

Tal y como lo había adelantado ANDigital, este lunes declaró Iván Alejandro Fontán, el joven de 27 años acusado de homicidio tras arrojar el artificio pirotécnico durante el recital de La Renga en abril de 2011. El imputado reconoció ante los jueces que tiró el proyectil pero que no quiso herir a nadie. El próximo miércoles 27, las 13, se leerá la sentencia.
LA PLATA-BUENOS AIRES (ANDigital) Con la declaración de Iván Fontán, se abrió este lunes en la Sala B del Fuero Penal de La Plata la última audiencia de debate que busca esclarecer la muerte de Miguel ‘Keko’ Ramírez, ocurrida a principios de mayo del año 2011 en el Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero. El triste desenlace fue tras ser herido días antes con una bengala durante un recital de La Renga.
El imputado hizo uso del derecho que le asiste a defenderse y declaró ante los jueces que integral el Tribunal Oral y Criminal II de La Plata, compuesto por Claudio Bernard, Silvia Hoerr y Liliana Torrisi.
En su relato, Fontán reconoció que en primer término quería llegar al recital de La Renga viajando en avión, pero debido al mal clima debieron trasladarse en automóvil y que antes de partir desde la localidad de Ingeniero White pasaron por la casa de Mario Gobbi, uno de los amigos que lo acompañaría al show y de cuya casa se llevaron una bengala náutica.
Fontán relató que el sábado 30 de abril de 2011 llegaron temprano al autódromo Roberto Mouras de La Plata y que tras ocultar el proyectil en su manga logró pasar un cacheo. En su testimonio, aportado este lunes, negó que haya existido una discusión con Gobbi quien según dijo le habría advertido sobre el riesgo de lanzar el fuego de artificio porque “había mucho viento y podía lastimar a alguien”.
Luego indicó que esa discusión no existió y que su acompañante dijo eso ante los jueces para excusarse y “no tener ningún problema legal porque él fue quien tenía la bengala en su propia casa”.
Además, recordó que en ese entonces era común ver bengalas en el recital del grupo La Renga y que como nunca había tenido el gusto de lanzar alguna, decidió hacerlo por primera vez. Reconoció haberla arrojado e indicó que “en lugar de salir hacia arriba, salió hacia un costado cayendo en la parte delantera del escenario”.
El acusado remarcó que al no haber arrojado nunca una bengala, decidió tirar una náutica ya que a su modo de ver era la menos peligrosa de todas. “Con las de mano puede haber contacto con las personas de al lado, mientras que con estas hay menos riesgo ya que salen hacia arriba y al consumirse bajan en un pequeño paracaídas”, justificó.
Agregó que tras el lanzamiento algo salió mal y que se quedó con un tubo descartable en una de sus manos. Tras ver que cayó entre la gente, dijo se quedó “mal”, pero que el recital continuó su curso y que había otros elementos pirotécnicos como cañas voladoras o los conocidos “tres tiros” que también fueron lanzados no solo esa noche ,sino que desde que sigue al grupo La Renga, es decir hace 14 años.
“Cuando volvíamos del recital me preguntaron por qué estaba callado y les contesté que fue porque me encontraba preocupado ya que la bengala había salido mal, con otra trayectoria”, reveló Iván.
En tanto, indicó que se enteró el miércoles 4 de mayo de 2011 que había una persona herida por el impacto de una bengala y que pensó que pudo haber sido por el proyectil que arrojó.
Y también que fue por eso que le envió un mensaje de texto a uno de los productores del grupo La Renga, es decir para evitar que se sindique a la banda como responsable. “Yo me hice cargo de lo que arrojé, incluso pedí comunicarme con los familiares del herido”, contó Fontán ante los magistrados.
Ante la pregunta de Gustavo Avellaneda, abogado defensor de Fontán, el acusado indicó que al momento de arrojar el proyectil no estaba encima de ningún baño químico tal y como lo dijo el testigo Leonardo Garay en sus dos declaraciones (de instrucción y juicio), y que estaba ubicado en el campo, es decir como cualquier espectador.
Por último, indicó que el mecanismo de lanzamiento para ese tipo de bengalas era muy sencillo y que tras leer las instrucciones y escuchar a su amigo Mario Gobbi cuando explicó cómo deben lanzarse ese tipo de elementos, Fontán se dio cuenta de que resultaba ser algo sencillo, que con tirar de una cuerda se lanzaba hacía arriba sin mayores complicaciones.
El pedido de la fiscal: 20 años de prisión
Silvina Langona es la titular de la fiscalía de juicio 7 del departamento judicial La Plata. Durante el debate sostuvo la acusación contra Fontán entendiendo que debe ser condenado a 20 años de prisión por el delito de homicidio con dolo eventual. Fue ese el pedido que este lunes le hizo a los jueces del Tribunal Oral y Criminal II.
Para Langone, Fontán tuvo intención de causar un daño, la funcionaria judicial valoró el testimonio del testigo Mario Gobbi cuando ante las preguntas del Tribunal II durante el debate dijo que le advirtió al acusado sobre el peligro de arrojar esa bengala.
También valoró como agravante que el imputado evadió un cacheo con el proyectil oculto en una de las mangas. No obstante, Langone indicó como atenuante que el imputado no posee antecedentes pero entiende que hubo una planificación y que esperó a que se apaguen las luces para lanzar la bengala ya que eso lo favorecía debido a que le brindaba un total anonimato entre la gente.
Defensa: Absolución o delito culposo
Tras el descargo de Langone, expuso el letrado que defiende a Fontán, Gustavo Avellaneda. Solicitó la absolución de su cliente entendiendo que no ha acreditado que el proyectil que reconoció haber lanzado fue el que efectivamente impactó en Miguel ‘Keko’ Ramírez.
