viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

Política | 17 jun 2019

Opinión

Elecciones 2019 y la economía: el “evento Pichetto” y el “voto de los mercados”

Qué hay detrás de la baja del dólar y la suba de la Bolsa tras el anuncio de la fórmula de Macri con Pichetto.


Por Roberto Feletti (*)

El senador Miguel Ángel Pichetto, responsable de defender las políticas del peronismo en el Senado de la Nación durante una década y media, decidió aceptar la propuesta de integrar la fórmula de Mauricio Macri en la búsqueda de su reelección. Las razones por las cuales Pichetto acompaña al gobierno más antiperonista que ha alumbrado la democracia no son tema de análisis en esta columna.

Nos centramos, en cambio, en evaluar el promovido “impacto favorable” en los mercados que provocó esta semana la noticia aludida. El cuadro que sigue refleja la variación diaria del valor del dólar, la evolución del riesgo país y el comportamiento del mercado bursátil.

Como se observa, la situación sin duda alberga optimismo en lo que se denomina el “voto de los mercados”: descensos del -2,1 % en el tipo de cambio minorista y del -2,2 % en el tipo de cambio mayorista, una caída del -9,8 % del riesgo país empujada por el buen desempeño del mercado bursátil, donde el índice MERVAL sube un 11,3 %, y el volumen operado un 40,9 %. Cuando se desagrega el comportamiento, se advierte que la curva positiva alcanza picos de euforia al promediar la semana, lo cual coincide con la emergencia del “evento Pichetto”, pero se desinfla el viernes, con subas del dólar minorista del 1,2 %, del dólar mayorista del 0,9 %, del riesgo país del 0,8 %, y caídas en el MERVAL del 0,17 %, con una disminución del volumen operado del -36,5 %.

Respecto del mercado cambiario, es decisivo conocer cómo están evolucionando las reservas internacionales del BCRA en relación al valor del tipo de cambio mayorista. Sobre ellas no hay datos actualizados posteriores al “evento Pichetto”. En columnas pasadas hemos evaluado que la ruptura de las bandas de no intervención cambiaria respondía a la presión ejercida sobre el mercado de cambios por la creciente conversión de activos financieros en dólares para realizar las elevadas ganancias provenientes del “carry trade”. También, se ha afirmado que esta presión sobre las reservas internacionales ocurre durante el trimestre en el que debiera haber una abundante oferta de dólares proveniente de las exportaciones agrícolas, en el marco de una campaña récord. La caída de reservas del ente rector desde el primero de abril del corriente año hasta el último dato disponible (12/06) fue de U$S 12.422 millones netas, teniendo en cuenta que allí se dio el último aporte del FMI, de U$S 10.885 millones.

Sorprende más la triplicación del volumen operado en el mercado de valores el día miércoles 12, ya conocida la fórmula, respecto del lunes 10. La presión compradora empujó el índice MERVAL hacia la suba, para luego desplomarlo el viernes. El comportamiento del riesgo país acompaña esta evolución, permaneciendo, sin embargo, por arriba de los 800 puntos, que fue el piso alcanzado en el momento de tensión cambiaria del mes de abril.

A esta altura del artículo, se preguntará por qué un esfuerzo de análisis tan grande sobre el desempeño de variables en un cortísimo plazo. La necesidad de contrarrestar el voluminoso marketing mediático aludiendo la felicidad que provocó en los agentes económicos, predominantemente financieros, el anuncio de esta fórmula es la que obliga a presentar el cuadro precedente, con el fin de ilustrar la banalización del discurso económico que los medios y la propaganda oficialista pretenden instalar en la población. Se pretende presentar una fórmula oficialista que incorpora como candidato a vicepresidente a un senador que no puede renovar su banca por falta de consenso electoral, y que además salta el cerco de su propia historia política, como la solución al desmadre de variables económicas que se viene produciendo hace un año y medio. Es necesario entonces cuantificar lo más cuidadosamente posible esta débil alquimia electoral de Cambiemos en procura de ganar gobernabilidad hasta el fin de su mandato.

Algunas semanas atrás definimos que, a través de su presidente Donald Trump, Estados Unidos había definido su apoyo por la continuidad de Mauricio Macri, presionando al FMI para que desembolsara la cuantiosa suma de U$S 38.000 millones. El organismo multilateral otorgó, además, la libre disponibilidad de esos recursos, algo inédito y transgresor de su carta orgánica. Razones geopolíticas sin dudas habrán impulsado al presidente republicano a adoptar esas decisiones. Como contrapartida, no hay “votos de los mercados” por ningún gobierno cuando se trata de realizar las ganancias obtenidas. La suba del volumen bursátil operado y la baja del riesgo país favorecen a los tenedores de títulos valores argentinos a deshacer sus posiciones sin sufrir cuantiosas pérdidas, a expensas de quienes creen genuinamente en los beneficios del “efecto Pichetto”.

La estabilidad cambiaria se logra vendiendo reservas internacionales del Banco Central, que potencia los beneficios alcanzados al especular entre la tasa de interés y la evolución del tipo de cambio, arbitrando entre el mercado de pesos y dólares.

El verdadero “voto de los mercados” favorable se lograría si el gobierno consiguiera recomponer la oferta privada de divisas, aumentar significativamente las reservas internacionales y, consecuentemente, producir un abrupto descenso de la tasa de interés doméstica. Ese sería el escenario más propicio para un despegue de la economía real, hoy colapsada.

No hay un nombre mágico capaz de tranquilizar las variables con su sola presencia. El último que pretendió asumir ese rol fue Domingo Cavallo en el 2001. Es bueno recordarlo, senador.-

(*) Secretario de Economía y Hacienda de La Matanza y exdiputado nacional.

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