Clausuran depósito de comestibles y bebidas por condiciones sanitarias “deplorables”

CAPITAL FEDERAL, Noviembre 16 (ANDigital) El Gobierno porteño clausuró un depósito de comestibles y bebidas en condiciones sanitarias deplorables, cuya situación fiscal registraba una evasión anual calculada en al menos un millón de pesos en Ingresos Brutos y que podría ser un eslabón de una red de sociedades anónimas en condición similar.

El procedimiento se llevó a cabo en Paracas 13 esquina Caseros, local que funciona como depósito de mercaderías de la razón social “Radisol S.A”, en el marco de las acciones que viene realizando el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires “para velar por la calidad de los alimentos que llegan a los vecinos”.

Estuvo a cargo, en forma conjunta, de agentes del área de Higiene y Seguridad Alimentaria; Obras; Fiscalización y Control de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) y personal de la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP).

Como parte de la investigación sobre redes de comercialización en negro que desarrolla el Gobierno porteño a través de la AGIP en su lucha contra la evasión, se detectó un depósito desde el cual se distribuían los alimentos y bebidas que se expenden en los puestos de la estaciones terminales de ferrocarril.

Los inspectores de Higiene Alimentaria encontraron:

•Falta de higiene consistente en la presencia de abundante material fecal de roedores en el depósito.

•Cúmulo de elementos en desuso ajenos al sector depósito de alimentos.

•Personal sin libreta sanitaria al momento de la inspección.

•Se decomisaron más de 300 kilogramos de mercadería en condiciones de acopio que generaban un riesgo para el consumo por romper la cadena de frío.

Pero además, agentes de Fiscalización y Control de la AGC constataron que no se exhibió constancia de habilitación, ni de inicio de trámite y el sistema contra incendios no funcionó correctamente.

Además, el depósito carecía de luces de emergencia y falta de señalización de medios de salida, falta de ventilación reglamentaria en oficinas, no se exhibió certificado de desratización y desinfección y tenía cinco equipos de matafuegos vencidos con tarjeta del año 2006.

Los agentes detectaron también que el lugar no posee plano final de incendio aprobado por bomberos y tiene obras no coincidentes con los planos aprobados, entre otras faltas.

En cuanto al tema fiscal, las infracciones fueron el resultado de la inteligencia realizada sobre las declaraciones juradas de algunas de las empresas líderes del rubro alimentación, en las cuales estos distribuidores adquirían buena parte de sus mercaderías.

Así, se detectó que los montos de la mercadería adquirida no guardaban relación alguna con los que el distribuidor allanado declaraba ante el fisco porteño para tributar el impuesto sobre los Ingresos Brutos.

Los evasores realizaban una declaración a medida de las percepciones reales (o ficticias) retenidas por las empresas vendedoras en su condición de agentes de recaudación (o no) y casi no pagaban impuestos, a pesar de que sólo el monto de sus compras en insumos para vender luego en los kioskos, estaba en el orden de los 3 millones de pesos mensuales.

El depósito también evadía el correcto pago del ABL, ya que estaba empadronado como terreno, y tampoco se exhibió el pago de sellos que debería haber correspondido por el alquiler del lugar. La sociedad no tiene bienes a su nombre. Se está investigando la condición fiscal de los kioskos que se proveían de este distribuidor.

La persona que estaba a cargo del lugar se negó al acceso de los funcionarios, por lo cual fue necesaria la intervención de la fuerza pública durante el allanamiento. (ANDigital)