Señaló que según los elementos colectados durante la instrucción y debatidos en el juicio, no hay nada que acredite la autoría de Fontán como responsable de homicidio culposo contra la víctima.
De hecho en la inspección ocular que al fiscal Virginia Bravo hizo días después del hecho en el autódromo Roberto Mouras no se secuestró ninguna bengala náutica.
Avellaneda señaló que el testimonio de Leonardo Garay, el primero de los declarantes en juicio y cuyo relato fue valorado en la instrucción como veraz, no es cónstese ya que ubicó a Fontán arriba de los baños químicos y lanzando una caña voladora gigante.
Nada de eso pudo ser probado y su testimonio se cae ya que la descripción del acusado que dio a conocer este testigo, no coincide con los rasgos físicos de Fontán.
“Esta persona dijo que se trataba de un joven de pelo oscuro que estaba encima de los baños químicos. Cuando en realidad no tiene ese rasgo mi cliente y en el recital Iván no estaba en el lugar que Garay indicó; además su reconocimiento en rueda está contaminado, pues reconoció haber visto la imagen del acusado en distintos medios de comunicación”, señaló Avellaneda, desestimando la versión que dio el testigo.
Además, la Cámara de Apelaciones y Garantías puso en duda esta declaración porque el mismo Garay dijo que la persona que vio tenía una remera roja, cuando Fontán en verdad vestía una de color gris.
Otro de los elementos que formó parte del alegato de Avellaneda para pedir la absolución de su cliente, fue el de remarcar que en los recitales de La Renga era común el uso de bengalas y que el imputado siguió las instrucciones que se indican para su lanzamiento.
Agregó que conforme al testimonio del experto Gustavo Bidone quien conoce en profundidad las características de las bengalas, quien tenga contacto con una náutica sufrirá graves quemaduras. Esto es porque llega a alcanzar cientos de grados. “Nadie tocaría con su mano la pava de su casa hirviendo”, dijo el especialista el primer día de debate ante la consulta de las partes.
En su alegato, Avellaneda invocó dicho testimonio para contrarrestar lo expuesto por uno de los hermanos de la víctima quien señaló que al ver a Ramírez con un proyectil en su cuello pudo removerlo con sus manos sufriendo leves quemaduras.
En su descargo, el letrado que defendió a Fontán invocó en el juicio dos antecedentes de muertes por el uso de bengalas: uno en cancha de boca ocurrido en 1983 y otro en el año 1992 en Mundo Marino, ambas víctimas murieron en el acto.
Según publica el sitio www.dia32.com.ar los hechos fueron los siguientes:
Cancha de Boca (1983)
La primera víctima registrada por el mal uso de las bengalas se llamaba Roberto A. Basile. Tenía 26 años, hincha de Racing. Estaba en la tribuna visitante de la Bombonera esperando que empiece el partido, la noche del 3 de agosto de 1983, cuando desde la cabecera local una bengala marina se le clavó en el cuello y le dio muerte. Otro hincha que intentó ayudarlo perdió un ojo. Exhalaba fuego por la boca y la nariz. El árbitro, Teodoro Nitti, no suspendió el juego. “Si no, es peor”, explicó.
Se inició una causa y dos hinchas terminaron condenados por homicidio preterintencional (artículo 81, inciso b, del Código Penal). Dicha figura sanciona a quien “con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de alguna persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte”, (citado de caso “Bragagnolo”).
Parece que la triste anécdota sólo sirvió para inspirar la canción del Flaco Luis Alberto Spinetta “La bengala perdida”.
Mundo Marino (1992)
En 1992, el acuario de espectáculos “Mundo Marino”, ubicado en la localidad de San Clemente del Tuyú, se vio envuelto en una tragedia similar. El sábado 18 de abril, a las 18.20, Lorena Martínez, su hermano Emiliano y sus padres -Jorge y Ana María- estaban haciendo la cola para entrar al show “Castillo Fantástico”. En ese momento, el animador del parque acuático disparó una bengala para “llamar a un superhéroe”. Pero la varilla, en vez de desintegrarse en el aire, desvió su trayectoria y, sin darle tiempo a nadie para reaccionar, se clavó en el cuello de Lorena, quien murió minutos después.
Avellaneda señaló que teniendo en cuenta estos dos antecedentes, en caso de que Ramírez hubiese sido alcanzado por la bengala que lanzó Fontán: “Hubiese muerto en el acto y no días después”. Además indicó que en el Hospital de Melchor Romero pudo haber una mejor atención si a Ramírez se le realizaba una tomografía de cuello con la que se detectarían los daños en la zona del cuello. Esta herida se agravó y generó deficiencias respiratorias que terminaron con el deceso cerebral de “Keko”.
Otro de los argumentos esgrimidos por la defensa para rebatir la acusación de la fiscal apuntó a que Fontán se responsabilizó tras el hecho luego de conocer que una persona resultó herida. Lo hizo enviándole un mensaje de texto a uno de los productores del grupo La Renga.
Por último el letrado indicó que “nadie acreditó la posición exacta en la que se encontraba Fontán. Al momento del hecho hubo otro lanzamiento de un proyectil en simultaneo, que bien pudo haber sido ese el que golpeó a Ramírez, es decir una caña voladora gigante”.
Por todo lo expuesto Avellaneda pidió la absolución total para su cliente y se apoyó en el dictado de la Cámara de Apelaciones y Garantías que le dio la libertad al acusado por falta de mérito luego de estar cincuenta días detenido, fue por eso que el acusado llegó al debate en libertad.
No obstante, el letrado le pidió al TOC II que en caso de dictar un veredicto condenatorio contra Fontán que lo haga modificando la calificación a culposa. El veredicto y sus fundamentos se darán a conocer el miércoles 27 de mayo a las 13. (ANDigitial)