Los Kirchner vs. los Duhalde

CAPITAL FEDERAL, Diciembre 15 (ANDigital) A Néstor Kirchner no le interesa si será pingüino o pingüina en 2011, pero cree que el kirchnerismo podrá arrastrar los votos necesarios para un mandato más. “Somos la primera minoría”, dijo Cristina Fernández el 29 de junio, luego de las elecciones legislativas. Su frase se refería al nuevo mapa del Congreso, pero también dejó en claro que el Frente para la Victoria es el partido político con mejor performance.

A Eduardo Duhalde lo único que lo obsesiona es echar a Kirchner de la Provincia porque limitándole el territorio más grande de la Argentina (Buenos Aires representa el 40 por ciento de los electores del padrón nacional) tendría la posibilidad de reorganizar el peronismo bonaerense para ir luego por la conducción del PJ nacional. Este lunes, en Rosario, volvió a amenazar a su ex socio político al asegurar que será candidato si las encuestas le dan bien.

Lo mismo sucede con Hilda “Chiche” González de Duhalde, quien mira con buenos ojos conseguir una vicegobernación en 2011. Pero si bien ambas familias dicen que lograrán conseguir los principales lugares de poder, ¿quiénes están mejor en imagen? ¿Tienen posibilidades reales de alcanzar un lugar predominante en los próximos dos años?

Los Duhalde

El ex “piloto de tormentas” sabe que su 59% de imagen negativa le impediría ganar la Provincia, debido a que su imagen está muy desgastada por su paso como gobernador. Por ahora, la dirigencia le destaca la “cintura” que tuvo para manejar la coyuntura social y política para enfrentar la crisis de 2001.

Actualmente el lomense tiene menos imagen negativa que Kirchner, pero eso no le alcanza para salir airoso de una compulsa. El apoyo que ostenta Duhalde es, desde hace algún tiempo, el peronismo puro, el que no comulga con la transversalidad del patagónico, aunque carece de la adhesión popular.

También, el PJ disidente le pone sobre los hombros las responsabilidades políticas para que sea él quien saque a los Kirchner del poder, ya que fue el “Cabezón” quien los condujo a la Presidencia. “Yo traje al loco, yo me llevo al loco”, ha dicho innumerables veces.

Su esposa en cambio cree que el desgaste propio del kirchnerismo muestra el ocaso de su poder. Sostiene que rumbo a 2011 el matrimonio K no tiene chances.

Entre las especulaciones políticas, los Duhalde se envalentonan y suponen que retomarán las riendas de la conducción.

En las encuestas, el hincha de Banfield tiene una intención de voto, en una candidatura presidencial, de aproximadamente 5%, quedando entre los últimos puestos de los dirigentes que puede aspirar al Sillón de Rivadavia. Para las consultoras, el ex Presidente goza solamente de un 16% de buena imagen.

“Chiche” también tiene niveles altos de rechazo. Ella supera a su marido en imagen negativa: Según los sondeos se encuentra con un 60%. Respecto a su adhesión, apenas roza los 14  puntos.

Los Kirchner

El kirchnerismo posee entre un 25% y 30% de votos duros, que los acompañará en una próxima elección, aunque para asegurarse un nuevo mandato deberá tener una base del 38%, como mínimo.

El ex mandatario alcanza una imagen negativa que supera –por poco– los 60 puntos, y sólo un 18% lo considera un dirigente con buena imagen. Kirchner logró alcanzar índices de popularidad del 70%, pero esas mediciones eran antes del conflicto con el campo.

En tanto, la Presidenta registra menor rechazo que su marido, algo así como el 55%, mientras que su adhesión también está en niveles bajos: alrededor del 20%.

Con estos números, ni pingüina ni pingüino podrían llegar a una reelección, debido a que también ambos poseen un 65% de rechazo nacional a sus acciones de Gobierno.

La principal disputa

Los dos matrimonios quieren poseer el caudal de votos más grande del país y es el Conurbano donde aspiran a reunirlo. Es que en esa región viven alrededor de 9 millones de personas entre el primer, segundo y tercer cordón del Gran Buenos Aires.

Tanto Duhalde como Kirchner supieron alcanzar el alineamiento de los caciques en sus gobiernos, y eso es lo que quieren mantener, debido a que los poderosos intendentes del GBA mantienen fuertes bases electorales.

En los últimos meses, ambos buscan tener sus laderos y ahora los jefes territoriales analizan qué es lo que les conviene. Ellos no quieren perder su poder, y tampoco sepultar su carrera política.

“Chiche” y su marido sólo gozan del reconocimiento en las clases bajas de esa región. Lo mismo sucede con el matrimonio Kirchner, aunque Néstor consigue más adhesiones que Cristina en el Conurbano.

Respecto al interior, los K tienen altos índices negativos, mientras que Duhalde consigue mejor posicionamiento, no así su esposa.

La guerra de los matrimonios es pareja. Ninguno de los dos posee chances visiblemente mayores en un escenario totalmente cambiante. Uno busca recuperar imagen para volver a las esferas del poder central, aunque el otro pareciera que avanza con las acciones de Gobierno sin importar los costos electorales de cara a los próximos años. (ANDigital)