Épica nueva

Por Luca Stecco (*)

“¿De qué país habla?”, se pregunta el laburante que perdió su trabajo el último año y hoy va por la vida con la amarga sensación de no poder levantar cabeza.

“¿De qué país habla?”, se pregunta la señora que almuerza mate y unos bizcochos baratos para darle a los pibes los fideos que ella se priva por necesidad.

“¿De qué país habla?”, se pregunta el jubilado, con rabia y desesperación de una vida laboriosa que hoy el Estado no le reconoce.

“¿De qué país habla?”, se pregunta el joven estudiante que comienza a preguntarse si su futuro no estará en el viejo continente.

Habló un Presidente desencajado, nervioso, arengador sobre el final en lo que muchos vieron el lanzamiento de campaña por su reelección. Si así fuera, podemos presuponer que la misma girará en torno a la idea de un presente con dificultades necesario para un futuro prometedor.

“Sé que la estás pasando mal, pero eso es porque venimos de vivir en la mentira y pasar al progreso lleva tiempo y esfuerzo”, será el abecé del guión duranbarbesco, con pinceladas de discurso de mano dura para sectores del electorado siempre dispuestos a encontrar en el otro al culpable de un plan económico que vino a destruir todo lo que está destruyendo.

Quedará en manos de la oposición el difícil desafío de construir un nuevo relato que vuelva a enamorar a una sociedad golpeada y fatigada. Hasta el momento ese relato no llega. Pero nunca se debe caer en la desazón: la épica suele encontrar recovecos para instalarse y expandirse.

¿Podrá Cristina Fernández, la dirigente opositora con más chances electorales, cautivar con una nueva propuesta que entusiasme y aglutine por encima de las divisiones? ¿Será capaz de construir esa nueva épica necesaria para dar vuelta la triste página que la alianza Cambiemos deja como saldo?

En pocos meses tendremos la respuesta. Sólo así sabremos si en 365 días pasaremos de preguntarnos “¿De qué país habla?” a sonreír con desahogo, el puño apretado y murmurando: “fue duro, pero lo superamos”.

(*) Periodista