miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3686

Política | 13 jun 2018

Opinión

Macri y la Caja de Pandora

En el desarrollo del texto, el autor enfatiza en la desafección a la Patria y la desgracia que es para la clase trabajadora argentina las políticas elitistas y empresarias del gobierno nacional. Estima que ya solo queda la esperanza de que el pueblo reaccione.


Según la mitología griega, Pandora fue la primera mujer; Júpiter le regaló una caja en donde estaban encerrados todos los males y la esperanza; la colocó sobre la tierra junto al primer hombre. Con el ascenso al poder de Mauricio Macri, el pueblo argentino le dio a éste la posibilidad de abrir esa caja. La inmensa desgracia que esto significa, la estamos viviendo.

Los mercaderes que accedieron al manejo del Estado buscan el máximo beneficio personal directamente o por interpósitas personas. Muchos pensaron que los privados llenarían de gracia a los asalariados, no solo por permitirles mantener sus conquistas sino mejorando sus status. ¡Qué ilusos! ¡Qué engaño! El único que puede garantizar el bienestar de sus ciudadanos es el Estado. Así es, el privado solo busca beneficio personal, invierte buscando lucro sin importar el coste social que pudiera producir, los hechos lo demuestran. Los hombres de Estado (que escasean en el mundo), los que tienen una visión y concepto de Estado Nación, deben observar y decidir qué es lo principal y qué es lo secundario para producir el desarrollo integral de la Nación y el bienestar de sus conciudadanos. Quienes hoy detentan el poder ninguna consideración ética tienen. Ningún concepto de Nación y Patria existe en sus codiciosas e impúdicas mentes.

Ya la cobertura mediática no cubre en sus totalidad los chanchullos que se están produciendo (ANSES, Malvinas, entre otros), las filtraciones se producen y los hechos se difunden como una mancha de aceite. Vinieron para hacer negocios, no importa la Patria, menos el bienestar de sus ciudadanos. En provincias alejadas de la Capital, como en la frontera norte, no pocos comentan y califican de “engreídos financistas que no tienen sentido de Patria y confunden Argentina con Europa a quienes hoy conducen los destinos del país. Es más, a pesar del sentido de élite de la clase gobernante de esas zonas, hay un viraje hacia el Justicialismo (aunque cueste entenderse). La nefasta ayuda del FMI solo es “el Plan perdurar según Melconian”; hecho con la esperanza no solo de seguir en el gobierno, sino de colocar a la administración entrante –si es opositora hoy- en un brete, quitándole la posibilidad de zafar de las deudas en que estamos metidos.

El cambio de política se hace imperioso, dado que el país no produce; se debe volver a lo expresado muchas veces por Aldo Ferrer: “Vivir con lo nuestro”. La bicicleta financiera y las importaciones nos están matando. ¡Es mentira que no hay otro camino! Los grupos dominantes no pagan impuestos a los bienes personales, las cerealeras y las mineras lo mismo, tampoco liquidan los u$s rápido, ni hablar de los autos importados ni de otros bienes suntuarios.

El Estado es sostenido por los que trabajan (cada vez menos) y se recurre a los préstamos. El desprecio que sienten y demuestran hacia los de abajo nunca fue visto; son en definitiva una muestra de las soberbias almas de los estafadores dirigentes, quienes a su vez se muestran sumisos ante los poderosos del núcleo financiero internacional.

Otra situación a destacar es haber considerado el valor del petróleo en dólares, cuando los costos en Argentina son en pesos. Por esa razón solo se importa y no se perfora, por lo tanto las reservas conocidas disminuyen. El negocio es redondo para Juan José Aranguren y asociados. Agreguemos los costos adicionales que son trasladados a los precios de los productos distribuidos. Vamos de mal en peor. La desnutrición ya se percibe y demostración indirecta de eso lo constituyen la proliferación de los comedores con dietas cada vez más escasas en proteína; mientras María Eugenia Vidal viaja todos los días en helicóptero desde y hasta Morón, cuando la Casa de Gobierno en La Plata tiene todas las comodidades para alojarla. ¿Quién paga ese gasto que podría evitarse?: Nosotros los contribuyentes. Me refiero a los de abajo porque los de arriba, esos, como ya se explicó, nada ponen. Así son los mercaderes “patriotas” de la clase dominante.

A Ud. ciudadano ¿le parece justo todo eso? ¿O es de los que piensan que hay que darle más tiempo? El tiempo y la paciencia se acaban, ¿y después? Lo último que queda en la caja de Pandora es la esperanza de que el pueblo reaccione.-

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