martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº3685

Política | 27 sep 2013

Opinión

Vamos los locos

En el fragor de las noticias electorales, escapando de ellas, el autor encontró algo que despertó su atención.


Por Fabricio Breccia (*)
Especial para ANDigital


Debo ser sincero, me ha costado muchísimo empezar a escribir esta nota, teniendo en cuenta que cualquier tema que esté por fuera de esta demencia electoral, no tendría el impacto buscado. No importa. Me arriesgo.

Con un método houdinista abordé todos los diarios y portales durante esta semana, orientando mis energías a escapar, aunque pareciera imposible, de cualquier titular que indique “campaña electoral”. Creo que mejoraría mi salud mental aislarme por momentos prolongados de las noticias de campaña.

De modo que me encontré en un pequeño rincón, casi como “un florero de castigo” con la noticia que decía “Un proyecto apunta a reducir la cantidad de internados en el Borda y el Moyano”, “el médico y las pastillas no son los únicos que proporcionan bienestar”.

Inmediatamente vino a mi cabeza la frase “Da vicino nessuno é normale”.

Este proyecto apunta a cambiar el modelo hospitalario en los centros de internación para enfermos mentales. Se calcula entre los dos hospitales alrededor de 2.000 internos y la idea es disminuir esta cifra y también el tiempo que pasan internados.

La alternativa es que existan lugares de resocialización, hospitales de día y noche, comunidades terapéuticas, trabajos por fuera de los edificios con asistentes sociales.

El proyecto lo impulsa el kirchnerismo porteño, y más allá de esto y de que quizás encuentren algunas trabas de MyM (Mauricio Macri) y su secuaz Horacio Rodríguez Larreta, muestra una gran cordura a la hora de afrontar el estado en que se encuentran los internados.

“Da vicino nessuno é normale”, la frase seguía retumbando, obligándome a indagar el porqué de su aparición. Sin muchas dificultades arribé a la biografía de Franco Bassaglia, quien es un psiquiatra italiano que impulsó en la década del 70 esta política de desmanicomialización, una transformación que implicaba el cierre de los manicomios para ser reemplazados por un tratamiento mucho más abierto y humano de los pacientes con problemas de salud mental.

Bassaglia impuso un precepto “como ciudadanos, todos tienen derecho a llevar una vida normal” idea que chocaba con una concepción anterior “todo lo que era incómodo para la sociedad era llevado al manicomio”.

De esta manera queda de lado la idea de todo loco es peligroso por eso debía ser encerrado, para dar lugar a la idea de que si la enfermedad mental es en su origen una pérdida de la individualidad, es en el manicomio donde el enfermo se perderá definitivamente.

En concreto, qué hizo Bassaglia: suprimió la terapia de shock, eliminó la separación de varones y mujeres, los pacientes participaban de las asambleas en donde se discutían los cambios; ubicó un centro de salud subiendo a una montaña, rodeado de árboles, casas pintadas de colores alegres, reposeras como miradores para observar la belleza del paisaje.

Los usuarios (dejaron de ser los locos) llegan en una camioneta al centro de atención acompañados de asistentes sociales para que además de ser atendidos por médicos y psicólogos, encuentren un espacio de recreación con diferentes actividades.

Aquí, en la Argentina, no sólo existe este proyecto mencionado al principio, sino que ya contamos con la iniciativa de La Colifata y su puesta al aire por FM 100.1, como también el Frente de Artistas del Borda (FAB), que es un espacio que produce arte como herramienta de denuncia y transformación social desde artistas internados y externados en el Hospital Borda.

Estas políticas parecen darle aire fresco a las condiciones que rodean a los internados. Brindan una posibilidad de expresión y de igualdad a la hora de establecer herramientas para las expresiones recreativas o artísticas de los pacientes, dejando atrás el viejo axioma de encerrar, aislar, esconder, olvidar, lo “anormal” de una sociedad.

En estos tiempos de campaña, donde parece que la cordura escasea porque se prohíben marchas oficiales,  se dice “pelotudo” haciendo fuerza en la t, se permite que se postulen candidatos acusados de delitos de lesa humanidad, y donde varios opositores discuten en público entre ellos, que los internados del Borda y del Moyano salgan a la calle pasará desapercibido.

Porque “da vicino nessuno é normale” (“de cerca ninguno es normal”,  frase que rezaba en una remera de un usuario italiano en el centro de atención).-

(*) Periodista. Colaborador de ANDigital.

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