Breve reflexión sobre la figura de Fernando De la Rúa

Por Elva Roulet (*)

En el Día de la Patria nos dejó Fernando de la Rúa, un argentino ilustre. Nació en Córdoba, donde se graduó brillantemente de abogado. Se trasladó a Buenos Aires y aquí desarrolló toda su carrera política en la Unión Cívica Radical. Fue el más joven senador nacional por esta Ciudad y también diputado. Acompañó a Ricardo Balbín como candidato a vicepresidente de la Nación. Fue elegido como el primer Jefe de Gobierno constitucional de la Ciudad de Buenos Aires en 1996, luego de la Reforma Constitucional que le otorgó a la Ciudad un régimen de gobierno autónomo.

En 1999, el radicalismo y el Frepaso, entonces una reciente formación política, constituyeron la Alianza que lo llevó como presidente acompañado por el “Chacho” Álvarez, de esta última agrupación, como vicepresidente. Su gobierno encuentra un país fuertemente endeudado y con una economía heredada del gobierno de Carlos Menem atada a una paridad de 1 a 1 con el dólar que estrangula al país.

La renuncia de Álvarez a la vicepresidencia, vinculada a oscuros episodios que se parecen mucho a una conspiración, debilita su gobierno y se ve obligado a renunciar. Ya la historia ha clarificado estos eventos, cuyo conocimiento debiera profundizarse y difundirse como un acto de justicia.

Fue un hombre profundamente honesto, correcto y veraz. Desde entonces su vida transcurrió en medio del respeto de quienes lo conocíamos y de aquéllos que comprendieron los valores de su personalidad. Hoy lo despedimos como un argentino de una gran integridad que amó a su patria y dedicó su vida a servirla.-

(*) Dirigente radical. Exvicegobernadora de la Provincia de Buenos Aires.