viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

Policiales y Judiciales | 29 jul 2019

Vejaciones en Merlo

Piden 22 años para preceptora y profesor que armaban tríos sexuales con alumnas

Se trata de María Julia Asselborn y de Luis Gabriel Sili. Están acusados de abusos reiterados en 2015 en la Escuela Secundaria Nº 20 de Luján. Ninguno de los acusados negó los hechos, que ocurrieron en Merlo, pero dieron sus particulares explicaciones. Los detalles.


MORÓN-BUENOS AIRES (ANDigital) Uno de esos casos que generan profunda indignación está por resolverse en los Tribunales de Morón, ya que el 12 de agosto venidero se conocerá la sentencia contra la pareja conformada por la preceptora María Julia Asselborn y el profesor Luis Gabriel Sili, quienes enfrentan un pedido de 22 años de cárcel de la fiscal que investigó el hecho, Daniela Barroso, por haber realizado tríos sexuales con dos alumnas de la Escuela Secundaria Nº 20, de Luján, donde ambos trabajaban.

Si bien el trabajo de los acusados, y la concurrencia a clases de las menores se daba en Luján, los hechos se juzgan en Morón porque los abusos se cometieron en la casa de Sili, en Merlo, durante el año 2015, aunque recién ahora fueron a debate oral y público en el Tribunal Criminal Nº 6, a cargo de los jueces Andrea Bearzi, Alejandro Rodríguez Rey y Cristian Toto.

Existe una tercera víctima, por quien en un principio la justicia les imputó su rapto, que logró escapar de la puerta de la casa de los acusados, pero eso no pudo ser probado en el juicio, con lo cual se retiró ese cargo.

De acuerdo a lo informado por Primer Plano Online, la Fiscalía pidió condena para la preceptora y el profesor por considerar que ambos incurrieron en el delito de “promoción de la corrupción de menores agravado por ser el autor encargado de su educación o guarda, en concurso ideal con el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado”; y hay al menos dos casos que fueron debatidos en el juicio por los que se los acusa: son los de las chicas cuyas iniciales se conocieron como EMS y LV, mientras que MDR fue la denunciante original de las aberraciones, aunque fue quien logró escapar de la puerta de la vivienda de los abusadores.

Tal vez lo más llamativo del juicio es que ninguno de los dos imputados negó los hechos, pero los justificaron a su manera: mientras Asselborn justificó su actitud en razón de que era víctima de violencia de género por parte de su pareja, y por eso accedía a convocar a las chicas a participar de los encuentros sexuales, Sili reconoció haber estado con ellas, pero negó conocer que eran menores de edad y habló de “relaciones consentidas”.

Una de las denunciantes manifestó en el juicio que la preceptora le dijo que tenía que tener relaciones sexuales con su pareja (Sili), porque si no éste le haría algo malo a su hija. La joven accedió, diciendo “cómo no la voy a ayudar”. Ingresó en la casa, que era un monoambiente, donde sufrió todo tipo de vejaciones y luego narró que le “arruinaron la vida”. De hecho, reveló que tras lo ocurrido la dejaron a dos cuadras de su casa, y que ese día tuvo que tener relaciones con su novio “sin decir nada”. “Calladita la boca”, describió que le había dicho Asselborn, en tono amenazante.

De acuerdo al relato de las jóvenes, a Asselborn la tenían como “una preceptora copada, que podía sacar las faltas, corregir las notas, que se ponía del lado de los alumnos”, captando de esa manera la atención de las chicas, a quienes incluso les contaba sus peleas e intimidades.

Ambas chicas sufrieron intentos de suicidio tras los hechos: una de ellas tomó un frasco de pastillas y la otra fue encontrada por su prima, en el baño, con una cuchilla, a punto de lastimarse.

“Acceder no es consentir, de ningún modo”, aclaró la fiscal Barroso en su alegato, y argumentó que “ambos deben responder por afectar los valores de las menores, y los actos llevados a cabo por ambos lo ha producido. Son actos idóneos, la penetración a ella, luego de la penetración de su preceptora, tanto vaginal como también anal. La corrupción está dada por los actos idóneos para… no importa si logra el fin, todo fue idóneo para corromperlas”.

En la audiencia previa al fallo, ambos imputados –quienes se encuentran con prisión preventiva desde 2015– pidieron hacer uso de la palabra ante el Tribunal. La preceptora señaló que “hace cuatro años que estoy detenida, mi hija me está esperando y, más allá de que no están las víctimas, pido perdón por lo sucedido”. Sili, por su parte, se declaró inocente de los delitos que le imputan y pidió “que se haga justicia”.

Las defensas de ambos acusados pidieron su absolución pero con fundamentos distintos. En el caso de Asselborn, el abogado Hugo Oberti solicitó que quede libre de culpa y cargo “puesto que hubo consentimiento” en la relación con las denunciantes. “No veo dónde está el abuso si fue más de una vez”, expresó, y esgrimió que “las víctimas se han desarrollado sexualmente sin inconvenientes”.

En el caso de Sili, el defensor Sergio Javier Hernández también solicitó la absolución y la inmediata libertad, aunque reparó en que, si los jueces no lo comparten, sea condenado por estupro (un delito sexual que se produce cuando una persona, generalmente mayor de edad, mantiene relaciones sexuales con una persona de entre 12 y 18 años prevaliéndose de superioridad, originada por cualquier relación o situación), pero sólo para uno de los hechos que le imputan. “La voluntad (de las víctimas) no se vio viciada”, señaló el letrado, al tiempo que reveló que, por la calificación legal que le imputan, “ha tenido una vida carcelaria complicada” desde que está con preventiva, alojado desde finales de noviembre de 2015 en San Martín, mientras que Asselborn está en el Penal de Magadalena. (ANDigital)

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