Orquesta de Cámara en la cárcel: “La música es su momento de libertad”

SAN ISIDRO-BUENOS AIRES (ANDigital) El juez de Ejecución N° 1 de San Isidro, Alejandro David, mentor de la primera Orquesta de Cámara establecida en una cárcel, ponderó la necesidad de encarar “tareas productivas” en las unidades penitenciarias, a los fines de lograr una eficaz reinserción social.

“Hace mucho tiempo que trabajo con cuestiones vinculadas a la cárcel y desde siempre se ven tareas improductivas. Tener a un recluso haciendo barquitos de fósforos durante años o artesanías que nunca van a poder vender es lo mismo que nada. No pueden vivir de eso cuando salgan”, grafica el magistrado en diálogo con ANDigital.

En torno a la génesis de su proyecto, reseña: “hace más de diez años, leyendo una revista de los diarios de los domingos, el maestro Gustavo Dudamel, director de la Filarmónica de Los Ángeles, hablaba de su carrera como egresado del programa Orquesta-Escuela que hay en Venezuela. Me pareció genial y empecé a investigar. En el país por ejemplo hasta el 2015 había más de 130 escuelas de este tipo”.

“En los últimos cuatro años se dieron de baja muchas y otras fueron sostenidas por municipios y sociedades de fomento. Pensé que esto adaptado a la cárcel podía ser muy bueno. Mi idea era que se aprendiera música y además armar un taller de luthiers para hacer y arreglar instrumentos, lo cual quedó todo listo para concretarse antes de la pandemia y ahora esperamos retomarlo”, añade David, también saxofonista aficionado.

De todos modos, los obstáculos aparecían al momento de llevar la teoría a la práctica intramuros. “Hablando con muchos músicos, el entusiasmo se les disipaba cuando les mencionaba que la idea era dar las clases en la cárcel. Y fue en 2017, charlando con una pareja conocida doy con una profesora de música, directora de orquesta”, señala.

Más precisamente, se trataba de Carolina Wagner, de El Cordal Ensamble y presidenta de la Asociación Kodály Argentina. “Nos entusiasmamos mutuamente y armamos el proyecto para presentar en el Ministerio. Así comenzó todo. Con mucho esfuerzo logramos que se compraran instrumentos, luego de que la Fundación Espartanos donara dinero para ese fin. Finalmente, lo plasmamos en la Unidad N° 47 de San Martín, justamente allí porque es mixta y la idea es que la iniciativa sirviese para todos y todas”, enfatiza el juez, dando cuenta que “las mujeres no tienen actividades en las cárceles, el cual es un ámbito mucho más machista que cualquier otro”.

“La música que se puede hacer en la cárcel es percusión, algunas contadas experiencias de folklore, cumbia y fundamentalmente… mucho ruido”, enumera el entrevistado. Así las cosas, recordó que hace poco más de dos años “se hizo un concierto para entusiasmar a los internos”.

“Al principio no le daban mucha bolilla y luego sí se fueron sumando, con 25-30 integrantes y fue un número de Tríada Ensamble que se mantuvo estable, con el plus que la mayoría no tenía conocimiento previo y hoy por hoy ejecutan violoncello, violín y viola”, añade.

En igual tono, reflexiona: “las clases de música son su momento de libertad, cuando tocan. Tiempo es lo que tienen y que lo puedan aprovechar en algo productivo es muy gratificante. Desarrollar el conocimiento musical, que puedan perfeccionarse y continuar estando afuera ya no meramente como un entretenimiento”.

Cabe mencionar que por el momento son cuatro los profesores y la idea es que a la Orquesta también se sume personal penitenciario. El repertorio es de música clásica, aunque no se descarta incorporar música popular e inclusive ya tuvieron presentaciones fuera del penal, como ser en el Colegio de Abogados de Mar del Plata.

“Desde 2018 que comenzamos a la fecha, dio muy buenos resultados y desde el Servicio Penitenciario Bonaerense lo sienten como un logro, con el potencial de brindar herramientas a futuro”, cierra el magistrado sanisidrense.

En Hungría no se consigue

Hace exactamente un año, una comitiva encabezada por el embajador húngaro en la Argentina, Csaba Gelényi, visitaba la Orquesta de Cámara conformada por privados de libertad de la Unidad 47 de San Martín, con el fin de observar el mencionado método kodály.

Acompañado por las profesoras Katalin Hajnoczy y Zsuzsanna Graf, el alto mando diplomático participó entonces de una clase de la Orquesta “Tríada Ensamble” de la Unidad 47.

En este contexto, Gelényi se había mostrado “muy entusiasmado y muy orgulloso”, ya que es la primera experiencia de aplicación de la concepción pedagógica Kodály en el mundo.

En este sentido, dijo esperar que se replique en otros penales tanto en Argentina como en Sudamérica y también en Europa.

Por su parte, la profesora Wagner había recalcado: “me siento muy honrada de poder trabajar con este grupo Tríada Ensamble, ellos dicen que aprenden y se llevan siempre una sensación de plenitud en el corazón y para mí también es así”.

Vale precisar que la concepción Kodály se centra en las necesidades particulares del estudiante y es enseñada de manera lógica y secuencial. No hay un “método” sino una serie de lineamientos.

Las herramientas usadas según la concepción Kodály son: el solfeo relativo, sílabas rítmicas y señas musicales.

Por considerar a la voz el instrumento natural del ser humano, el maestro Zoltán Kodály preconizó la expresión del arte coral como lenguaje universal; consideró la música como parte indispensable en la formación del hombre, así es como desarrolló su metodología y logró aplicarla en todos los niveles de enseñanza. (ANDigital)