martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº3685

Política | 19 mar 2014

Elecciones 2009

El campo será un severo revés para Cristina en octubre

Por Julio Torreguitart, especial para ANDigital.


Este año será mucho más duro, en lo que a lucha y conquistas para el campo se refiere. La intensa sequía que persiste sobre nuestro territorio complicó las cosechas, pero a la vez, la tozudez del Gobierno nacional en mantener tensiones peligrosas y no implementar rápidamente medidas que alivien la crisis, le ocasionará un voto bronca del sector, que puede echar por tierra sus pretensiones de mantener la hegemonía en el poder.

La actividad de Cristina Fernández de Kirchner en los últimos meses, se ha circunscripto firmemente, a apuntalar a los sectores más sumergidos y postergados en la cadena de distribución de riqueza. Descuenta que con el campo ya no podrá cambiar posturas.

Por eso, los planes canjes: primero para la clase media, con cuotas de autos que superan los 800 pesos. Más tarde heladeras, justo entrando en el verano, y ahora, la línea blanca (cocinas, calefones, lavarropas), para los hogares más humildes, aquellos que a la hora de poner el voto en las legislativas pueden recordar el gesto de la Presidenta.

La premura del Gobierno por comprar voluntades de pequeños productores con aportes a sus dificultades financieras, llega tarde para cambiar el malestar que generó todo un año de combates sin cuartel.

Durante la batalla que se inició el 11 de marzo del año pasado y que dejó como único perjudicado al país, la Jefa de Estado intentó en varias ocasiones dividir a la Mesa de Enlace Agropecuaria; iniciativa que nunca logró su cometido.

¿Pero cuál es el malestar del productor y porque su voto será un voto castigo este año? Hay varias causas, y salvo algunos errores de concepto del sector, todas fueron ocasionadas, generadas, mal implementadas por la gestión K.

Fernández de Kirchner eligió el peor momento, o fue muy mal asesorada en la aplicación de las retenciones agrícolas y su adlátere devastador: la Resolución 125.

Con productores agropecuarios subidos a la cresta de la ola alcista de commodities en el mundo, entusiasmados con el desarrollo de sus campo-empresas, y multiplicando con creces el desarrollo de economías regionales, la confiscación de su rentabilidad tuvo el mismo resultado que escupirle el asado al que nos regaló la vaca.

La dirigencia agropecuaria, alineada sin remedio con los reclamos de sus asociados, exige al Estado, que libere totalmente los mercados y revea el esquema de retenciones, para diseñar un futuro agroexportador, que contemple la continuidad del productor nacional.

Hoy, Cristina y sus ministros, saben perfectamente que los paros y las protestas del campo son imparables. 2009 pinta muy negro para la producción (especialmente sin aire financiero para resembrar), y se advierte un horizonte difícil para el agro, pero más complicado para el gobierno en un año de electoral.

Por eso van por más. Sin medir las consecuencias, el campo va por más. De nada sirvió la declaración de emergencia nacional agropecuaria que hizo la presidenta la semana pasada. La Mesa de Enlace lo percibe en cada asamblea que lleva adelante con sus rurales agremiadas, y el rostro de cada productor que asiste a ellas se lo grita en la cara.

En la última reunión de Confederación de Asociación es Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) en la ciudad de Coronel Suárez, Pedro Apaolaza, presidente de la entidad, criticó a Cristina Fernández de Kirchner, señalando que tomar una medida para hacer aplicar una ley (22.913) de emergencia que ya está implementada, “es una actitud ridícula”.

En la oportunidad, el ruralista blanqueó sin tapujos, una cuestión que se viene observando desde el nacimiento mismo del conflicto campo-gobierno: la integración de dirigentes agropecuarios en listas políticas para las elecciones, sería un hecho consumado.

Apaolaza disparó muy suelto de cuerpo y como invitando a concretarlo, que los dirigentes de Carbap que quieran sumarse a listas opositoras al Gobierno nacional, podrían hacerlo como siempre, pero agregó: “este año más que nunca”

 La incertidumbre nunca es buena y menos para los que arriesgan no solo su capital, sino el futuro económico de un país. Ese es el punto crítico a discutir y que el Gobierno aún no quiere ver, con el riesgo político que esto implica.

En la confrontación política de este año, la lucha por espacios de poder no se pueden mensurar con el mismo patrón de medida que otros años.

La oposición al kirchnerismo que parece crecer a medida que demora Cristina sus definiciones, cuenta en esta oportunidad con un aliado que hará del interior, un fuerte inexpugnable; los pueblos que viven del campo solo excepcionalmente votarán los candidatos del Frente para la Victoria.

Los fogoneros de la gente de esta cachetada a la gestión de Cristina, serán si dudas, los más perjudicados en la pelea por el reparto de la renta de la tierra, revés al que se sumarán porque de ello depende su futuro, los que tienen la suerte atada a quienes sostienen las economías regionales merced al resultado de su producción.

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