jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº3659

Panorama Bonaerense | 7 oct 2019

Bitácoras bonaerenses

La herencia que deja Vidal en la Provincia irrumpió en el tablero

Desde el Frente de Todos, Kicillof y varios referentes comenzaron a apuntar en qué situación deja la Gobernadora el territorio bonaerense. La deuda generada en dólares, las cuentas que no cierran, son parte del combo que se pone en cuestión.


“Fue todo marketing”, es un calificativo a la gestión de María Eugenia Vidal que en el camino hacia las elecciones del 27 de octubre repiten en el amplio universo del Frente de Todos. Las palabras no son casuales, no son agarradas al boleo, no son parte de una improvisación. Están pensadas en torno a diagramar lo que será la estrategia del 28 de octubre, el día después de los comicios que, como todo indica, será con un nuevo gobernador electo en la provincia de Buenos Aires. El peronismo-kirchnerismo comienza a preparar el terreno para volver a gobernar el amplio territorio bonaerense. Como en todo recambio político, lo primero que se hace es apuntar hacia la gestión anterior, muchas veces con certezas, otras con divagues que solo sirven para desviar la atención. Las herencias recibidas en la política son protagonistas, al menos los primeros cien días de gobierno, ese periodo de gracia que tradicionalmente tiene la clase gobernante argentina para comenzar a mostrar su capacidad de gestión. Alistando el terreno.

En el Frente de Todos ya tienen los dardos con los cuales apuntarán hacia la gestión de Vidal. Esta semana que pasó, el propio candidato a gobernador, Axel Kicillof, se sumó a ese plan: “Deja una provincia quebrada”, dijo sin tapujos. El dato, para nada menor, es que el economista usa el mismo diagnóstico que usó Vidal desde que se sentó en el Sillón de Dardo Rocha en diciembre de 2015 y que por estas horas sigue usando. “Recibí una provincia quebrada”, repitió la Gobernadora infinidad de veces en estos casi cuatro años de mandato. Pero la política tiene esas cosas y ahora, el que probablemente será su sucesor, la acusa de lo mismo que ella acusó a Daniel Scioli. La diferencia radica en el foco. Kicillof y el Frente de Todos apuntan hacia los altos niveles de endeudamiento que generó la administración de Vidal y el estado de las cuentas del 2018-2019. El candidato a gobernador afirma que tiene datos que dicen que para cerrar el año faltan, con lo financiero, 80 mil millones de pesos y que los primeros diagnósticos de los números “son muy malos y en rojo”. Sobre ese reclamo, el exministro de Economía repite que la deuda de la Provincia en 2015 era de 9.000 millones de dólares y que, actualmente, hay una deuda superior a los 12.000 millones de dólares, con el agregado, que -por ahora- el dólar está a 60 pesos. Si la moneda estadounidense sigue creciendo, la Provincia necesitará más pesos para cumplir con los pagos. La deuda de Vidal.

Las críticas comienzan a tomar temperatura, desde el massismo, que fue opositor ferviente al gobierno sciolista, ahora dicen sin reparos que el “gobierno de Vidal fue peor que el de Scioli”. “Lejos de resolver los problemas estructurales y coyunturales que arrastraba la Provincia, no solo no los corrigió o arreglo, sino que muchos empeoraron”, dijo, por su parte, el diputado bonaerense Lisandro Bonelli, quien responde a Sergio Massa. De ese mismo bloque, el titular, Rubén Eslaiman, quien todavía habla pestes de Scioli, comparó: “La gobernadora Vidal ha desaprovechado cuatro años muy importantes en la historia de la Provincia para hacer los cambios necesarios, pero no lo pudo hacer, o no lo quiso hacer o no lo supo hacer y nos deja una Provincia en peores condiciones”. Los viejos aliados de Vidal, que alguna vez fueron “garantes de la gobernabilidad”, ahora se muestran distantes de la Gobernadora y no tienen clemencia a la hora de calificar su gestión. Dardos por todos lados.

En columnas anteriores se dijo que el plan de Vidal es tratar de “ordenar las cuentas” lo más que se pueda, para dejarle menos argumentos a Kicillof para hablar, precisamente de lo que ya está hablando: de la herencia. Inevitablemente la realidad de los resultados de las PASO y la cercanía de las elecciones generales hicieron que los tiempos se adelanten. La propia Vidal ahora tiene que comenzar a explicar el endeudamiento gigantesco que deja su mandato. La Gobernadora apuntó a una realidad que en su momento generó cruces, peleas y rispideces en el peronismo que en esos tiempos estaba dividido. El endeudamiento fue aprobado en el Parlamento bonaerense con los votos de varios legisladores que hoy componen el Frente de Todos. Casualmente, el massismo y el llamado “bloque de los intendentes”. Por otro lado, Mariú asegura que la deuda que dejó Scioli “estaba en el orden de los 11 mil millones de dólares•, porque el exgobernador, según Vidal, registró 9 mil millones de dólares, pero la deuda era mucho más alta porque tenía deuda no registrada. De todas formas, apremiada por las denuncias, prometió que su gobierno va a dejar una deuda en el orden de los 12 mil millones de dólares. La respuesta ante el cerco.

La discusión sobre la herencia de Vidal tendrá distintos escenarios y varios momentos. Como se da habitualmente en el terreno bonaerense, serán dos las batallas que tengan la atención de todos: la de los datos certeros y exactos, y la discursiva. Vidal necesita despejar todo juicio negativo a su gestión si es que quiere soñar con posicionarse como la lideresa de la oposición a un eventual gobierno de Kicillof y buscar una banca en Diputados bonaerenses en las elecciones de 2021. Se vienen días donde los números reales y no reales se pondrán sobre el tablero para que la batalla retórica y discursiva entre los candidatos sea la que defina la pulseada. La herencia de Vidal comenzó a ser el foco de discusión.-

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