es cierto que Vidal llegó con la premisa del “diálogo” y “dejar las viejas costumbres de la política”. El diálogo, en lo concreto, sería sentarse con todos los sectores, como piden los peronistas, para poder congeniar políticas que ayuden en general a sobrellevar en la Provincia este escenario de crisis. Un ejemplo que ese diálogo es posible, es lo que hizo el intendente de La Plata, Julio Garro, de Cambiemos, quien este viernes último encabezó una Mesa de Diálogo Social y Productivo con diferentes sectores de la ciudad que incluyeron concejales, sindicalistas, religiosos, empresarios, colegios profesionales de todos los colores políticos. ¡Si se puede!

Mientras tanto, más allá de los refuerzos que pueda o no anunciar Vidal, hay una realidad que afecta a gran parte de los 135 distritos de la Provincia, sobre todo del Conurbano bonaerense, paradójicamente donde Macri, Vidal y Cambiemos no tienen buenos números en las encuestas y, a paso firme, crece la imagen de Cristina Fernández de Kirchner, al ritmo de la crisis económica. La grieta, una vez más, se mete de lleno en una discusión sobre una política, que esta vez afecta a lo social. Pero la grieta no existe en los efectos de una inflación que no para de crecer. La grieta no aparece cuando el poder adquisitivo de deteriora. Quizás, presa de ese discurso, Vidal –más allá de sus responsabilidades como Gobernadora– esté perdiendo nuevamente la oportunidad de penetrar en las zonas más vulnerables del Conurbano, donde CFK y el peronismo siguen siendo referentes.

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