martes 19 de marzo de 2024 - Edición Nº3650

Panorama Bonaerense | 21 oct 2019

Bitácoras bonaerenses

La batalla de Buenos Aires (Parte II): Vidal en busca de la supervivencia política

A diferencia de las PASO, Macri y Vidal tienen objetivos distintos para la elección del 27. La Gobernadora piensa en su armado pos diciembre y en ser líder de la oposición. ¿El presidente resignó en parte la pelea en el territorio bonaerense?


El gran terreno bonaerense contiene los principales designios de la política argentina. En la columna “La batalla de Buenos Aires (Parte I): Macri y Vidal se juegan el futuro de Cambiemos”, se mostró cómo se configuraba un escenario adverso para Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. Si bien en el vidalismo, antes de las PASO del 11 de agosto, habían temores ante un escenario de derrota para la gobernadora, nunca se imaginaron que le victoria de Axel Kicillof fuera tan aplastante, casi irremontable. Vidal, tras aceptar la dura realidad, tuvo que reconvertirse, repensar su campaña, dejar un poco de lado la subordinación hacia Macri y mostrar algo de autonomía, una pizca de rebeldía. Desde las 00 horas del 12 de agosto, ella supo que su destino estaba marcado, que tenía el boleto picado. Pero también se le prendió una luz en el horizonte: ser la heredera de Macri, ser la política que absorba ese 30 por ciento de votos que tiene Juntos por el Cambio a nivel nacional. Vidal repensó su estrategia en dos caminos: el primero, encarar una campaña como para ganar, no porque sea crédula de algún milagro de esos que no se ven en la vida real, sino porque más allá de su destino, está en juego el poder político que pueda armar para la era pos Macri en Cambiemos. La cantidad de legisladores bonaerenses que pueda hacer ingresar a la Legislatura es trascendental para cualquier proyecto político futuro de “Mariú”. El segundo, es cimentar los pilares de su precampaña para las elecciones de 2021, con la provincia de Buenos Aires como plataforma para una candidatura a diputada nacional. Los cambios forzados.

Vidal siempre supo que Macri era su “salvavidas de plomo” para cualquier aventura electoral en la provincia. Pero nunca imagino que se hundiría realmente. La Gobernadora y su mesa política decidieron hacer una campaña alejados de la figura de Macri. Vidal ensayó rebeldías, criticó con dureza al ultra ratificado jefe de Gabinete, Marcos Peña, y hasta puteó a los gritos luego de una reunión con Macri, ante le negativa de echar al poderoso jefe de ministros y de la campaña para las PASO. Vidal dirigió las broncas, aunque no se escuchó una gran autocrítica hacia lo que también fue su fracaso electoral. En ese plano, decidió provincializar su campaña y de paso, tirar las primeras semillas para lo que será su rol cuando deje el Sillón de Dardo Rocha. Pero la autonomía no fue completa. Tras reuniones con Macri y una firma de paz temporal con Peña, Vidal se subió a todas las marchas del “Sí, se puede” que realizó Macri en el territorio bonaerense. No sólo eso, apostó por encolumnarse en el pedido para el voto nacional, donde Juntos por el Cambio sueña con un ballotage entre Macri y Alberto Fernández. Al mismo tiempo, Vidal habilitó y financió a los intendentes de Cambiemos del Conurbano para que municipalicen sus campañas y vayan con todo por el corte de boleta, hasta el punto, de que más de un alcalde, desplegó en sus terruño carteles junto a los candidatos del Frente de Todos. El esquema variado es un vale todo. El armado de emergencia.

Sobre el andar de la campaña para las generales del 27, Vidal vio que la negación a Macri no era del todo conveniente, dado que hay una porción más que importante que no piensa cambiar su voto y seguirá estando ahí después del 10 de diciembre. Por eso Vidal decidió subirse alegre y mostrarse junto a su jefe en las marchas del “Sí, se puede” bonaerenses. Por eso, Vidal tomó nota y se fue como una militante más a la “marcha del millón” realizada el pasado sábado en el Obelisco porteño, que si bien no logró juntar un millón de personas, demostró que Cambiemos, Juntos por el Cambio o el macrismo, tiene capacidad de movilización y espera nueva representatividad. Vidal y sus ministros se mostraron entusiastas en la marcha, saltando y cantando “por Mauricio”. Los herederos tienen que demostrar que están con quien ahora se juega el todo por el todo y, aún, mantiene la esperanza por la segunda vuelta. Pero paradojas de la política, con la provincialización de la campaña, la municipalización que practican al extremo los intendentes, con una Vidal que va y viene, el destino de Macri puede verse afectado en la provincia donde se desarrolla la “madre de todas las batallas” en cualquier escenario electoral. Dato no menor, en las PASO, Alberto Fernández le sacó más de 20 puntos a Macri. La batalla de Buenos Aires se focalizó en el futuro político que comienza a armar Vidal. La pregunta recae y los resultados lo dirán, si Macri decidió prescindir en parte de los votos que aporta la provincia más grande del país.-

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