martes 16 de abril de 2024 - Edición Nº3678

Panorama Bonaerense | 7 sep 2020

Bitácoras bonaerenses

Septiembre, el nuevo riesgo de colapso y un horizonte incierto

La cuarentena pierde efecto con la llegada del noveno mes. Sin embargo, los casos crecen día a día, junto a los fallecimientos por coronavirus. Vuelven los cortocircuitos entre Provincia y Ciudad. Un escenario complejo.


Septiembre siempre trae buenas nuevas, trae el fin del invierno y los días de sol con temperaturas agradables. Septiembre, ese noveno mes que muchos funcionarios bonaerenses se animaron a poner como el principio del final para la cuarentena, una cuarentena, que en el discurso oficial, ahora, dejó de existir “hace rato”. Pero, por ahora, septiembre cambió su rol preanunciado y se transforma en el mes donde el país, la Provincia y la Ciudad se encuentran nuevamente envueltos en discrepancias serias a la hora de encarar al coronavirus y, sobre todo, en un crecimiento preocupante de los contagios y los fallecimientos diarios. Septiembre no aparenta ser el mes donde la “nueva normalidad” se erija en nuestro cotidiano a la espera de la vacuna que dejará a todos más tranquilos. Al cierre de esta columna, el 4 de este mes mostró el mayor pico de casos con 12.026 positivos, y el último reporte informó que las muertes por COVID-19 estaban cerca de totalizar 10 mil. Y sobre esto, hay que tomar en cuenta el alerta que le trasladaron los terapistas a Alberto sobre un “riesgo del colapso de las terapias intensivas” y un agotamiento físico y psicológico de los trabajadores de la salud. El denso escenario.

Desechada la postal de unidad comunicativa y de acción que supieron mostrar hasta el 28 de agosto del tridente de porteños que gobiernan Nación, Provincia y Ciudad, el escenario táctico sobre el coronavirus tuvo una obvia trifurcación. Alberto Fernández repite molesto que “no hay más cuarentena” y su gestión ahora está enfocada en las medidas de cara a la recuperación y la pospandemia. Horacio Rodríguez Larreta apela a plasmar lo que siempre fue su objetivo y la Ciudad de Buenos Aires va acelerando las aperturas, como la habilitación a los gastronómicos a poder atender con mesas en las veredas, que durante el fin de semana llevó a los porteños a colmar las calles. Axel Kicillof tiene el tablero más complejo, durante los últimos días los récord de casos en el territorio bonaerense se sumaron y el riesgo de un colapso sanitario en varios distritos del Interior está muy cerca. Sobre el siempre complejo escenario provincial, hay distritos del Conurbano que van un poco más allá de los permisos que otorga Provincia y miran para otro lado a las reaperturas que hacen distintos sectores. El caso de La Plata tuvo su protagonismo. Los gastronómicos venían negociando con el intendente Julio Garro la reapertura para el 7 de septiembre, pero desde el Ejecutivo bonaerense rechazaron esa posibilidad ante los récords de casos sucedidos. Sin embargo, en las calles platenses -este fin de semana- se pudo ver varios bares y restaurantes atendiendo con las mesas en las veredas al “estilo porteño”. La misma postal tuvieron distritos oficialistas como Lomas de Zamora y Almirante Brown. En columnas anteriores ya se ha mencionado sobre el agotamiento de la cuarentena y la “flexibilización de hecho” que la ciudadanía hace al aislamiento, algo que es reconocido en reuniones privadas de Kicillof con ministros e intendentes. La “nueva normalidad” de hecho.

El escenario suma complicaciones, de la mano del noveno mes y los días que avisan que la primavera está cerca. Miles de bonaerenses en el Conurbano salen a plazas, parques y paseos de compras, muchos incluso sin ninguna protección. En lo discursivo, la primera plana de Gobernación emula a Alberto y vuelve a hablar del “botón rojo” que derive en un retroceso de fase para bajar los contagios. Sin embargo, puertas para adentro, en la platense calle 6 saben que esa opción no tendría efecto en una población que por necesidad o agotamiento le “perdió el miedo al coronavirus”. Mientras tanto, el alejamiento táctico que se plasmó entre Provincia y Ciudad vuelve a traer los cruces discursivos entre ambas administraciones. Mientras Kicillof habla y resalta el “trabajo conjunto y contacto permanente” con Larreta y los intendentes de Juntos por el Cambio, la versión alarmista y dura de su gabinete, el ministro de Salud Daniel Gollan salió a cuestionar duramente la decisión de Jefe de Gobierno Porteño de habilitar a los gastronómicos la atención en veredas. “Aumentar la circulación es aumentar los casos (…) Cuando uno juega al límite y a la ruleta rusa, el riesgo es muy grande”, dijo este domingo. Dato no menor, el funcionario provincial, que para muchos representa el ala de los halcones de la cuarenta, contradijo a Alberto al decir: “Mientras haya un sector de la sociedad al cuál se le esté vedando hacer algún tipo de actividad, hay cuarentena”. Las tensiones entre Provincia y Ciudad parecen volver al ruedo. El muro invisible sobre el AMBA bonaerense y el AMBA porteña.

Por si faltara poco para este septiembre cargado de incertidumbres y no buenas noticias, la grieta cada vez cobra más protagonismo. Los sectores radicalizados del Frente de Todos y Juntos por el Cambio apelan al juego de la grieta para dirimir sin solución real cualquier tipo de conflictividad social dentro de esta pandemia. Pese a este ya recontra usado mecanismo, surgieron problemáticas a las cuales el oficialismo tuvo que optar por la versión ortodoxa del peronismo (muchos dirían el “efecto Berni”). En cuanto a la inseguridad que nuevamente trae escenas de violencia creciente en el Conurbano y por la toma ilegal de tierras, tanto Alberto y Kicillof tuvieron que alejarse un poco del progresismo y salir a decir que las “tomas son ilegales” y a enfocar con rigidez el problema de la seguridad. La ecuación no es muy difícil, la pandemia y el efecto cuarentena están generando efectos severos sobre la economía de las clases medias y medias bajas, con el aumento importante de la pobreza. La presión de los intendentes del peronismo también fue fundamental. El malhumor social es evidente y mirar para otro lado sobre las dos problemáticas mencionadas sería un paso en falso que puede traer consecuencias. Los dilemas son varios en el corto plazo. Si esta semana que comienza los casos siguen mostrando récords, ¿habrá lugar para un anuncio de retroceso de fase para el AMBA bonaerense? Hoy, con los timones porteño y bonaerense apuntados en distinto rumbo, es muy difícil pensar solo en nuevas restricciones en la Provincia sin la misma medida en la Ciudad.-

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