lunes 18 de marzo de 2024 - Edición Nº3649

Panorama Bonaerense | 11 nov 2019

Bitácoras bonaerenses

A lo Massa, Vidal quiere ser la garante de la gobernabilidad de Kicillof

La gobernadora saliente pretende pedirle a Kicillof lugares estratégicos de poder que le “corresponden a la oposición”. El poder de fuego que puede tener si es que Cambiemos no sufre rupturas en la Legislatura. La llave para destrabar leyes.


En el preciso momento en que María Eugenia Vidal le entregué el bastón de mando a Axel Kicillof comenzará un camino en que hace muchos, pero muchos años, era desconocido: el ser opositora. El andar de la gobernadora no será fácil, su camino está lleno de obstáculos, sobre todo internos, producto de su derrota en las elecciones. Pero el objetivo de “Mariú” es claro: no pretende sentarse de brazos cruzado y alejarse de la política, todo lo contrario. Más allá de cuál sea el oficio o trabajo que ejerza, apuesta a ser protagonista del tablero político bonaerense, con miras a una candidatura para diputada nacional en el 2021. Para eso, diagrama lo que será su rol los próximos dos años y piensa en posicionarse como la “garante de la gobernabilidad” de Kicillof, al igual que Sergio Massa hizo con su gobierno durante 2016 y 2017. ¿Cuál es el sendero que debe transitar Vidal para posicionarse como la referente de la oposición? El primer peldaño que debe subir es algo que todos los políticos, tras una derrota, deben sufrir: los cuestionamientos y rebeliones internas. La actual mandataria (más allá que se conserva una alta imagen positiva, aunque opacada por su fracaso electoral) tendrá que mostrar una buena cintura política y capacidad de liderazgo para calmar las agitadas aguas en Cambiemos y el surgimiento de voces que quieren tomar la posta. El karma de la derrota.

Los primeros cuestionamientos, como ya se dijo en la anterior columna, surgen de la propia tropa que antes no cuestionaba ni una palabra a Vidal, que estaba sentada en el Sillón de Dardo Rocha con un poder casi intocable. El primo de Mauricio Macri, Jorge Macri, intendente reelecto en Vicente López y titular del PRO bonaerense, ya mostró sus viejos deseos de convertirse en un referente dentro de Cambiemos y fantasea con una candidatura a gobernador en el 2023. Jorge Macri pretende ser la cabeza de los intendentes con más poder territorial, algunos juegan con él y hasta le responden, otros lo miran con recelo. Pero no solo de un “PRO puro” vienen las rebeliones, desde el radicalismo bonaerense, tras años de sentirse “ninguneados” y “de segunda”, los intendentes ya avisaron que las decisiones no son más exclusivas de Vidal y su mesa chica, y que si se pretende que Cambiemos sobrevida como espacio político, los boina blanca tienen que tener “poder de decisión real”. Para eso, tanto PRO como radicales no están dispuestos a una Vidal como única portavoz de la oposición a Kicillof y quieren formar una “mesa política horizontal”, donde alcaldes y legisladores decidan el consenso, junto a la gobernadora saliente. El nuevo reparto.

Desde el vidalismo son conscientes del nuevo escenario. Por un lado saben que el 38,39 por ciento logrado en las elecciones, es un caudal importante de votos a la hora de negociar. “Los votos son de María Eugenia”, repiten, pero no quieren más chispazos de lo normal y están dispuestos a aceptar una “mesa horizontal” de decisiones. Vidal, intendentes y jefes de bloque de Diputados y Senadores, serán los que compongan esa mesa. En el frente interno, si Vidal logra conservar la unidad (más allá de algunas fugas previsibles y normales tras una derrota, sin que lleguen a ser masivas), puede ser la figura más relevante de un bloque de 43 diputados, a un solo escaño de los 44 que tendrá el Frente de Todos y de 26 senadores, sobre 20 que va a tener el oficialismo a partir del 10 de diciembre. Como primer desafío, Vidal y los intendentes del PRO y la UCR van a negociar quiénes serán los titulares de bancada y demás lugares de poder. En principio se puso sobre la mesa la continuidad de que en el Senado sea un vidalista y en Diputados un radical. Por ahora, si es que no asoman discrepancias, mantendrían sus puestos el senador, Roberto Costa y el diputado, Maxi Abad. El reordenamiento del frente interno.

Una vez que el frente interno esté reordenado, Vidal piensa ir a negociar con Kicillof por los puestos de poder que “tradicionalmente le corresponden a la oposición”. En Diputados, pretende no ceder y quedarse con la Vicepresidencia de esa Cámara y convalidar la “doble firma” (cualquier expediente que salga tiene que tener la firma del presidente y el vicepresidente). Ese mecanismo que alguna vez quiso eliminar la gestión vidalista, ahora se transforma en un recurso de poder y caja de cara al armado futuro. Sobre ese plano, Vidal también le pedirá a Kicillof lugares estratégicos del Consejo de la Magistratura, la Defensoría del Pueblo, el directorio del Banco Provincia, el Grupo BAPRO, el Instituto de Previsión Social (IPS), entre otros. El éxito de negociación y el reparto que haga puertas para adentro, le permitirá a Vidal posicionarse o no como la referente opositora, más allá de su figura pública y de los votos que tuvo. Primeros objetivos.

En principio, Vidal busca trazar un escenario similar al que Sergio Massa diagramó en 2015 y que le permitió por dos años ser el “dueño de la llave” para destrabar las negociaciones en la Legislatura, o como Martín Insaurralde y el “bloque de los Intendentes” durante el 2017 y hasta este 2019. Cabe recordar que el tigrense y su bloque de legisladores del Frente Renovador se convirtieron en los “garantes de la gobernabilidad” del gobierno vidalista, pero sustentados en un “pacto de gobernabilidad” que el propio Massa selló con Vidal. Eso le permitió al tigrense obtener jugosos lugares de poder y hasta sentar a Jorge Sarghini en la silla de la presidencia de Diputados. La situación de Vidal es distinta, si bien puede posicionarse como la “garante de la gobernabilidad” de Kicillof, es casi imposible que ambos sellen un acuerdo. Lo más probable es que Kicillof, Verónica Magario y el peronismo apunten a fracturar Cambiemos, diversificar las mesas de negociaciones y restarle poder a la gobernadora saliente. De todas formas, si es que Cambiemos implosiona y surgen bancadas del PRO y la UCR por separado, como adelantó esta columna hace meses, Vidal tuvo la habilidad o la visión para armar las listas legislativas con nombres que responden directamente a ella. Su poder legislativo seguirá con fuerza. ¿Cuál será el posicionamiento de Vidal en su búsqueda de ser la “garante de la gobernabilidad” de Kicillof? ¿Ejercer un “opoficialismo” como Massa, o una oposición colaboracionista como Insaurralde y los intendentes peronistas?.-

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