jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Política | 16 feb 2018

Se suma a Caputo

Otro alto funcionario macrista con una fortuna sin declarar en paraíso fiscal

Se trata del subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, quien tenía 1,2 millones de dólares en una cuenta en la Banca Privada d’Andorra, un país de menos de 80 mil habitantes.


ESPAÑA (ANDigital) El subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, ocultó 1,2 millones de dólares en Andorra, un país de 78.264 habitantes entre España y Francia donde hasta el pasado año regía el secreto bancario.

De acuerdo a una investigación del diario español El País, el dinero permaneció en una cuenta en la Banca Privada d’Andorra (BPA) a nombre de una sociedad y trascendió por estas horas, apenas días después de conocerse los oscuros manejos del ministro de Hacienda, Luis Caputo.

El funcionario en cuestión (además integrante de la comisión directiva de River Plate en calidad de vocal) figuró ante el banco como representante de la empresa y accionista, aunque informó que los fondos no eran suyos.

Siempre según la documentación a la que accedió el prestigioso periódico ibérico, la cuenta se abrió en 2012, cuando Díaz Gilligan era asesor del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Y mantuvo su actividad, al menos, hasta diciembre de 2014, cuando llevaba un año como director general de Promoción Turística.

La cuenta estuvo a nombre de la empresa británica de intermediación de jugadores de fútbol Line Action, una firma que pertenecía a la mercantil panameña Nashville North Inc.

“Como consecuencia del nombramiento del accionista como director general de Turismo de Argentina, este decide dejar la actividad comercial que desarrollaba a través de Line Action y vende la sociedad el 3 de noviembre de 2014”, expresa un acta confidencial de la BPA.

Díaz Gilligan sostiene que el dinero no era suyo y que fue accionista y director de Line Action por hacerle un favor a un amigo.

“Francisco Casal tenía problemas en su país y me pidió el favor. Tenía un juicio con el fisco que ganó y no podía figurar. Confiaba en él. La plata nunca fue mía. Además, yo no ejercía entonces cargo público. Era asesor y facturaba como autónomo”, intentó defenderse el funcionario macrista.

Acto seguido, explicó su salida de la empresa: “pedí que me sacaran. No me parecía bien continuar, ya ocupaba un cargo político. Tenía una exposición pública, no quería estar en una sociedad donde no tenía ningún control. No había incompatibilidad, no era ilegal, pero era una actividad que, además, no me generaba ningún ingreso”.

Así las cosas, Díaz Gilligan vendió Line Action el 3 de noviembre de 2014, once meses después de desembarcar el Gobierno porteño. “Creí que había cesado en julio de 2014”, se justificó.

El dirigente PRO abandonó entonces su puesto en la mercantil panameña, pero volvió a ocupar el mismo cargo horas después, según el registro oficial de Reino Unido.

Resta mencionar que la cuenta de Line Action tenía en diciembre de 2014 un saldo de 1,2 millones de dólares y se nutría de transferencias de Uruguay de equipos de fútbol, según el banco. (ANDigital)

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