martes 19 de marzo de 2024 - Edición Nº3650

Panorama Bonaerense | 19 nov 2019

Bitácoras bonaerenses

Vidal, el desafío de Jorge Macri y los radicales que piden pista

El primo presidencial e intendente de Vicente López avanza inexorablemente en terminar de lacerar el rol de la Gobernadora bonaerense como principal figura opositora en los inminentes tiempos del Frente de Todos a cargo del poder. La UCR en formal rebeldía. 


Tener el boleto picado en política es una de las cosas que más cuesta aceptar. Saber que el poder se va despidiendo y que el trono espera otro dueño es una realidad chocante. Todos los gobernantes pasaron alguna vez por esta difícil situación y ahora el turno es para María Eugenia Vidal, gobernadora saliente y la más derrotada de las elecciones del 27 de octubre. Faltan 21 días para que el 10 de diciembre le entregue el bastón de mando a Axel Kicillof y con ello comience a transitar el complejo y desconocido sendero de la oposición. Pero a MEV los problemas le llegaron antes siquiera de entregar la llave del poder bonaerense, a los pocos segundos de ratificarse su derrota en las elecciones generales en manos del candidato del Frente de Todos, los primeros cuestionamientos, rebeliones y planes con ella bajada del pedestal, comenzaron a trazarse en varios despachos del PRO y la UCR bonaerense. No solo en el terruño bonaerense cuestionaron el liderazgo de Vidal a la hora de ser oposición, desde la Casa Rosada, con el aroma a viejas internas que nunca se saldaron, le enrostraron “haber bajado los brazos” antes de tiempo después de las duras derrotas en las PASO y le avisaron que Mauricio Macri, envalentonado con el 40 por ciento de las generales, no tendrá su jubilación política como el vidalismo venía proyectando. La encerrona a la figura de Mariú.

Las internas y recelos del PRO no tienen nada que envidiarles a las del peronismo. Incluso: son más feroces, más tensas. Eso lo saben muy bien el todavía jefe de Gabinete de Macri Marcos Peña, y Vidal. Con menos nafta que en el escenario nacional-provincial, en la provincia de Buenos Aires, Vidal también tiene “enemigos internos”. No se trata solamente de Emilio Monzó y su tropa que espera paciente el momento de saldar cuentas, una vez que Vidal deje de ser gobernadora. Este rival viene de las entrañas propias del PRO. Desde que Macri confirmó que Vidal sería la candidata a gobernadora por el PRO, allá en febrero de 2015, el primo del actual presidente, Jorge Macri, masticó broncas. El intendente de Vicente López, que acaba de ser reelegido por su tercer mandato consecutivo, siempre soñó con ser candidato a gobernador del partido amarrillo. En su intimidad siempre recuerda que fue él, el defensor del PRO en la ´provincia en “sus peores tiempos”. Pero la realidad lo superó y su primo bendijo a Vidal como candidata en 2015, por una simple y gran razón: ella medía y él no. Con resquemor, Jorge Macri comenzó una guerra subterránea con la entonces foránea María Eugenia. Incluso, tras la victoria ante Aníbal Fernández, en plenas conjeturas sobre el gabinete vidalista, mandó a esparcir que iba a ocupa el cargo de Jefe de Gabinete. Vidal no hizo caso a los mensajes, primero optó por no tener la figura de Jefe de Gabinete en sus inicios de mandato, pero después, cuando la recreó, puso a su mano derecha, Federico Salvai, a mando de esa área. Ese clima de tensión cesó a mediados de 2016, para posicionarse a los rivales internos de Nación (Emilio Monzó, Rogelio Frigerio y Marcos Peña), que querían empezar a injerir en la política bonaerense. La unidad ante el espanto.

El 2019 trazó un nuevo escenario y la figura de Vidal se vio devaluada por la dura derrota en las elecciones. Jorge Macri no perdió el tiempo. La semana posterior a las elecciones de octubre mandó un mensaje más que claro sobre este tablero. Se reunió con su primo Mauricio en La Rosada, limó asperezas y lo ubicó como “el líder indiscutido de la oposición” al Frente de Todos, contrario al plan que Vidal y su tropa. En su andar, el alcalde de Vicente López comenzó a hablar más seguido con los intendentes ganadores del PRO, para transmitirles sus ideas y dejar en claro que se viene un tiempo donde los intendentes y legisladores estarán sentados en la mesa de decisiones de Cambiemos. “Este es un espacio donde ya no hay una gobernadora que nos represente a todos”, dijo tajante el alcalde de Vicente López, el 31 de octubre. Los cortocircuitos siguieron con más claridad, Vidal encabezó una última Reunión de Gabinete Ampliado en el SUM de Gobernación este 13 de noviembre, como parte de su estrategia de contención y posicionamiento de liderazgo de cara al futuro inmediato. Asistieron legisladores e intendentes bonaerenses, además de ministros y funcionarios provinciales, como los ministros nacionales Hernán Lacunza (Hacienda) y Carolina Stanley (Desarrollo Social). Pero el gran ausente fue Jorge Macri, quien en esos momentos estaba reunido con su primo Mauricio en la Quinta Presidencial de Olivos. El comentario de los presentes fue general: Jorge mandaba otro mensaje de desconocimiento al posicionamiento de “Mariú”. Los resquemores que retornan.

Los radicales también hicieron oír su voz. Esta vez no están dispuestos a ser actores de reparto dentro de Cambiemos. Los intendentes y legisladores, más allá de lo premios personales que se llevó estos cuatro años el vicegobernador, Daniel Salvador, consideran que se terminó el tiempo del “ninguneo” y las “prepotencias” y llegó el tiempo de “todos somos iguales”. Por su lado, los alcaldes boina blanca, tampoco esperaron mucho tiempo y fueron a desautorizar al vicegobernador. En la cumbre realizada en el Salón Cafiero del Senado bonaerense fueron más que claros. “Ahora, estamos en igualdad de condiciones”, dijo un intendente en cuanto a su desigual relación con el PRO. “Consolidamos todas las partes de que cambió la relación de Juntos por el Cambio y de que va a haber más horizontalidad”, avisaron. En tono similar a Jorge Macri, también le marcaron la cancha a Salvador: “Más allá del personalismo, van a ser intendentes. Antes por nosotros hablaba el vicegobernador, ahora vamos a hablar los intendentes”, dijeron con claridad. Esas advertencias, hicieron que Vidal y Salvador traten de unir objetivos y posiciones conjuntas, ante los cuestionamientos de sus partidos. Los correligionarios en su nueva faceta.

Vidal y su mesa chica saben que se vienen tiempos de horizontalidad. Están dispuestos a ampliar la mesa de decisiones a los intendentes y legisladores del PRO y la UCR. Saben que el dejar el Sillón de Dardo Rocha los pone en otra situación. Pero al mismo tiempo, avisan que ese 38,39 por ciento obtenidos en las generales de octubre, es el “caudal político” que Vidal posee, como baluarte para sentarse en cualquier mesa y negociar sobre esos votos. Si bien, tanto Vidal, como Jorge Macri y en parte los radicales, sostienen que la unidad es el mejor camino y mantener la fortaleza de los bloques de diputados y senadores bonaerenses en la Legislatura, les da mayor poder de fuego, los miramientos y desconfianzas y sensaciones de un pasado reciente de “ninguneo”, hacen que ese ese escenario esté cargado de desconfianza, a tal punto, que ni al alcalde de Vicente López, como a los radicales, le importó mostrar débil a Vidal, desautorizar su figura en plena transición con el Frente de Todos y muchos, pero muchos días, antes del cambio de mandato.-

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